O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

186 Modelo propio do repertorio canónico, como eles recoñecen con outras palabras cando
observan que se trata dun “tipo ideal [...] incorporado al acervo sociológico con notable éxito”
(Giner e Sevilla-Guzmán, 1975, 84, nota 2).
187 Un exemplo sería o de Gómez Pérez (1976, 273), para quen “cabría hablar de régimen
paternalista, en el que los hijos bien avenidos con la autoridad del padre tenían amplia
posibilidad de desarrollo; los hijos díscolos, en cambio, debían optar entre el exilio, el silencio o
el encierro”.
188 Este célebre texto canónico foi presentado (como se indica nel ao principio e ao final) en
forma de relatorio na reunión do comité de socioloxía política da Asociación Internacional de
Socioloxía en Tampere (Finlandia) en agosto de 1963, e apareceu por primeira vez en Allardt,
Erik, e Yrjö Littunen (eds.), Cleavages, Ideologies and Party Systems. Contributions to
Comparative Political Sociology, Helsinki, Transactions of the Westermarck Society, 1964.
189 Para Linz (1992, 441) non cabe dúbida de que o réxime franquista era autoritario no
momento da transición política:
Es posible discutir en qué medida el régimen franquista tuvo características totalitarias en una primera fase
de su historia, en qué medida esas tendencias totalitarias representadas por el fascismo y sus supuestos
ideológicos adquirieron virtualidad en los años posteriores a nuestra guerra civil, en qué medida lo que
después fue sin duda un régimen autoritario y no totalitario tenía sus raíces en ese período o fue un
desarrollo posterior. Lo que no cabe duda es que España en 1975 no inicia su transición a la democracia
desde un régimen totalitario.
Varela Suanzes-Carpegna (2006, 39-40) opina que o Estado franquista, inicialmente totalitario,
acabou sendo autoritario a partir de 1945.
190 Segundo relata Vidal-Beneyto (2003),
Gabriel Almond –Comparative Political Systems; Free Press, 1956– y Herbert Matthews –The Yoke and the
Arrows; Brazillier; Nueva York, 1957– son quienes primero lanzan en el mundo académico el tema del
autoritarismo. Pero su expresión más formalizada viene de la mano del politólogo Juan Linz, que ya en 1964,
al configurar al franquismo como un autoritarismo, en An Authoritarian Regime: Spain, no sólo justifica
doctrinalmente la colaboración de Estados Unidos con España, a la que había dado paso la visita de
Eisenhower a Madrid en 1959, sino que ofrece la versión más completa y de más larga vigencia del régimen
autoritario.
191 Linz, 1978a, 213-233, e 1978b, 15-22.
192 Un autor no que se produce unha recepción clara deste elemento básico do modelo
canónico é Díaz-Salazar Martín (2006, 84-86): “incluso en una dictadura se da un pluralismo
interno constituido por varias familias ideológicas dentro de un bloque compacto frente a
alternativas democráticas”.
193 No mesmo sentido, e para o caso español, Laboa Gallego (1988b, 31-32) apunta que a
igrexa católica “ejerció una función tribunicia que no le correspondía, pero que surgía
espontánea e inevitablemente. Al estar prohibidos los partidos políticos y los sindicatos y al
contar la Iglesia con organizaciones, medios y posibilidades, ejercía, movida por un ideal
evangélico, por el interés de otros grupos y por la fuerza de los hechos, funciones que en otras
situaciones políticas ejercen los partidos y grupos de presión”. V. tamén Laboa Gallego, 1999,
131.
194 A ACE era unha organización segrar que operaba como axencia de captación e de
socialización das futuras elites, en competencia co partido único.
195 No capítulo 7 dedicarémoslle unha atención especial á cuestión da ideoloxía no modelo de
Linz.
Son moitos os autores que nos proporcionan exemplos claros de recepción deste elemento do
modelo canónico. Soto Carmona (2007, 243), por exemplo, alude directamente a Linz para
asumir que a mentalidade “había caracterizado al franquismo”. Entre os católicos podemos
citar dous autores con orientacións ideolóxicas diferenciadas. Así, Cárcel Ortí (2008, 129)
afirma que Franco “no impuso en España una dictadura fascista sino un régimen militar, sin
ideología política”, mentres Raguer i Suñer (2006b, 394) afirma: “el régimen [...] carecía
totalmente de unos principios éticos o de filosofía política y por tanto era adaptable a cualquier
ideología o situación. El franquismo fue bastante camaleónico, capaz de mimetizarse según
cambiara de color el entorno, salvando sólo la adhesión incondicional a la persona de Franco y
su poder absoluto”.
196 Tusell Gómez (1988, 381-383) leva até o paroxismo a trivialización do nacionalcatolicismo –
que nós, como veremos nos capítulos 13 e 14, identificamos coa ideoloxía do franquismo–
cando o describe como un fenómeno espontáneo que se produciu nos anos corenta e
cincuenta do século XX:
el nacionalcatolicismo fue un ambiente y toda una época de la vida española. [...] Más que como una teoría,
el catolicismo [sic] debiera ser definido como el resultado de una experiencia, la de la guerra civil.
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