O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

Puedo decir, sin petulancia alguna por mi parte, que Pablo VI fue algo más que
un observador apasionado de la Transición española y que de él recibí ánimo, impulso
y fortaleza, cuando pocos eran los que me brindaban su apoyo.
O daquela presidente do Goberno de España cualifica a súa actuación
para afrontar a nova regulación das relacións entre o Estado e a igrexa católica
de “expeditiva”:
En el Consejo de Ministros del día 9 de julio de 1976, –el día siguiente de la
constitución del nuevo Gobierno y seis días más tarde de mi nombramiento como
Presidente– el Rey comunicó al Gobierno su decisión de renunciar al derecho de
presentación.
El 28 de julio se firmaba en Roma el Acuerdo sobre el nombramiento de
Obispos y sobre la abolición del privilegio del fuero eclesiástico. 1071
Esta actuación de Suárez era totalmente coherente cos obxectivos do
seu Goberno en materia de política exterior, entre os que se atopaba, segundo
recordan Marquina Barrio (1996, 184-185) e Martínez Lillo (1996, 164), a
substitución do concordato de 1953. De feito, e como constata Powell (2000,
427), a “primera actuación de Oreja se produjo en el ámbito de las relaciones
con la Santa Sede”.
En definitiva, a igrexa católica española, ao tempo que estaba decidida a
implementar as directrices vaticanas relativas á separación entre o Estado e a
igrexa, non renunciou á defensa dos seus intereses corporativos. Así o
confirman varios autores, como Gimbernat Ordeig (1982, 54):
Todas aquellas pretensiones de una Iglesia no partidista no se vieron
demasiado refrendadas en los documentos oficiales previos a las elecciones de 1977 y
1979. 1072 En la consabida retórica clerical, después de las afirmaciones de rigor sobre
la libertad de elección de los ciudadanos y en particular de los católicos, y de señalar la
independencia de la iglesia con respecto a los partidos políticos, vienen las
conclusiones en las que se hace énfasis en valoraciones morales que coinciden
literalmente con puntos programáticos del centro y de la derecha. Sobre todo esto se
percibe más claramente en el documento anterior a las segundas elecciones, donde se
destaca la oposición eclesiástica a una ley del divorcio y se defiende la concepción
propia de la organización del sistema educativo como elementos orientativos del voto.
Detrás de esta última propuesta se halla el largo debate de la cuestión de la escuela
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