O Estado oculto - Repositorio Institucional da USC - Universidade ...

Los regímenes que siguieron su pauta invariablemente sostuvieron que representaban
los intereses de todos (de allí su recurso frecuente al nacionalismo populista para el
control de los medios colectivos de producción emocional), pero desde el principio se
aplicaron deliberadamente a la preservación de los intereses de una coalición
reaccionaria. Por lo general empedraron el camino para una mayor acumulación de
capital y para el desarrollo del capitalismo de acuerdo con los deseos de las clases
gobernantes [...]. [Ademais,] estos regímenes neutralizaron a las clases trabajadoras y
a otros grupos amenazantes (por ejemplo los intelectuales disidentes y los
estudiantes), de modo tal que aseguraron la paz interior.
En definitiva, como observan Giner, Sevilla-Guzmán e Pérez Yruela
(1978, 117-118), os despotismos reaccionarios
aparecen como formas específicas de respuesta política de ciertas estructuras clasistas
ante a) el avance de la modernización –sobre todo en su forma de capitalismo
expansivo internacional, con sus secuelas imperialistas–; b) la necesidad o imperativo
de llevar a cabo un proceso de modernización controlado por los grupos y clases en el
poder, es decir, sin que tal iniciativa les sea arrebatada por fuerzas revolucionarias o
por lo menos parlamentaristas y liberal-democráticas (por modernización no
entendemos aquí más que un proceso complejo de alfabetización, tecnificación,
desarrollo del «estado benefactor», industrialización y «desruralización» de la
población).
Voltando á cuestión inicial da distinción entre autoritarismo e
totalitarismo, os nosos autores entenden que os réximes reaccionario-
despóticos están provistos dun mecanismo interno de transformación. A
“modernización” multiplica as relacións sociais que o réxime non dá controlado.
A coalición reaccionaria empeza entón a buscar outras vías que lle permitan
garantir a súa hexemonía e que poden concretarse en réximes propiamente
autoritarios. En efecto, esa coalición e mais sectores importantes do exército
poden procurar o estabelecemento de réximes autoritarios –de natureza entre
presidencialista, parlamentaria e paternalista– nos que sexan quen de tutelar
as forzas populares e democráticas.
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