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Administracion Estrategica - Hill - 8 edición

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Capítulo 10 Estrategia corporativa: formulación e implantación 357<br />

Estrategia en acción 10.3<br />

Problemas posteriores a una<br />

adquisición en Mellon Bank<br />

En busca de una forma rentable de ampliar los negocios de<br />

su compañía, Frank Cahouet, CEO de Mellon Bank, con<br />

base en Filadelfia, decidió reducir los grandes vaivenes en<br />

las ganancias del banco causados por las cambios en las<br />

tasas de interés, diversificándose hacia los servicios financieros<br />

para tener acceso a un flujo constante de ingresos<br />

generado por los honorarios que pensaba cobrar por las<br />

operaciones de administración de dinero. Como parte de<br />

esta estrategia, adquirió Boston Co., institución financiera<br />

por la que pagó 41 450 millones de dólares. Boston era<br />

una compañía de administración de dinero con un perfil<br />

elevado, que administraba las inversiones de importantes<br />

clientes institucionales, como fondos de pensión estatales<br />

y corporativos. Luego de la adquisición de Boston, Mellon<br />

continuó con la compra de Dreyfus Corp., un proveedor de<br />

fondos comunes de inversión, por 1 700 millones de dólares.<br />

Como resultado, a partir de ese momento, casi la mitad<br />

de los ingresos de Mellon era generada por los servicios financieros<br />

basados en honorarios.<br />

Los problemas en Boston Co. empezaron a salir a la superficie<br />

poco después de que la adquirió Mellon. Desde el<br />

principio hubo un choque de culturas corporativas. En Mellon,<br />

muchos administradores llegaban a sus oficinas a las 7<br />

de la mañana y trabajaban jornadas de doce horas por un<br />

modesto salario según los estándares de la industria bancaria.<br />

Además, estaban acostumbrados al estilo administrativo<br />

de Frank Cahouet, que hacía hincapié en la reducción de<br />

costos y la frugalidad. Por su parte, los administradores de<br />

Boston también trabajaban doce horas, pero esperaban una<br />

considerable autonomía, horarios de trabajo flexibles, un salario<br />

elevado, amplios beneficios y considerables bonos por<br />

el desempeño. La mayoría de los años, los 20 altos ejecutivos<br />

de Boston ganaban entre 750 000 y 1 millón de dólares<br />

cada uno. Los ejecutivos de Mellon que visitaron la unidad<br />

de Boston Co. se quedaron atónitos por su ambiente de club<br />

campestre y su opulencia. En sus medidas para modernizar<br />

a Boston, Mellon insistió en que se redujeran los gastos y se<br />

introdujeran nuevas regulaciones para restringir los viajes,<br />

las diversiones y los beneficios.<br />

Las cosas empezaron a ir mal cuando el fondo de pensiones<br />

del estado de Wisconsin se quejó ante Mellon de los<br />

bajos rendimientos de una cartera administrada por Boston<br />

Co. Mellon se vio obligado a liquidar la cartera y aceptar un<br />

cargo de 130 millones de dólares contra las ganancias; también<br />

despidió al administrador responsable de la cartera, con el argumento<br />

de que había realizado “operaciones no autorizadas”.<br />

Sin embargo, en Boston Co. muchos administradores consideraron<br />

que la acción de Mellon violaba las garantías de autonomía<br />

operacional que le había otorgado en el momento de la<br />

compra. Culparon a Mellon de liquidar prematuramente una<br />

cartera cuya estrategia, afirmaban, habían aprobado los ejecutivos<br />

de Mellon y que, además, todavía podía generar ganancias<br />

si bajaban las tasas de interés (lo que sucedió después).<br />

Enfurecidos por la interferencia de Mellon, siete administradores<br />

de la unidad de activos de Boston Co., entre ellos<br />

Desmond Heathwood, CEO de la unidad, propusieron a Mellon<br />

una operación administrativa para lograr el control de la<br />

división. Esa unidad era una de las joyas de la corona de Boston,<br />

pues administraba más de 26 000 millones dólares de activos.<br />

Heathwood se había mostrado francamente desdeñoso<br />

con los banqueros de Mellon, creyendo que no estaban a su<br />

nivel en el negocio de inversiones. Mellon rechazó la propuesta<br />

de adquisición y Heathwood salió de inmediato para iniciar<br />

su propia compañía de administración de inversiones. Varios<br />

días después, Mellon les pidió a los empleados de Boston que<br />

firmaran contratos que limitaban su capacidad para renunciar<br />

e irse a trabajar para la nueva empresa de Heathwood. Trece<br />

empleados principales se negaron a firmar y después renunciaron<br />

para unirse a Heathwood en su nueva operación de<br />

administración de dinero.<br />

La deserción de Heathwood y sus colegas estuvo seguida<br />

de una serie de fugas de clientes de elevado perfil. Por ejemplo,<br />

el Arizona State Retirement Fund, retiró 1 000 millones<br />

de dólares de Mellon y los transfirió a la empresa de Heathwood,<br />

a la vez que el Fresno County Retirement System le<br />

transfirió 400 millones de dólares en activos a Heathwood.<br />

Como declaró un cliente: “Tenemos una relación con Boston<br />

que data de hace 30 años y las personas que trabajaban<br />

en la cuenta se fueron, de manera que nosotros también nos<br />

fuimos.”<br />

Al reflexionar sobre el episodio, Frank Cahouet observó:<br />

“Es obvio que resultamos perjudicados. Pero este episodio es<br />

muy manejable. No vamos a perder nuestro ímpetu.” Otros<br />

no estaban tan seguros. En este incidente, vieron otro ejemplo<br />

más de lo difícil que puede ser fusionar dos culturas corporativas<br />

divergentes y la forma en que la rotación del personal<br />

administrativo provocada por esos intentos le puede asestar<br />

un golpe serio a cualquier intento de crear valor por medio<br />

de una adquisición. c

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