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Administracion Estrategica - Hill - 8 edición

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Caso 14 Philips contra Matsushita: un nuevo siglo, una nueva ronda C237<br />

hacían casi imposible una adquisición hostil. No obstante,<br />

Kleisterlee describió la diferencia como un “descuento<br />

administrativo” y prometió eliminarlo. “Nuestra organización<br />

fragmentada hace que nuestros costos corrientes sean<br />

muy altos”, explicó. “En algunas actividades de producción<br />

en las que no podemos agregar valor, las subcontrataremos<br />

y dejaremos que otros las hagan por nosotros.”<br />

La primera señal de reestructuración llegó a las pocas<br />

semanas, cuando contrató a CEC de China para producir<br />

sus teléfonos móviles. Después, en agosto, Kleisterlee<br />

anunció un acuerdo con Funai Electric, de Japón, para<br />

hacerse cargo de la fabricación de sus grabadoras de cintas<br />

de video, lo cual condujo al cierre inmediato de su<br />

centro de producción europeo en Austria y la pérdida de<br />

1 000 empleos. El CEO reconoció que buscaba socios para<br />

hacerse cargo de la fabricación de algunos de sus otros artículos<br />

de producción masiva, como los televisores.<br />

Sin embargo, en 2001, el letargo de la economía produjo<br />

el primer trimestre con pérdidas para la compañía<br />

desde 1996, y a finales del año la pérdida había aumentado<br />

a 2 600 millones de euros, comparada con utilidades<br />

de 9 600 millones el año anterior. Muchos sintieron<br />

que estas presiones financieras crecientes —junto con la<br />

impaciencia de los accionistas— finalmente llevarían a<br />

Philips a reconocer que su mejor esperanza de supervivencia<br />

era subcontratar la parte mayor de su fabricación<br />

básica y concentrarse en desarrollar la tecnología y<br />

el marketing mundial. Parecía el momento de reconocer<br />

que había fracasado su búsqueda de 30 años por desarrollar<br />

eficiencia en sus operaciones mundiales.<br />

Matsushita: antecedentes<br />

En 1918, Konosuke Matsushita (o “KM”, como le decían<br />

cariñosamente), inspector de 23 años de edad de la Osaka<br />

Electric Light Company, invirtió 100 yenes para empezar<br />

a producir portalámparas de dos entradas en su modesto<br />

hogar. La compañía creció rápidamente y para entonces<br />

fabricaba lámparas de baterías, planchas eléctricas y radios.<br />

El 5 de mayo de 1932, en el decimocuarto aniversario<br />

de Matsushita, KM anunció a sus 162 empleados un<br />

plan corporativo para 250 años dividido en secciones de<br />

25 años, para que cada una fuera realizada por generaciones<br />

sucesivas. Su plan fue integrado en un credo de la<br />

compañía y en los “Siete espíritus de Matsushita” (vea<br />

la ilustración 4), los cuales, junto con la canción de la<br />

compañía, se proclamaban en las reuniones matinales en<br />

todo el mundo y aportaban la base de la “enseñanza cul-<br />

Ilustración 4<br />

Credo y filosofía de Matsushita (extractos)<br />

Credo A través de nuestras actividades industriales pugnamos por fomentar el progreso, promover el bienestar general<br />

de la sociedad y dedicarnos a aumentar el desarrollo de la cultura mundial.<br />

Siete espíritus de Matsushita<br />

Servicio a través de la industria<br />

Equidad<br />

Armonía y cooperación<br />

Luchar por el progreso<br />

Cortesía y humildad<br />

Ajuste y asimilación<br />

Gratitud<br />

Filosofía de negocios de KM (citas seleccionadas)<br />

“El propósito de un empresa es contribuir con la sociedad mediante el suministro de artículos de alta calidad a precios<br />

bajos en cantidades amplias.”<br />

“Las utilidades llegan en compensación por una contribución a la sociedad... Son un resultado, más que una meta.”<br />

“La responsabilidad del fabricante no se acaba hasta que su producto es desechado por el usuario final.”<br />

“Los negocios que no tienen éxito emplean una administración incorrecta. Sus orígenes no están en la mala fortuna,<br />

un ambiente desfavorable o un momento inadecuado.”<br />

“El afán por los negocios no tiene un mecanismo de autolimitación... Cuando uno se da cuenta que ha ido demasiado<br />

lejos, debe tener el valor de regresar.”<br />

Fuente: “Matsushita Electric Industrial (MEI) in 1987”, Harvard Business School, caso núm. 388-144.

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