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Administracion Estrategica - Hill - 8 edición

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C24 SECCIÓN A Casos a nivel empresarial: locales y globales<br />

de la Industria de los Fonogramas (IFPI, por sus siglas en<br />

inglés) afirmaba que la demanda de música era más fuerte<br />

que nunca, pero la disminución de las ventas reflejaba el<br />

hecho de que “el valor comercial de la música se devalúa<br />

en todas partes debido a la copia en masa y la piratería”. 24<br />

La industria de la música había intentado contrarrestar<br />

la piratería por internet mediante la adopción de<br />

medidas legales para cerrar redes de igual a igual, como<br />

Napster, y demandar a las personas que ofrecían numerosos<br />

archivos de música por internet. El éxito había<br />

sido limitado, en parte debido a que las redes de igual a<br />

igual resultaban muy útiles para los consumidores. Eran<br />

rápidas e inmediatas y les permitían separar los álbumes<br />

para descargar sólo las pistas que querían e ignorar las de<br />

relleno. Y, por supuesto, en forma gratuita.<br />

La industria de la música estaba desesperada por tener<br />

una alternativa legal para enfrentar la descarga ilegal. Sus<br />

propias iniciativas, introducidas en 2002, no se habían sostenido.<br />

MusicNet, que ofrecía canciones de Warner Music,<br />

BMG y EMI, tenía un solo plan de suscripción: 9.85 dólares<br />

mensuales por 100 reproducciones y 100 descargas.<br />

Después de 30 días, las descargas expiraban y no podían<br />

reproducirse. Pressplay, que ofrecía música de Sony, Universal<br />

y EMI, tenía cuatro planes de suscripción, de 9.95 a<br />

24.95 dólares mensuales, por hasta 1 000 reproducciones y<br />

100 descargas. El servicio de suscripción con la cuota más<br />

alta de Pressplay permitía a los usuarios quemar hasta 20<br />

canciones mensuales en CD que no expiraban, pero no<br />

podían quemarse más de dos canciones de un artista. 25<br />

Luego aparecieron el iPod e iTunes. Estos productos<br />

nacieron por una omisión: a fines de la década de 1990,<br />

cuando los consumidores comenzaban a quemar CD<br />

con sus canciones favoritas, las Mac no tenían quemadores<br />

de CD ni programas para manejar las colecciones de<br />

música digital de los usuarios. Al comprender el error, el<br />

CEO Steve Jobs pidió a los desarrolladores de programas<br />

de Apple que crearan el programa iTunes para ayudar a<br />

los usuarios de Mac a manejar sus colecciones siempre<br />

en aumento de música digital. El primer programa iTunes<br />

condujo al concepto del iPod. Si las personas iban a<br />

conservar el conjunto de su colección de música en una<br />

computadora, necesitaban un reproductor MP3 portátil<br />

para llevarla consigo: un Sony Walkman de la era digital.<br />

Aunque ya existían esos dispositivos en el mercado, sólo<br />

podían contener algunas docenas de canciones.<br />

Para el funcionamiento del iPod, Apple obtuvo una<br />

licencia del programa PortalPlayer. Apple también se enteró<br />

de que Toshiba construía un diminuto disco duro de<br />

4 centímetros que podía contener más de mil canciones.<br />

Por lo tanto, se apresuró a llegar a un acuerdo con Toshiba,<br />

que le proporcionaba los derechos exclusivos del disco<br />

durante 18 meses. Mientras tanto, Apple se concentró en<br />

el diseño de la interfase del usuario, la cubierta exterior<br />

y el programa de sincronización para que funcionara con<br />

las Mac. Igual que con muchas de las ofertas de productos<br />

descubiertas desde que Jobs recuperó el mando, el equipo<br />

de diseño dirigido por Jonathan Ive desempeñó un papel<br />

fundamental en la producción del iPod. El equipo de Ive<br />

trabajaba en secreto en San Francisco. Los integrantes,<br />

todos con salarios muy elevados para los estándares de la<br />

industria, trabajaban en un estudio abierto con limitado<br />

espacio personal. El equipo consiguió determinar cómo<br />

colocar una capa de plástico transparente sobre el núcleo<br />

blanco y negro de un iPod, lo cual aportó una tremenda<br />

profundidad de textura. El acabado era superior al de<br />

otros reproductores MP3, sin tornillos visibles y uniones<br />

obvias entre las partes. El número de serie de iPod no era<br />

una etiqueta, como en casi todos los productos: estaba<br />

grabado con elegancia en la parte posterior del dispositivo.<br />

Esta atención a los detalles y la elegancia del diseño,<br />

aunque con las implicaciones de costos, iba a convertir el<br />

iPod en un accesorio de moda. 26<br />

El iPod fue presentado en octubre de 2001 y obtuvo<br />

críticas contrastantes. El precio de 399 dólares era muy<br />

superior al de sus competidores, y como sólo funcionaba<br />

con las computadoras Apple, parecía destinado a ser un<br />

producto de nicho. Sin embargo, las ventas iniciales fueron<br />

cuantiosas. Resultó que los consumidores estaban<br />

dispuestos a pagar un sobreprecio por la enorme capacidad<br />

de almacenamiento del iPod. Además, Jobs ordenó<br />

que se desarrollara una versión que fuera compatible<br />

con Windows. Una vez introducida a mediados de 2002,<br />

las ventas se incrementaron.<br />

En esa época, Jobs enfrentaba un problema estratégico<br />

más grande: cómo convencer a las empresas de<br />

música para hacer que su música estuviera disponible<br />

para descargas legales. Fue aquí donde entró en acción<br />

la legendaria habilidad de ventas de Steve Jobs. Con un<br />

prototipo para una tienda iTunes entre sus manos, Jobs<br />

se reunió con ejecutivos de las principales marcas. Los<br />

convenció de que les convenía más apoyar una empresa<br />

de descarga legal de música que fuera una alternativa<br />

a las numerosas descargas ilegales en las redes de igual a<br />

igual que, a pesar de sus mejores esfuerzos, la industria<br />

musical no había conseguido eliminar. Su argumento fue<br />

que las personas pagarían por descargar música por internet.<br />

Aunque todas las marcas establecían sus propias<br />

empresas en línea, Jobs sentía que como se limitaban a<br />

vender su propia música, la demanda también era limitada.<br />

Lo que se necesitaba era un minorista de música en<br />

línea independiente y confiable, y Apple llenaba el perfil.<br />

Sin embargo, si iba a funcionar, era necesario incorporar<br />

a todas las marcas. De acuerdo con el esquema de Jobs,<br />

los archivos de iTunes se descargarían por 99 centavos

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