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DERECHO Y RAZÓN TEORÍA DEL GARANTISMO PENAL. LUIGI ...

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III. TEORIA. LAS RAZONES <strong>DEL</strong> <strong>DERECHO</strong> PENA1<br />

tenecieron los delitos de herejía, sacrilegio, blasfemia, brujería, bigamia y adulteric-, cf.<br />

G. Salvioli, o. c., 1, pp. 358 SS., que subraya como el caso más antiguo uno por simonía,<br />

de 1198, donde accusator y iudex fue el papa, que delegó la inquisitio en el obispo de<br />

Milán. Pero bastante más masiva fue la inquisitio haereticae pravitatis, en vista de la<br />

cual el Concilio de Verona de 1184 y después el de Letrán de 1215 ordenaron a los<br />

obispos que inspeccionaran periódicamente sus diócesis e hicieran jurar a toda la población<br />

sobre la presencia de sujetos sospechosos de herejía, y para lo cual Inocencio 111<br />

dictó con sus decretales la primera disciplina orgánica, completada en 1252 por la Ad<br />

extirpanda de Inocencio N, que prescribía (art. 25) la tortura para los sospechosos de<br />

herejía. Sucesivamente, como se dice en la nota 86 del cap. 7, el exterminio de los he-<br />

rejes y de las brujas se desarrolló sin freno sobre la base de una colaboración y división<br />

de papeles entre autoridad eclesiástica y autoridad civil. Voltaire recuerda así el fana-<br />

tismo furibundo que inspiró esta .caza de los herejes y los impíos. promovida por los<br />

obispos mediante argumentos capciosos y sofismas: aquéllos gritaron allali de una<br />

parte de Europa a la otra. Cambiaron los principios por perros de caza que hundieron<br />

sus fauces en la sangre de sus presas. Y aquellos príncipes que opusieron resistencia fue-<br />

ron también ellos sacrificados, desde el emperador Enrique iV hasta el otro Enrique IV<br />

de Francia, el mejor de los reyes y de los hombres. Fue durante estos siglos de ignoran-<br />

cia, superstición, fraude y barbarie cuando la Iglesia, que sabía leer y escribir, dictó sus<br />

leyes a toda Europa, que no sabía más que beber, combatir y confesarse con los curas.<br />

La Iglesia hizo jurar a los príncipes que habrían de exterminar a todos los herejes: lo que<br />

quiere decir que cada soberano hizo solemne juramento de matar a casi todos los ha-<br />

bitantes del universo, a la vista de que casi todos tenían una religión distinta de la suya.<br />

La herejía resulta el crimen más grave ... Se quemaba inexorablemente a los enemigos de<br />

Dios porque no se dudaba de que Dios mismo los habría quemado en el más allá, Ile-<br />

vando al infierno sus cueroos terrenales o bien sus almas invisibles. Todos los iueces es-<br />

taban segurísimos de que quemar impíos era parecerse a Dios; que con ello sólo se an-<br />

ticipaba el infierno unos pocos momentos; que no había una música celeste más grata a<br />

Dios, autor de nuestra vida, que los gritos de familias enteras de herejes en medio de las<br />

llamas. (Prix de la justice, cit., art. VIII, pp. 547-548). Véase también, de Voltaire,<br />

Inquisition, en Dictionnaire philosophique (1769), Garnier, París, 1967, pp. 252-255,<br />

donde se cuenta el origen fraudulento de la Inquisición eclesiástica en Portugal.<br />

95. El principio del carácter supletorio de la inquisición ex officio se enuncia por<br />

Andrea D'Isernia, Commenta, cit., p. 156: «Si acusator nolit persequi accusationem,<br />

iudex debet finire eam ex suo ufficio et punire accusatoremn, y es rebatido, todavía en<br />

el siglo xvi por H. de Marsiliis, Practica causarum criminalium, Officina Jacobi,<br />

Lugduni, 1535, Postquam, pár. 92, f. 18r: .Pendente inquisitione, si ante sententiam su-<br />

perveniat accusatio, tunc cesat inquisitio tamquam remedium extraordinarium..<br />

Vicenzo Manzini (o. c., p. 32) recuerda entre otras la constitución Cura nobis con la<br />

que Roberto, rey de Nápoles, al principio del siglo xrv ordenó que para los crímenes pú-<br />

blicos se procediese de oficio cuando no se presentara algún acusador o delator. Otras<br />

fuentes en relación con el mismo principio están en A. Pertile, o. c., vol. VI, parte 11, pp.<br />

10-12. Por otra parte, el primitivo proceso bárbaro no había estado, en los siglos xi Y<br />

xii, suspendido propiamente, sino sólo

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