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Ponencia_Experiencia_en_el_Taller_de_arte ambiental

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Realización

Ya que no existían redes de drenaje sanitario, la práctica era la construcción de excusados

de pozo que desde luego generaban la contaminación de las aguas subterráneas,

que con frecuencia eran extraídas para uso humano, con nocivas consecuencias

para la salud. Como alternativa para tratar de evitar esa contaminación, las casas de

personas que podían costearlo, contaban con una letrina y debajo de ésta se ubicaba

una cámara recolectora cerrada, espacio que debía se limpiado periódicamente. En el

caso de Morelia, dicha práctica puede corroborarse en documentos como el “Bando

General que para el areglo (sic) de Policía en la municipalidad de Morelia formuló el M.

Y. Ayuntamiento del año de 1852”, en el cual se indicaban castigos a quienes arrojaran

materias excrementicias en las calles y en su artículo N° 49 señalaba que no se hiciera

“la limpia de letrinas antes de las diez de la noche”, dando una serie de indicaciones y

procedimientos para llevar a cabo esta acción. 10

Las instalaciones descritas anteriormente entraron en desuso a mediados del siglo XIX

al iniciarse la construcción de drenajes en la ciudad, como lo ordenaba el Bando sobre

construcción de atarjeas para el desagüe de las calles de Morelia, expedido por la autoridad

municipal el 26 de noviembre de 1859, que ordenaba:

1ª. El desagüe ordinario de las calles de la Ciudad se hará por medio de atarjeas

cubiertas que se construirán en el centro de ellas. Se formarán de lozas, teniendo

la anchura y profundidad que no deberá ser menor de media vara cuadrada, y se

costearán por los respectivos dueños de las fincas que queden á uno y otro lado de

las atargeas (sic).

2ª. Los desagües de los edificios que desemboquen en las calles, se introducirán a

las atargeas (sic) por caños también cubiertos que serán costeados por los dueños

de las fincas de donde salgan.

3ª. Los comunes de dichos edificios podrán hacerse desaguar á (sic) las atargeas

(sic) siempre que por ellas se haga correr el desagüe de los mismos […]

La evidencia de los espacios para almacenar materias excrementicias, puede encontrarse

en vestigios de casas del centro histórico de Morelia. Una de ellas es precisamente

la casa que fuera propiedad de la familia de la Piedra, ubicada en la Av. Madero

Poniente No. 508 y 512 y donde aún existe un espacio subterráneo al que se accede

por una escalinata y el cual ha sido utilizado como una pequeña bodega (imágenes 4

y 5). La misma Srta. Teresa de la Piedra, recordaba en vida que cuando era niña, en los

primeros años del siglo XX, ese espacio ya no tenía ninguna función específica y se le

llegó a incorporar iluminación eléctrica; lo cierto es que en esa época ya se había perdido

la certeza de la función original de esos espacios, por lo cual ya para la década de

1960 ya se especulaba que eran los accesos a los túneles que comunicarían a las casas

principales con los templos y conventos cercanos. Pero nuevamente es importante

analizar con cuidado esas evidencias a efecto de no realizar juicios errados.

10 Ayuntamiento de Morelia, Bando General que para el areglo (sic) de Policía en la municipalidad de Morelia formuló el M.Y Ayuntamiento del año de 1852, Morelia, Imprenta de Octavio Vázquez, 1853.

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