07.05.2013 Views

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

1. שׁפֶ ֶנ.<br />

1061<br />

a. El aliento. El término hebreo traducido por ψυχή es fluido y dinámico, y es difícil tanto de definir como de traducir. La raíz<br />

significa «respirar» en sentido físico. La respiración es una característica decisiva de la criatura viviente; su cese significa el final<br />

de la vida. La raíz llega a denotar entonces «vida» o «criatura viviente». Si se trata de localizar, el significado puede ser «cuello» o<br />

«garganta». La partida <strong>del</strong> aliento es una metáfora que equivale a la muerte. La alternancia de la respiración (cf. el uso <strong>del</strong> verbo en<br />

Éx. 23:12; 31:17) corresponde a la naturaleza fluida de los términos vida y muerte en el AT. Vida y muerte son dos mundos que no<br />

admiten una diferenciación neta. La enfermedad y la ansiedad, que constriñen la respiración, son manifestaciones <strong>del</strong> mundo de la<br />

muerte.<br />

b. La sangre. Algo básico tanto en el aliento como en la sangre es la idea <strong>del</strong> organismo viviente. Toda forma de vida desaparece<br />

cuando estos dos elementos abandonan el cuerpo. Génesis 9:4 localiza la vida en la sangre, y Levítico 17:11 ve en la sangre el<br />

asiento de la vida (cf. tb. Dt. 12:23). No hay aquí un concepto de un alma/sangre; la idea obvia es la de la fuerza vital.<br />

c. La persona. שׁפֶ ֶנ denota la persona total, lo que esta es. Génesis 2:7 expresa esta verdad, aunque más en relación con el aspecto<br />

externo que con las modalidades de la vida. A lo que se hace referencia es a la persona comprendida en la identidad corporal. Pero<br />

también está incluida la personalidad total, el ego. El sustantivo puede convertirse entonces en sinónimo <strong>del</strong> pronombre personal<br />

(Gn. 27:25; Jer. 3:11).<br />

d. Cadáver y sepulcro. El acento sobre la persona conduce al uso de esta palabra para un cadáver sin vida (cf. Nm. 6:6; 19:13; Lv.<br />

19:28). La referencia es a la persona muerta antes de su disolución final. Fuera de la Biblia se desarrolla un uso para «sepulcro»<br />

sobre la base de que el individuo está, en algún sentido, presente allí después de la muerte. Sin embargo, en la Biblia שׁפֶ ֶנ nunca<br />

existe independientemente <strong>del</strong> individuo, y la palabra nunca se usa para un habitante <strong>del</strong> mundo inferior.<br />

[p 1330] c. La voluntad. El término expresa el movimiento así como la forma. La orientación puede ser a ciertas realidades<br />

elementales como el hambre y la sed o el anhelo de Dios. Abarca diversas partes <strong>del</strong> organismo, que pueden usarse entonces como<br />

sinónimos de שׁפֶ ֶנ. Surge en relación con el sexo en Génesis 34:3, con el odio en Salmo 27:12, con el dolor y la pena en 1 Samuel<br />

1:10, con la voluntad en Génesis 23:8 y con la búsqueda de Dios en Isaías 26:9; Salmo 63:1. El vocativo en Salmo 42:5, etc. es una<br />

especie de pregunta dirigida a uno mismo, que alcanza su plena intensidad ante Dios y descansa cuando alcanza la meta (Sal.<br />

131:2).<br />

2. La carne y el cuerpo.<br />

a. La carne. El término «carne» está en cierta antítesis con שׁפֶ ֶנ, y puede denotar también a la persona entera. Suele tener un sentido<br />

muy material para la carne que se come. «Toda carne» es una frase para todos los seres vivientes. Usado posteriormente junto con<br />

«sangre», denota lo que es humano a diferencia de lo divino. Puede denotar el órgano masculino (p. ej. Ez. 23:20; Éx. 28:42). Pero<br />

cuando se usa para la persona entera puede ser también sinónimo de שׁ ֶפ ֶנ (Sal. 84:2; 119:120). Por sí mismo, sin embargo, se relaciona<br />

con la debilidad y la transitoriedad humanas (Gn. 6:3). El confiar en la carne no sirve de nada (Jer. 17:5). La carne finalmente<br />

se convierte en el principio maligno que se opone a Dios, pero esto nunca es así en el AT, donde, como organismo que recibe su<br />

vida <strong>del</strong> espíritu, puede estar relacionada con la alabanza a Dios y el anhelo de él. No hay que corromper el camino de la carne<br />

sobre la tierra (Gn. 6:12). La carne se convierte en la antítesis de alma y espíritu sólo en Sabiduría 8:19; 9:15.<br />

b. Los huesos. La carne experimenta una destrucción total en la muerte. Los huesos son lo que más dura, y por eso reciben un<br />

cuidado especial (2 R. 13:20), están ligados a la esperanza de la resurrección (Ez. 37), se puede decir que se gozan en Dios (Sal.<br />

35:9–10), su fractura expresa la violencia de un ataque (Is. 38:7), y también pueden denotar el verdadero ser o la sustancia más<br />

interior (Éx. 24:10; Gn. 7:13; Ez. 24:2).<br />

3. Las partes <strong>del</strong> cuerpo como sede de la vida.<br />

a. La cabeza. En el AT la totalidad puede estar concentrada en un miembro <strong>del</strong> cuerpo, cuando la vida se ve en su manifestación o en<br />

su movimiento. Así el punto focal puede ser la cabeza, p. ej. cuando se imponen las manos sobre ella para bendecir (Gn. 48:14), o<br />

cuando se le impone un castigo (Jos. 2:19), o cuando se le confía a alguien (1 S. 28:2), o cuando sus canas descienden al sheol (Gn.<br />

48:38), o cuando es la sede <strong>del</strong> conocimiento (Dn. 2:28).<br />

b. El rostro. El rostro actúa como punto focal al expresar diversas emociones o cuando sus rasgos denotan envidia (los ojos),<br />

arrogancia (la frente), orgullo (el cuello) o enojo (la nariz).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!