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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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cativo de debilidad. Los que están dormidos es como si estuvieran muertos. Debemos recortar el sueño. Según los estoicos nos<br />

quita la mitad de la vida, y pertenece al mundo material.<br />

5. El sueño y la muerte. La filosofía enfatiza la cercanía entre el sueño y la muerte, aunque antes <strong>del</strong> período helenístico sólo rara vez<br />

se habla <strong>del</strong> sueño como eufemismo para indicar la muerte. Posteriormente, con frecuencia leemos <strong>del</strong> sueño de la muerte. Este<br />

sueño es dulce. Significa el fin y la disolución, pero también está presente la creencia de que lo redime a uno <strong>del</strong> cuerpo, haciéndole<br />

así posible al verdadero yo ascender al cielo.<br />

6. El dios Jupnos. Existe un dios Ὕπνος así como un dios Θάνατος, aunque a menudo se dice que están relacionados entre sí, p. ej.<br />

como gemelos. Este dios es capaz de hacer que incluso Zeus se duerma. Los marineros lo invocan, y él imparte revelaciones durante<br />

el sueño. Es un rival de Hermes, que aporta el sueño pero no es el sueño personificado.<br />

B. La LXX y el judaísmo.<br />

1. Este grupo figura con bastante frecuencia en la LXX, principalmente para la raíz ןשׁי. El hebreo hace una diferencia más neta entre<br />

lo que uno se sueña y el hecho de dormir de lo que lo hace el griego. En Sabiduría 4:6 ὕπνος es un eufemismo para designar el<br />

coito. El sueño revelador figura en Génesis 28:10ss; 1 Reyes 3:5. Los sueños pueden comportar un mensaje divino (Gn. 20:3; 40:9,<br />

etc.), pero también se los puede equiparar con la falsa profecía (Jer. 23:25). En Proverbios 6:4 la raíz se vincula con la pereza, y en<br />

Jueces 16:14 con el pecado. En Isaías 28:7–8 describe la destrucción escatológica (y cf. el sueño de la muerte en Jer. 51:39). El<br />

insensato es en gran medida un dormilón (Si. 22:9).<br />

2. En el <strong>Testamento</strong> de Rubén 3:1, 7 el espíritu de sueño puede ser el espíritu de la creación, o posiblemente el espíritu de la muerte<br />

o <strong>del</strong> error. La idea <strong>del</strong> sueño escatológico de la muerte se da en Enoc Etíope 49:3. El estado entre la muerte y el ésjaton es de<br />

sueño, y la resurrección es un despertar <strong>del</strong> sueño. El sueño es también una figura para el tiempo de este eón. Los sueños transmiten<br />

revelación mientras uno duerme.<br />

3. Filón halla en el sueño un proceso natural, pero también caracteriza a aquellos que están lejos <strong>del</strong> conocimiento. Hay que resistirse<br />

a él como a un enemigo; la fe se parece a un despertar de un profundo sueño. Filón nunca usa el sueño para designar la muerte,<br />

pero ambos están cerca.<br />

4. Josefo se refiere al sueño natural. Acepta las revelaciones oníricas <strong>del</strong> AT. En el sueño el alma abandona el cuerpo. El sueño es un<br />

prototipo de la muerte.<br />

C. El NT.<br />

1. La raíz ὑπν- se refiere al proceso o estado natural <strong>del</strong> sueño en Mateo 1:24; Lucas 8:23 (Jesús dormido en la barca); Hechos 16:27<br />

(el carcelero se sobresalta de su sueño).<br />

2. El NT no encuentra un papel muy importante para los sueños; así, ἐνύπνιον y ἐνυπνιάζομαι figuran solamente en Hechos 2:17<br />

(cita de Jl. 2:28) y Judas 8 (que denuncia brevemente a los oponentes como dormilones, e. d. no como visionarios, sino como ciegos<br />

a la verdad).<br />

3. En Lucas 9:32 los discípulos sobre el monte de la Transfiguración tienen los ojos pesados por el sueño. Esta frase destaca el<br />

contraste entre Jesús y los discípulos, explica la confusión de ellos después [p 1219] de la experiencia, y anuncia lo que sucede<br />

después en Getsemaní. El tema <strong>del</strong> sueño es prominente en Hechos 20:9ss. Romanos 13:11–12 usa el despertar <strong>del</strong> sueño como<br />

una metáfora para liberarse de la servidumbre al antiguo eón (cf. los paralelos en el judaísmo y en el helenismo). Como en 1 Tesalonicenses<br />

5:4ss, el llamado no es simplemente a mantenerse vigilantes sino a renunciar al apego al mundo. El mandato de velar<br />

(con ἀγρυπνέω) figura en Marcos 13:33; Lucas 21:36; Efesios 6:18. En 2 Corintios 6:5; 11:27 las vigilas de Pablo son sus pesados<br />

esfuerzos.<br />

4. El sueño de la muerte figura en Juan 11:11ss. La enfermedad de Lázaro no llevará a la muerte (v. 4). En el v. 11 está implícito el<br />

trasfondo más profundo de la muerte misma, que es sólo una realidad aparente de cara a Jesús. Cuando los discípulos no logran<br />

comprender (v. 12), se hace una distinción entre el sueño de la muerte y «el descanso <strong>del</strong> sueño» (v. 13). Estos versículos proclaman<br />

la impotencia básica de la muerte a la luz de la resurrección.<br />

D. La iglesia antigua y el gnosticismo. El sustantivo no figura en los Padres apostólicos, y el verbo solamente en 1 Clemente 26.2<br />

(citando Sal. 3:3, el sueño de la muerte). Las imágenes <strong>del</strong> dormir y el despertar figuran en relación con la resurrección. Entre los<br />

compuestos encontramos ἀγρυπνία (el cuidado vigilante) en Bernabé 21.7. Las obras apócrifas se refieren a cómo Jesús timoneaba<br />

la barca mientras dormía, a la embriaguez con el sueño, y al sueño de la muerte. En el gnosticismo el sueño es la ignorancia y el

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