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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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μετακινέω. Esta palabra poco común significa a. «quitar», y b. «alterar». En el AT griego se usa para «quitar (un lindero)» (Dt.<br />

19:14) y «ahuyentar» (Is. 54:10). En el único caso <strong>del</strong> NT el uso es figurado; los colosenses (Col. 1:23) no han de apartarse de la<br />

esperanza <strong>del</strong> evangelio.<br />

[J. Schneider, III, 718–720]<br />

κλάδος [rama]<br />

κλάδος significa «vástago», «brote», «rama», y en sentido figurado se usa para referirse a los hijos. En Romanos 11:16ss Pablo<br />

usa el término para las ramas que son injertadas en el único olivo. Pablo acepta la continuidad de la comunidad, pero para él Cristo<br />

es la «simiente» de Abraham (Gá. 3:16), y por eso la comunidad consta de los creyentes en Cristo, tanto judíos como gentiles. La<br />

fe en Cristo y en la obra salvífica de Dios en él es el requisito único para ser miembro. Una relación de fe reemplaza a la relación<br />

de sangre. El árbol permanece, pero algunas ramas se han apartado, y otras nuevas las reemplazan. En Ignacio, Tralianos 11.2, los<br />

cristianos son llamados κλάδοι de la cruz; en Hermas, Semejanzas 8.1ss, hay una alegoría <strong>del</strong> injerto, y en Justino, Diálogo 110.4,<br />

encontramos una parábola de la vid y sus continuos brotes.<br />

[J. Schneider, III, 720–722]<br />

[p 429] κλαίω [llorar, lamentarse], κλαυθμός [llanto, lamento]<br />

κλαίω. Esta palabra, que significa «llorar» o «lamentar», expresa el pesar al separarse, el remordimiento, el dolor por los muertos,<br />

pero a veces también la alegría (cf. Gn. 46:29). En Lucas 6:21 Jesús bendice a los que lloran y les promete la risa, mientras que los<br />

que ahora ríen llorarán. Como en los rabinos, la risa frente a Dios denota la autoafirmación humana y la seguridad en uno mismo,<br />

mientras que el llorar expresa reconocimiento y aceptación de Dios y de su autoridad. Al final, sin embargo, los que ahora se desentienden<br />

de Dios van a ver su condición de perdición, mientras que los que confían en él disfrutarán de la gracia y la comunión.<br />

Este trastrueque de todos los valores manifestará la diferencia entre la seguridad verdadera y la falsa. Ejemplos veterotestamentarios<br />

de este tipo de llanto se pueden hallar en 2 Reyes 20:3ss y 22:18–19 (Ezequías y Josías). Otras referencias son Jueces 15:18;<br />

Oseas 12:4; Salmo 126:5–6. En el uso bíblico va incluida la idea de las lágrimas de remordimiento debidas a un sentido de culpabilidad.<br />

Esto es ajeno al mundo griego, donde lo que se llora es el destino y no las propias acciones pecaminosas de uno. Detrás de<br />

esa distinción se halla la relación diferente con Dios, en quien puede haber una humilde confianza porque él dirige los destinos<br />

humanos hacia la salvación. Allí donde el juicio se expresa con κλαίειν, su plena severidad se denota con el uso de términos más<br />

suaves (πενθείν, ὀρηνεῖν, etc.) para denotar la acción propiamente dicha de lamentarse (cf. Lc. 6:25; Stg. 4:9; Ap. 18:11; Jn.<br />

16:20). La manifestación de Dios significará tanto la sujeción a él como el pesar de darse cuenta de lo que esto entraña. En Lucas<br />

23:28 las mujeres lloran y se lamentan por Jesús; están llenas de pesar porque ven lo irreversible de la marcha hacia la cruz. Pero<br />

Jesús les dice que no lloren, porque él está dando cumplimiento al plan de Dios, y esta es su gloria. Al llorar demuestran que no<br />

entienden, y Jesús reacciona con otro llamado al arrepentimiento, diciéndoles que deben llorar más bien por sus propios hijos, los<br />

cuales sufrirán las consecuencias de lo que está ocurriendo. En Lucas 19:41–42 él mismo llora por Jerusalén.<br />

κλαυθμός. Este palabra se usa literalmente para referirse al lamento o la pena en Mateo 2:18 y Hechos 20:37. En otros lugares<br />

figura con el «crujir de dientes» para denotar el terror ante la manifestación de Dios por parte de quienes rechazan su invitación<br />

(Mt. 8:12; 13:42, 50; 22:13; 24:51; 25:30; Lc. 13:28). El crujir de dientes sugiere un remordimiento atormentador.<br />

[K. H. Rengstorf, III, 722–726]<br />

κλάω [partir, romper], κλάσις [fracción, partimiento], κλάσμα [trozo, migaja]<br />

A. Uso general.<br />

1. κλάω significa «romper», «arrancar» (cf. Ro. 11:19–20 [lectura variante]), «destrozar»; κλάσις significa «separación» (de los<br />

brotes de la vid), y κλάσμα significa «fragmento» o un «bocado» o «trozo» de pan.<br />

2. Este grupo de palabras se usa en el NT para la costumbre común de partir el pan en las comidas, con que se inicia el compartir <strong>del</strong><br />

plato principal. Jesús sigue esta práctica al alimentar a la multitud (Mr. 6:41), en la Última Cena (Mr. 14:22) y en el encuentro en<br />

Emaús (Lc. 24:30). Para Pablo cf. Hechos 20:11; 27:35. El banquete en común de la iglesia se llama κλάσις <strong>del</strong> pan en Hechos<br />

2:42 y cf. 20:7. Los fragmentos que sobran en Mateo 6:42 y Juan 6:12–13 son κλάσματα; según la costumbre, Jesús ordena que<br />

sean recogidos después de la comida.<br />

B. El partimiento <strong>del</strong> pan como término para la Cena <strong>del</strong> Señor. El partimiento <strong>del</strong> pan no es en cuanto a tal un acto cultual, ni<br />

siquiera en la Última Cena; forma parte <strong>del</strong> proceso de iniciación. De modo que el partimiento <strong>del</strong> pan en Hechos 2:42 (cf. 20:7) es<br />

sencillamente un término para las comidas corrientes en las cuales los creyentes comparten la mesa recordando cómo el propio

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