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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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. Si la posición especial de Pablo es determinada principalmente por su llamado a ser un mensajero, una de las razones que le dan<br />

un sentido más desarrollado <strong>del</strong> llamado, semejante al de los profetas, es la objeción que él no tiene la condición o dignidad de los<br />

otros apóstoles (Gá. 1). Pero esto corre parejas con su experiencia de Jesús y su reconocimiento de la importancia <strong>del</strong> Espíritu.<br />

Estas cosas lo llevan a verse a sí mismo como enviado de Cristo (2 Co. 5:20) que trabaja junto con él (2 Co. 6:1). El Dios que<br />

actuó en Jesús actúa por medio de Pablo como quien sirve a Dios y por lo tanto participa de la obra propia de Dios (2 Co. 3:8,<br />

11ss). Esto es válido, sin embargo, sólo sobre la base de su encargo, no de su persona. Como siervo <strong>del</strong> Señor, consciente de que<br />

Dios señorea sobre la historia entera, puede insistir con gozo en su responsabilidad apostólica aun cuando el intenso vínculo con el<br />

Señor imponga actualmente la pobreza y el sufrimiento (2 Co. 12:10).<br />

E. Jesús como el enviado.<br />

1. A Jesús sólo una vez se le llama ἀπόστολος (Heb. 3:1), pero especialmente en Juan el asunto mismo parece estar presente; cf. el<br />

uso de ἀποστέλλω. Surge la pregunta de si los mitos de redentores influyen aquí con lo que hablan <strong>del</strong> mensajero, el envío, el<br />

embajador de la luz, y la impartición de la verdad. Un punto importante es que el movimiento espacial (desde arriba), más que la<br />

autorización, es el punto principal en esos círculos.<br />

2. En Juan, sin embargo, el envío destaca la significación de la persona de Cristo y de lo que se hace en él, a saber, que el Padre<br />

habla y actúa por él. a. En los signos Dios manifiesta a Jesús como el prometido, y a sí mismo como el que actúa en él y por medio<br />

de él. b. El destino de aquellos que se encuentran con Jesús queda decidido por su actitud con respecto a él más que por su doctrina:<br />

Jesús representa al Padre en persona. c. La muerte de Jesús es inseparable de su palabra, y su crucifixión y glorificación constituyen<br />

una unidad. Así pues, Jesús es más que los embajadores gnósticos. Si la idea <strong>del</strong> envío desempeña un papel, este queda matizado<br />

por la cristología de Juan en vez de darle forma. Para Juan el complejo entero está vinculado con el envío profético y adquiere<br />

su sello <strong>del</strong> hecho que este embajador no es un hombre, ni siquiera el hombre primigenio o preexistente, sino el Hijo en quien el<br />

Padre manifiesta su presencia y ofrece salvación o juicio.<br />

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ψευδαπόστολος. Esta palabra figura solamente en el NT, y en el NT solamente en 2 Corintios 11:13, donde Pablo mismo la define:<br />

«que se disfrazan como apóstoles de Cristo». Estos falsos apóstoles no están autorizados por Cristo, como lo muestra su falta<br />

de compromiso exclusivo con Dios o con Cristo. Su descripción como «superapóstoles» (11:5) está llena de ironía, puesto que un<br />

apóstol se encuentra ya, como tal, en una posición incomparable, y aún así se caracteriza por su humildad. Pablo tiene en la mira<br />

[p 80] a sus oponentes judaizantes que ponen en duda el apostolado de él (cf. Gá. 1:1). Probablemente los cristianos, tal vez el<br />

propio Pablo, acuñaron el término, que apoya la tesis que ἀπόστολος en su sentido distintivo es también de procedencia cristiana.<br />

En cuanto a la misma idea, aunque no la palabra, cf. Apocalipsis 2:2: «que se dicen ser apóstoles y no lo son».<br />

ἀποστολή. Palabra bastante común para a. «despacho de naves», b. cualquier tipo de «envío», como también una «separación»<br />

activa, «sepultura» (de una momia). En el ámbito judío puede tener sentidos tan variados como «tributo», «regalo», «despacho de<br />

un don» o simple «envío».<br />

En el NT se usa con διακονία en Hechos 1:25, con χάρις en Romanos 1:5, a solas en 1 Corintios 9:2 y Gálatas 2:8, siempre con<br />

referencia al oficio <strong>del</strong> ἀπόστολος de Jesús, y quedando ahora bajo el dominio completo <strong>del</strong> término ἀπόστολος en su sentido<br />

neotestamentario.<br />

[K. H. Rengstorf, I, 398–447]<br />

ἀποστρέφω → στρέφω; ἀποσυνάγωγος → συναγωγή; ἀποτάσσω → τάσσω<br />

ἀποφθέγγομαι [declarar]<br />

«Hablar en voz alta y clara, o con énfasis» (referente a filósofos, extáticos, profetas, cantores y poetas), a veces en mal sentido. En<br />

los Hechos se usa en buen sentido con respecto a aquellos que, llenos <strong>del</strong> Espíritu, hablan de manera extática (Hch. 2:4) o proféticamente<br />

(Hch. 2:14; 26:25).<br />

[J. Behm, I, 447]<br />

ἀποψύχω → ψυχή; ἀπρόσκοπος → κόπτω; ἀπροσωπολήμπτως → προσωποληψία<br />

ἀπωθέω [rechazar]<br />

Esta palabra, que ya desde Homero se usa para «repeler, rechazar», aparece en el NT sólo en la pregunta retórica de Romanos 11:1<br />

y en la respuesta negativa que ella exige (v. 2). Israel es el pueblo de Dios, y por eso él no puede repudiarlo.

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