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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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misma importancia y validez que el mandato de amar a Dios. En Gálatas 5:21 Pablo concluye su lista con la frase «y cosas semejantes»,<br />

lo cual les posibilita a los lectores continuar la lista mentalmente.<br />

ὁμοιόω. Esta palabra significa a. «asemejar o igualar», b. «comparar», y c. (en pasiva) «ser como, asemejarse». En Mateo generalmente<br />

sirve para introducir las parábolas. La introducción puede ser en forma de una pregunta estereotipada (cf. 11:16; Mr.<br />

4:30; Lc. 13:18, 20). En Mateo 6:8 Jesús les dice a sus discípulos que no «sean como» los gentiles cuando oran. Hebreos 2:17 nos<br />

dice que, en su humillación, Jesús es «hecho semejante» a sus hermanos con el fin de poder realizar su obra como sumo sacerdote.<br />

Pero no se trata de una simple igualación (cf. 9:14).<br />

ὁμοιότης. Esta palabra significa «semejanza» o «similitud». Los únicos casos en el NT se hallan en Hebreos. En 4:15 la tentación<br />

de Jesús presenta una «semejanza» con las nuestras; la diferencia es que él no peca. En 7:15 Cristo es un sacerdote a «semejanza»<br />

de Melquisedec, no sobre la base de la ley y <strong>del</strong> linaje, sino por el poder de una vida indestructible.<br />

ὁμοίωσις. Esta palabra poco común significa a. «semejanza, asimilación», b. «parecido», y c. (en gramática) «comparación». En<br />

la LXX significa principalmente «semejanza». El único ejemplo en el NT se halla en Santiago 3:9 (cf. Gn. 1:26), donde el maldecir<br />

a aquellos que son hechos a «semejanza» de Dios contradice claramente el bendecir a Dios mismo. En este sentido el término<br />

es importante en los Padres. Los alejandrinos distinguen entre εἰκών como algo en lo que somos creados (y que por lo tanto permanece<br />

después de la caída), y ὁμοίωσις como algo para lo que somos creados (y por lo cual debemos, por lo tanto, esforzarnos).<br />

ὁμοίωμα. Esta palabra poco común significa «lo semejante», «copia», con énfasis en el aspecto de «semejanza». En la LXX asume<br />

también el sentido de «forma» (Dt. 4:12). Este es el sentido en Apocalipsis 9:7.<br />

1. En Romanos 1:23 las «imágenes» cultuales son contrapuestas a la gloria de Dios; son hechas en forma de cuerpos humanos o<br />

animales.<br />

2. En Romanos 6:5 los bautizados son a «semejanza» de la muerte y resurrección de Cristo. Mucho se debate si el punto de Pablo es<br />

que el bautismo es simplemente una representación de la muerte de Cristo, o si es una semejanza que contiene el original. Una<br />

primera opinión es que se trata de una similitud o reproducción de la muerte y resurrección de Cristo. Una segunda opinión conecta<br />

la «semejanza» con nuestra propia muerte en el bautismo; hemos crecido juntos con una muerte bautismal que es como la muerte<br />

de Cristo, que es el tipo que se refleja en la muerte experimentada en el bautismo. Una tercera opinión es que la palabra<br />

ὁμοίωμα denota la muerte mística y sacramental <strong>del</strong> bautizado con Cristo; en el pensamiento católico, la muerte de Cristo está<br />

directamente presente en el sacramento. Una cuarta opinión es que somos integrados sacramentalmente, pero no místicamente, en<br />

la muerte de Cristo en cuanto ella está presente en el bautismo. Por lo que se refiere a la semejanza de la resurrección, hay cierto<br />

debate acerca de si esto se refiere a la resurrección mística con Cristo en el bautismo, o a la futura resurrección de los bautizados.<br />

Las dos principales líneas de exégesis son a. que los bautizados experimentan una resurrección mística correspondiente a la de<br />

Cristo, y b. que ellos toman parte sacramentalmente en la propia resurrección de Cristo. Se puede señalar (1) que puesto que Pablo<br />

está hablando de la semejanza y no <strong>del</strong> acontecimiento de la muerte y resurrección de Cristo, es difícil que se esté refiriendo a una<br />

relación mística con los hechos históricos; (2) que puesto que él tiene en mente un vínculo orgánico, es difícil que esté diciendo<br />

que nuestras experiencias son copias de la de Cristo; y (3) que por lo tanto llegamos a la conclusión de que la semejanza en cuestión<br />

es la de la muerte y la resurrección de Cristo, tal como ellas están ahora sacramentalmente presentes, con los hechos históricos,<br />

y que por medio de esta semejanza nosotros mismos quedamos así íntimamente vinculados con esas realidades salvíficas.<br />

[p 670] 3. En Romanos 5:14 Pablo dice que la muerte se enseñorea inclusive sobre aquellos que no pecaron como Adán, e. d. que no<br />

copiaron el pecado de Adán.<br />

4. En Romanos 8:3 y Filipenses 2:7 Pablo usa esta palabra con referencia a la vida terrenal de Cristo. En Romanos 8:3 enfatiza la<br />

realidad de la humanidad de Cristo, diciendo que él vino en la «semejanza» de la carne de pecado; ingresó en el nexo <strong>del</strong> pecado<br />

humano, pero sin quedar sujeto al poder <strong>del</strong> pecado, como se daría a entender si Pablo hubiera dicho sencillamente «en carne de<br />

pecado». El ὁμοίωμα denota semejanza en apariencia pero distinción en esencia. Con el cuerpo, el Cristo intrínsecamente sin<br />

pecado se convierte en representante de la humanidad pecadora a fin de que, destruyendo este cuerpo, Dios pueda borrar el pecado<br />

humano. El término ὁμοίωμα es claramente un intento por superar la dificultad de tener que decir que el Cristo en quien el pecado<br />

humano queda condenado no es él mismo un pecador. La palabra bien puede ser inadecuada, de cara al misterio de la persona y la<br />

obra de Cristo, pero no es docetista como algunos suponen. Cristo no es simplemente un ser celestial con una forma humana exterior;<br />

es verdadera y plenamente humano, pero no es un pecador. El punto es parecido en Filipenses 2:7, donde Cristo, tomando<br />

forma de siervo, nace en «semejanza» humana. Aquí el sentido se acerca más al de forma, pero en el trasfondo están los dos pensamientos<br />

de que él, que es la imagen plena de Dios, se hace imagen <strong>del</strong> hombre, y de que la imagen significa semejanza más que<br />

plena identidad, puesto que Cristo difiere de todos los demás por su obediencia coherente (v. 8). Detrás de esta afirmación se halla<br />

el mensaje de Juan 1:14, a saber, que Dios ha irrumpido en la historia humana. No se da a entender que él haya dejado de ser Dios;<br />

incluso en su humanidad Cristo es al mismo tiempo un ser de otra categoría. En los Padres, Ignacio se refiere a la resurrección de

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