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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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mas de la realidad, no sus creadores ni diseñadores. Junto con los humanos, son miembros orgánicamente relacionados de la misma<br />

realidad. Es por eso que no tienen responsabilidad personal; incluso la oración es fundamentalmente ilógica. Por lo tanto se<br />

produce una desintegración religiosa cuando los dioses son considerados de este modo. La implicación política es la democracia,<br />

en la cual los individuos se entregan libremente a lo correcto. Sin embargo, puesto que lo correcto está sobre ellos, y no es simplemente<br />

aquello que ellos decretan, está presente un impulso hacia la monarquía. El gobernante tiene una medida especial de<br />

virtud. En cuanto a tal, él es la ley inspirada, aunque no es κύριος.<br />

2. Dioses y gobernantes en el Cercano Oriente y en Egipto. En el Cercano Oriente los dioses son los señores de la realidad.<br />

Controlan el destino; y los individuos, creados por ellos, son responsables ante ellos y a veces pueden ser castigados por ellos. Con<br />

razón, entonces, se los puede llamar señores. Son ellos quienes dan las leyes que los gobernantes declaran a sus súbditos, y que los<br />

súbditos deben sencillamente obedecer. El Cercano Oriente tiene un fuerte sentido de que las leyes necesitan una autorización<br />

personal. Esto conduce al culto al gobernante como administrador de la ley, quien está más cerca de los dioses, y que por lo tanto<br />

puede imponer exigencias incondicionales sobre los demás. La confrontación personal con los dioses se halla en el corazón de este<br />

modo de entender las cosas.<br />

3. El κύριος helenístico.<br />

a. Cronología. El uso de κύριος para dioses y gobernantes se desarrolla en el siglo I a. C. En esa época las frases κύριος βασιλεύς,<br />

κύριος θεός y κύριος στρατηγός pasan al uso común. Los datos disponibles de Egipto y Siria muestran que todo esto parece<br />

ocurrir en el plazo de una sola generación. Probablemente se trata de la adaptación de un desarrollo egipcio y sirio más antiguo.<br />

b. Localización. En Egipto κύριος se usa para diversos dioses, y este uso se difunde a Asia Menor, Creta, Italia, Roma y España. En<br />

Siria se desarrolla un uso semejante, para el cual hay paralelos en Arabia y España. A otras deidades se las llama κύριος o κυρία<br />

en Asia Menor e Italia (cf. la Artemisa efesia). Se puede señalar que este uso nunca se generaliza. Sólo es común allí donde corresponde<br />

al uso nativo, y en Siria κύριος es comparativamente mucho menos común que su equivalente semítico.<br />

c. Tendencia. Mientras que el uso autóctono fija el contenido principal, se puede discernir cierta tendencia en los ejemplos griegos.<br />

El término κύριος no se usa para dioses sobresalientes, ni sólo para aquellos que son objeto de particular veneración. Denota una<br />

relación personal, p. ej. en la oración de petición, la dedicación votiva o la acción de gracias. κύριος denota un orden bajo el cual<br />

se colocan las personas, y que está conectado con la idea de dominio sobre la naturaleza y el destino. Correlativo a κύριος es el<br />

término δοῦλος («esclavo»), que implica autoridad personal así como relación, pero también con una fuerte garantía de protección<br />

(cf. los nombres semíticos que contienen nombres de dioses). En Egipto el concepto de señorío da expresión lingüística más fuerte<br />

al dominio de la deidad sobre la naturaleza, pero no hay duda de que la transferencia de κύριος a los dioses sobre la base de un<br />

uso nativo existente tiene lugar independientemente en Egipto y en Siria.<br />

d. Los gobernantes. Por lo que se refiere a los gobernantes, expresiones como κύριος βασιλεύς son adaptaciones de usos nativos<br />

que siempre parecen ajenas a los griegos y posteriormente desaparecen. En el período imperial, κύριος se convierte en un breve<br />

resumen <strong>del</strong> puesto <strong>del</strong> emperador, principalmente para fines de poner fechas. Lo encontramos unas cuantas veces bajo Nerón,<br />

pero es más común posteriormente, y después de Trajano se va abriendo paso poco a poco hacia el pleno estilo imperial. También<br />

figura en forma absoluta (cf. Hch. 25:26), aunque al principio el latín dominus [p 479] se evita a causa de su obvia sugerencia de<br />

absoluta monarquía (cf. Augusto). Sin embargo, bajo la fachada de la democracia, triunfa una autocracia al estilo <strong>del</strong> Cercano<br />

Oriente. Esto explica porqué el término κύριος logra establecerse. Inicialmente no tiene conexión con el culto imperial, pero si el<br />

emperador no es κύριος en tanto dios, fácilmente puede ser dios en tanto κύριος, e. d. en virtud de su dominio universal. A veces,<br />

entonces, encontramos la frase dominus et deus. No obstante, este no es el énfasis principal. Por eso Tertuliano puede aceptar dominus<br />

en un sentido y no en otro, y, mientras que los zelotes, por razones políticas, no pueden aceptar ninguno de los dos, los judíos<br />

en general no encuentran dificultad en llamar κύριοι suyos a los gobernantes civiles.<br />

[W. Foerster, III, 1039–1058]<br />

C. El nombre de Dios en el AT.<br />

1. El nombre de Dios en la LXX.<br />

a. La LXX usa κύριος para el nombre divino Yavé, en un esfuerzo por destacar su significado. Puesto que el término tiene que<br />

usarse también para los señores humanos, o incluso como forma de trato respetuosa, quizás el esfuerzo no resulta totalmente exitoso.<br />

Pero en la esfera religiosa, κύριος se reserva para Dios. En este sentido se usa con regularidad, e. d. más de 6.000 veces, y con<br />

la excepción de unos pocos casos siempre es para Yavé en formas tales como κύριος θεός, κύριος ὁ θεός y ὁ κύριος θεός.

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