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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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2. Los hombres como ἐπίσκοποι. En la LXX no existe un oficio de ἐπίσκοπος claramente definido, pero el término se usa para<br />

«supervisor» en diversos sentidos, p. ej. los oficiales en Jueces 9:28; Isaías 60:17, los supervisores de fondos en 2 Crónicas 34:12,<br />

17, los inspectores de los sacerdotes y levitas en Nehemías 11:9, <strong>del</strong> templo en 2 Reyes 11:18, y de funciones <strong>del</strong> templo, etc. en<br />

Números 4:16. Filón usa el término para «uno que conoce las almas», y Josefo para un «guardián» de la moral.<br />

C. ἐπίσκοπος en el NT.<br />

1. De los cinco casos en el NT, uno tiene que ver con Cristo. En 1 Pedro 2:25 se llama a Cristo el pastor y ἐπίσκοπος de nuestras<br />

almas. Este término, que complementa aquí la noción de pastor, sugiere el trabajo pastoral de velar o guardar, pero también podría<br />

implicar que él tiene el conocimiento más completo. En cualquier caso, combinada con pastor, esta palabra tiene la implicación de<br />

su total ofrenda de sí en beneficio de las almas de su pueblo (cf. ἐπισκοπέω en Heb. 12:15).<br />

2. En los otros casos son hombres los que son llamados ἐπίσκοποι, y esto plantea dos preguntas. a. ¿Quiénes son estos individuos<br />

llamados ἐπίσκοποι? La palabra no se usa para carismáticos itinerantes sino sólo para dirigentes de congregaciones establecidas.<br />

Para esos dirigentes pronto encontramos las palabras πρεσβύτεροι o ἐπίσκοποι y διάκονοι. Como se puede ver por Hechos<br />

20:28 (el discurso de Pablo a los ancianos efesios), al principio no hay distinción entre πρεσβύτεροι y ἐπίσκοποι. Allí todos los<br />

πρεσβύτεροι son ἐπίσκοποι, su tarea es la de pastorear (cf. 1 P. 2:25; 5:2ss), hay varios ἐπίσκοποι en una misma iglesia, su<br />

llamado proviene <strong>del</strong> Espíritu Santo (si bien esto no descarta la elección o designación, Hch. 6:3ss; 14:23), y su función es la de<br />

dirigir de manera vigilante a los creyentes sobre la base de la obra de Cristo. b. ¿Cuándo es que la actividad libre de supervisar se<br />

convierte en designación de un oficio? Hay desde el inicio un impulso en esta dirección, ya que, mientras que en Hechos 20:28<br />

Pablo describe una función, también se está dirigiendo a un grupo específico. La adición en Filipenses 1:1 («con los obispos»)<br />

muestra también que lo que se tiene en mente es un oficio y no solamente una actividad, aun cuando no se nos dice cuál es ese<br />

oficio específico, excepto en términos generales de función. En 1 Timoteo 3:1 ἐπισκοπή es un cargo definido al que uno puede<br />

aspirar, y para el cual hay requisitos (aunque no se enumeran deberes). Puesto que aquí no hay referencias ulteriores al Espíritu<br />

Santo, son las necesidades cotidianas las que influyen en su desarrollo, pero los requisitos se enuncian muy sobriamente y abarcan<br />

la confiabilidad moral, la monogamia, una vida familiar disciplinada, capacidad de enseñar, madurez, e irreprochabilidad según los<br />

criterios <strong>del</strong> mundo no cristiano. En el pasaje paralelo de Tito 1:5ss los requisitos para los ancianos son similares, y el uso súbito<br />

de ἐπίσκοπος en el v. 7 muestra que se está pensando en la misma función, a saber, la de guiar a la congregación y representarla,<br />

enseñar y dirigir el culto cuando no está presente un ministro itinerante. El uso <strong>del</strong> singular en 1 Timoteo 3:2 y Tito 1:7 no significa<br />

que haya sólo un obispo [p 246] en cada iglesia; simplemente es una referencia al obispo como tipo. El punto <strong>del</strong> cargo es el<br />

servicio más que el poder; el obispo, también, recibe admonición y debe ser sobrio y disciplinado en su conducta. Su autoridad<br />

proviene <strong>del</strong> Espíritu Santo. El destacar a algunos ancianos en 1 Timoteo 5:17 porque gobiernan bien, especialmente en la enseñanza<br />

y la predicación, puede apuntar hacia distinciones tempranas que en cierto momento conducirían a un primado de los obispos.<br />

Es poco probable que los ángeles de las iglesias en Apocalipsis 1:20, etc. sean obispos.<br />

D. Origen y forma original <strong>del</strong> episcopado. Debemos comenzar con la distinción entre el origen <strong>del</strong> cargo episcopal y el de la<br />

designación ἐπίσκοπος. Ninguno de los que en el mundo antiguo eran llamados ἐπίσκοποι puede haber servido como mo<strong>del</strong>o<br />

para el ἐπίσκοπος cristiano. Tal vez se pueda hallar un paralelo formal con el obispo y el diácono en el ἀρχισυνάγωγος y el<br />

ὑπηρέτης en la sinagoga, especialmente porque el primero dirige el oficio divino, supervisa el orden externo, y está acompañado<br />

de ancianos; pero no parece haber una semejanza más profunda, p. ej. en relación con la tarea de guiar y cuidar a la congregación<br />

como comunidad de fe y de amor. También se ha sugerido la estructura de la comunidad de Damasco como mo<strong>del</strong>o, con sus dirigentes<br />

de campamentos que, además de los deberes externos, son responsables por las admisiones y las expulsiones así como por<br />

la enseñanza, la predicación y la disciplina, y cuyo título se podría traducir al griego por ἐπίσκοπος. Sin embargo, es poco probable<br />

que esa pequeña comunidad constituyera ningún ejemplo directo para la iglesia cristiana, y además esos líderes son demasiado<br />

monárquicos en comparación con el antiguo episcopado cristiano, y tampoco hay mención alguna de los diáconos. La verdad es<br />

que no necesitamos buscar mo<strong>del</strong>os, ya que la iglesia cristiana era una cosa nueva y distintiva cuya misión exigía nuevos cargos, y<br />

que por naturaleza tenía el impulso de crearlos. Jesús había designado a los Doce y les había dado a ellos y a otros un ministerio<br />

apostólico complementado por los esfuerzos misioneros de maestros y profetas. Allí donde se fundaban iglesias, las personas con<br />

un carisma especial (1 Co. 12:28) tenían que ser puestas al mando para que asumieran responsabilidad por la vida en común en<br />

asuntos tales como la dirección pastoral, el culto y la predicación (cf. Hch. 14:23; 1 Ts. 5:12; Ro. 12:8; Gá. 6:6ss). Es así como<br />

surgen los ἐπίσκοποι y los διάκονοι de Filipenses 1:1, y estos cargos permanecen cuando disminuye en una localidad dada la<br />

necesidad de ministros itinerantes. El título ἐπίσκοπος se deriva de la función. Así como πρεσβύτεροι proviene <strong>del</strong> mundo judío,<br />

el ámbito griego ofrece en ἐπίσκοπος una palabra familiar pero no precisamente definida a la cual se le puede dar una aplicación<br />

cristiana. Al igual que διάκονος, se trata de un término modesto, pero tiene un rico contenido debido a su uso para el ser y la actividad<br />

divinos, y la descripción de Jesús mismo como ἐπίσκοπος incrementa su significación teológica. Posteriormente se llega a<br />

asociar a este término una afirmación humana, cuando 1 Clemente abre la puerta a la idea de la sucesión apostólica con su cadena<br />

jerárquica: Dios, Cristo, los apóstoles, los obispos (42–44). Didajé 15.1 probablemente da una mejor descripción real de la situación<br />

cuando muestra cómo los itinerantes abren paso a los obispos y diáconos locales. Sin embargo, durante el siglo II, el obispo

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