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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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ser conmovido (cf. Am. 8:9; Jer. 4:23ss). En Isaías 51:6 se prevé un colapso cósmico, y según 65:17 serán creados un nuevo cielo<br />

y una nueva tierra. Así el cielo mismo es introducido en el círculo de la soteriología. Pero el cielo nunca es en el AT de interés<br />

primordial; incluso cuando la salvación viene <strong>del</strong> cielo, el punto central es que viene a la tierra. Sólo una vez (Dn. 4:23) se menciona<br />

el cielo en lugar <strong>del</strong> nombre de Dios, aunque cf. Salmo 73:9; Job 20:27.<br />

[G. von Rad, V, 502–509]<br />

C. La LXX y el judaísmo.<br />

I. La LXX.<br />

1. Adiciones.<br />

a. οὐρανός se usa 667 veces en la LXX, a veces en adiciones. Estas adiciones pueden tener la intención de dar mayor vivacidad (cf.<br />

Jos. 8:21; Éx. 9:29; Dt. 9:15; Job 7:9, etc.).<br />

[p 719] b. Otra razón para añadir οὐρανός puede ser el expresarse más concretamente (cf. Is. 8:21; 24:18, 21; 38:14).<br />

c. A veces, la creencia de que Dios como Creador está vinculado al cielo es la razón para añadir οὐρανός (cf. Sal. 91:1; Is. 14:13;<br />

Job 22:26). Puede haber aquí anticipaciones <strong>del</strong> reemplazo <strong>del</strong> nombre de Dios por el término «cielo», o puede ser que se esté<br />

tratando de proteger la trascendencia divina.<br />

2. El plural οὐρανοί. La LXX usa el plural 51 veces. Este uso es ajeno al griego secular, y sigue el uso hebreo. Figura principalmente<br />

en los Salmos o en textos similares (cf. 1 S. 2:10; Dt. 32:43). El único uso en prosa se halla en 2 Crónicas 28:9, pero se vuelve<br />

más común en 2 y 3 Macabeos, Sabiduría, etc. La expresión «cielos de los cielos» (Dt. 10:14; 1 R. 8:27) refleja la idea de una<br />

pluralidad de cielos, pero se usa para sugerir la grandeza <strong>del</strong> universo y la <strong>del</strong> dominio de Dios sobre él.<br />

II. El judaísmo.<br />

a. El judaísmo entra en una especulación acerca <strong>del</strong> cielo, que conduce a la idea de varios cielos. Generalmente son siete en número,<br />

cada uno con su propio nombre, y todos amados por Dios. Otros textos, sin embargo, hablan de dos, tres, cinco o diez cielos. Enoc<br />

71:5ss ofrece una descripción viva <strong>del</strong> cielo de los cielos con el Anciano de Días, los serafines, los ángeles, etc. en una casa de<br />

piedras de cristal, con fuego vivo que fluye entre ellos.<br />

b. Otro desarrollo en el judaísmo es el uso extendido <strong>del</strong> término «cielo» en lugar de Dios.<br />

c. El judaísmo espera una nueva creación en el tiempo <strong>del</strong> fin, en forma ya sea de una transfiguración o de una completa destrucción<br />

y reemplazo de la antigua creación.<br />

D. El NT. οὐρανός figura en el NT 284 veces (94 de ellas en plural). Donde es más común es en Mateo (84 veces) y en Apocalipsis<br />

(54). Se usa principalmente en Mateo en las fórmulas «Padre <strong>del</strong> cielo» y «reino de los cielos» (plural en ambos casos). El uso<br />

plural en el NT se deriva principalmente de fuentes judías, aunque el gnosticismo helenístico puede haber tenido cierta influencia<br />

sobre Efesios 1:10; 4:10; 6:9; Colosenses 1:16, 20, y posiblemente Hebreos 4:14; 7:26; 9:23. El uso <strong>del</strong> NT en general refleja por<br />

una parte la antigua visión <strong>del</strong> cielo como una bóveda, y por otra la creencia de que el cielo es el ámbito divino <strong>del</strong> cual Dios desciende.<br />

Esas ideas van juntas, ya que la relación con Dios involucra el sentido cosmológico, y el sentido cosmológico la relación<br />

con Dios. El cosmos es «cielo y tierra», en que el cielo predomina. La integración de ambas cosas es obra de Dios. Su relación<br />

simboliza la <strong>del</strong> Creador con la creación (cf. Is. 55:9).<br />

1. Cielo y tierra.<br />

a. Con la tierra, el cielo fue creado por Dios (Hch. 4:24; Ap. 10:6; cf. Hch. 17:24). Se promete la creación de un nuevo cielo y una<br />

nueva tierra (Ap. 21:1). El pecado ha trastornado la antigua creación, pero la creación nueva ya está preparada en el designio salvífico<br />

de Dios (2 P. 3:13; cf. Ro. 8:21ss).<br />

b. El cielo pasará, al igual que la tierra (Mr. 13:31; Ap. 21:1; Heb. 12:26). Ambos son guardados para la destrucción (2 P. 3:7), y<br />

huyen aterrorizados ante Dios (Ap. 20:11). La ley es válida mientras permanezcan el primer cielo y la primera tierra (Mt. 5:18),<br />

pero la palabra de Jesús permanecerá aunque ellos perezcan (Mr. 13:31). El juicio de Dios sobre el cielo y la tierra es el trasfondo<br />

<strong>del</strong> verdadero mensaje <strong>del</strong> NT, a saber, el establecimiento de lo que es duradero e inconmovible (Heb. 12:27).

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