07.05.2013 Views

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

317<br />

sentido en 2 Corintios 3:18 es a. (un uso figurado <strong>del</strong> sentido literal): todos nosotros con el rostro «descubierto, sin velo» (en contraste<br />

con vv. 13 y 15). Aquí el término expresa la inmediatez de la revelación y de la comunión con Dios en el NT.<br />

κατακαλύπτω<br />

1. Fuera <strong>del</strong> NT la palabra significa «velar(se)», «poner(se) velo». En la LXX Moisés esconde el arca detrás de una cortina (Éx.<br />

26:34), los serafines se cubren la cara (Is. 6:2), y, si bien las mujeres habitualmente se cubren con un velo, una mujer embozada al<br />

lado <strong>del</strong> camino es una prostituta (Gn. 38:15).<br />

2. En el NT la palabra figura sólo en 1 Corintios 11:6–7. Aquí Pablo exige que las mujeres usen una cobertura o velo para orar o para<br />

profetizar. No hay evidencias que apoyen la idea de que las mujeres griegas estuvieran obligadas a colocarse el velo en público. En<br />

tiempos de Tertuliano, las mujeres judías eran notorias en África <strong>del</strong> Norte porque cuando estaban en la calle usaban velo. La costumbre<br />

parece, en realidad, haber sido propia <strong>del</strong> Cercano Oriente, como en la ley asiria de que las mujeres casadas y viudas debían<br />

colocarse el velo en público, y las prostitutas (esclavas) debían andar sin velo. La población natal de Pablo, Tarso, por hallarse<br />

en la frontera <strong>del</strong> Cercano Oriente, es más estricta en este sentido que Grecia o la mayor parte <strong>del</strong> Asia Menor, pero incluso allí<br />

hay muchas excepciones. La práctica que Pablo elogia, entonces, se deriva <strong>del</strong> Cercano Oriente, y él la restringe al ámbito que se<br />

halla bajo la jurisdicción de la iglesia, es decir, el culto.<br />

3. En la era cristiana, la costumbre de las mujeres de llevar velo ha tenido una historia variada. Las catacumbas retratan a mujeres<br />

orando que sólo están parcialmente cubiertas con velo, y con frecuencia encontramos que se retrata a María y a otras mujeres santas<br />

sin cubrirse la cabeza. Los velos han sido considerados obligatorios para las monjas y a veces para otras mujeres que prestan<br />

servicio en la iglesia. Muchas mujeres, especialmente las católicas, también usan alguna cobertura sobre la cabeza para el culto.<br />

Pero ni ha habido ni hay una aplicación universal de esta regla.<br />

ἀποκαλύπτω, ἀποκάλυψις. Estos términos plantean problemas especiales, porque es fácil importar ideas dogmáticas hacia los<br />

pasajes <strong>del</strong> NT que habitualmente se traducen por «revelar» y «revelación». Pero uno no se puede refugiar en la exposición puramente<br />

filológica usando traducciones tales como «poner de manifiesto» o «develar». Los términos son, hasta cierto punto, ambivalentes,<br />

pero tienen una buena medida de unidad interna, y la mejor manera de destacarla es con el término «revelación» como la<br />

manifestación de la deidad, con tal que esto se coloque primero sobre una base más amplia.<br />

A. La idea de revelación en la historia religiosa. La moderna investigación religiosa, si bien no descuida los fenómenos, se asoma<br />

detrás de ellos en busca de un elemento objetivo. La religión tiene que ver con la manifestación de la deidad. La deidad está escondida;<br />

no hay un acceso directo. Pero no se puede tratar con ella si permanece escondida. Es opinión general, entonces, que la<br />

deidad se manifiesta a sí misma. La religión busca el método adecuado para lograr esto. Para este fin encontramos el uso de fetiches,<br />

sueños, oráculos, astrología, auspicios, etc. Estas cosas, cuando se institucionalizan, pueden ser balanceadas por la palabra de<br />

individuos dotados, quienes a veces se convierten en fundadores de religiones, y cuyas enseñanzas asumen una forma más permanente<br />

como escritos.<br />

[p 402] B. La revelación en el mundo griego y en el helenismo.<br />

1. La religión popular. Mientras que los romanos enfatizan la regularidad en la revelación, los griegos encuentran la deidad<br />

principalmente en lo inusitado. Sin embargo, se pueden usar medios comunes para declarar las fuerzas <strong>del</strong> destino. Son importantes<br />

los sueños y su interpretación, pero sobre todo el oráculo. Los griegos no usan el término ἀποκαλύπτειν para referirse a la<br />

revelación divina. Para ellos la deidad es tan evidente y tan escondida como la realidad de la cual es la forma básica; por eso uno<br />

puede verla o pasarla por alto. Si sigue siendo parte de la esencia de la deidad el manifestarse a sí misma, no existe una revelación<br />

única. Los dioses no dan sino insinuaciones, y son tan volubles como la fortuna, sin tener una norma de voluntad moral inviolable.<br />

La religión griega conoce las revelaciones, pero no es una religión de revelación.<br />

2. La crítica crédula y la incrédula. La antigüedad puede mostrarse crítica respecto a las revelaciones. No acepta el mito como<br />

historia, alegoriza sus rasgos objetables, y cuestiona las señales milagrosas (cf. los epicúreos, y el énfasis de Epicteto en que debemos<br />

dejarnos guiar por el deber). Plutarco, al comentar el oráculo, acepta el hecho de que el alma puede ser instrumento de la<br />

deidad, pero destaca que es un instrumento imperfecto. La deidad usa a personas inspiradas, pero no entra en ellas corporalmente<br />

ni las usa contra su voluntad. Los fenómenos físicos pueden, sin embargo, provocar el don mántico, de modo que si comprendemos<br />

el asunto correctamente no hemos de descartar lo oracular como si no mereciera confianza alguna.<br />

3. El volverse hacia la historia. Aunque las concepciones mágicas pueden constituir el punto de partida, la idea <strong>del</strong> «hombre divino»<br />

señala un volverse hacia la historia. Ciertos gobernantes, estadistas, poetas, médicos, eruditos y filósofos que son sobresalientes<br />

(cf. Empédocles, Pitágoras y Apolonio; también Sócrates, Platón, e incluso Epicuro) causan un impacto tal sobre su propia generación<br />

y las sucesivas que se les ve y se les honra como reveladores divinos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!