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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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505<br />

νομοθεσία. Esta palabra denota el resultado más que el acto de la legislación, e. d. la ley, la constitución, etc. El único caso en el<br />

NT se halla en Romanos 9:4, donde uno de los privilegios de Israel es la posesión (no el otorgamiento) de la ley.<br />

νομοθετέω. Esta palabra significa ya sea a. «dar leyes» o b. «arreglar los asuntos legalmente». En pasivo, en Hebreos 7:11, el<br />

punto es la recepción de la ley, la ley completa y no sólo la legislación cultual. En Hebreos 8:6 la referencia es al establecimiento<br />

general ya sea <strong>del</strong> ministerio (λειτουργία) o de la alianza (διαθήκη): con más probabilidad lo primero, aunque no está en juego<br />

nada esencial.<br />

παρανομία. Esta palabra puede denotar ya sea una condición o un acto que entra en conflicto con una norma (legal). El único uso<br />

en el NT se da en 2 Pedro 2:16, donde la referencia es al acto incorrecto de Balaam, sin conexión específica alguna con la ley <strong>del</strong><br />

AT. Surge la pregunta de si aquí la reprensión se refiere al castigo o a la advertencia.<br />

παρανομέω. Esta palabra, que significa «transgredir una ley», figura en el NT sólo en Hechos 23:3; la antítesis κατὰ τὸν νόμον<br />

muestra que de lo que se trata es de transgredir la ley <strong>del</strong> AT.<br />

[W. Gutbrod, IV, 1036–1091]<br />

→ νομοδιδάσκαλος (διδάσκω)<br />

[p 641] νόσος [enfermedad], νοσέω [estar enfermo], νόσημα [enfermedad], (μαλακία [padecimiento, enfermedad], μάστιξ<br />

[sufrimiento, dolencia], κακῶς ἔχω [estar mal, estar enfermo])<br />

νόσος, de etimología incierta, significa «enfermedad», «plaga», «epidemia»; también «calamidad», «libertinaje». νοσέω significa<br />

«estar enfermo», y figuradamente «estar lleno de ambición (enfermiza)», etc.<br />

A. La enfermedad y el pecado.<br />

1. El pensamiento primitivo <strong>del</strong> Cercano Oriente y de Grecia. El pensamiento primitivo conecta la enfermedad y la impureza bajo el<br />

concepto de μίασμα, que es una especie de sustancia que hay que evitar. Posteriormente se piensa que los demonios la transmiten<br />

o son provocados por ella, o se piensa que los dioses vengan las ofensas (principalmente cultuales) por medio de ella. Muchas<br />

palabras babilónicas referentes al pecado denotan también enfermedad, y los salmos penitenciales babilónicos suelen quejarse de<br />

la enfermedad y la destrucción. Se idean expiaciones para restaurar el cuerpo. En Grecia, Apolo venga las transgresiones infligiendo<br />

pestilencia, y Egipto ofrece ejemplos de enfermedad como castigo por las ofensas.<br />

2. La equiparación de defecto y enfermedad en la filosofía griega. La filosofía griega insinúa la derivación de actos inmorales a<br />

partir de la degeneración física, pero también relaciona defecto y enfermedad más estrictamente al exigir la ejercitación tanto física<br />

como mental para superar el mal.<br />

3. Enfermedad y pecado en el AT. El AT nunca describe el pecado como una enfermedad espiritual. Si los salmos penitenciales<br />

muestran semejanzas con los de Babilonia, la diferencia estriba en que la culpa ante Dios es moral. La enfermedad <strong>del</strong> Salmo 103<br />

es real, y si es sin esperanza como el pecado, el punto de partida <strong>del</strong> AT es la conexión entre culpa y juicio. Un sentido de inocencia<br />

(Job) protesta contra una causalidad rígida entre pecado y enfermedad, e Isaías 53 resuelve el problema resultante mediante el<br />

concepto <strong>del</strong> sufrimiento vicario.<br />

4. Enfermedad y pecado en el judaísmo. El judaísmo elabora la doctrina de la retribución, pero evita una equiparación directa de<br />

pecado y enfermedad, con la excepción de cierta influencia griega en el judaísmo helenístico. Si los enfermos han de hacer una<br />

confesión especial, es más a causa de la inminencia de la muerte que por una condición especial de pecado. Las enfermedades<br />

pueden ser castigos de amor, y Dios está especialmente cercano a los enfermos, de modo que hay que visitarlos y ayudarlos en<br />

lugar de evitarlos. El papel de la medicina se honra ya en Sirácida 18:12.<br />

5. Enfermedad y pecado en el NT. El NT considera la enfermedad como contraria a la voluntad creadora de Dios, ve en acción en<br />

ella el poder demoníaco, y rastrea una conexión general entre pecado y enfermedad (Mt. 12:22ss, etc.). Pero Jesús, trascendiendo<br />

el dogma de la retribución, otorga tanto curación como perdón (Mr. 2:5ss), de modo que ahora los cristianos pueden ver la enfermedad<br />

como una corrección divina (1 Co. 11:32) y al mismo tiempo dar pasos para lidiar con ella por medio de la oración, la curación,<br />

etc. (2 Co. 12:8; Stg. 5:13ss, etc.). En Marcos 2:17 Jesús acepta la enfermedad como figura de lenguaje para referirse al pecado,<br />

pero lo hace sólo para proclamar que él ha venido a salvar a los pecadores. El uso figurativo en 1 Timoteo 6:4 es más<br />

helenístico con su sugerencia de que la ignorancia es fuente de aberración (cf. la descripción <strong>del</strong> error como una carcoma gangrenosa<br />

en 2 Ti. 2:17). Aquí el estar enfermo denota un estado interior anormal.<br />

B. La enfermedad como sufrimiento vicario.

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