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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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de Aqiba. c. Sin embargo, la actitud resultante difiere de lo que realmente se quiere decir con la esperanza, ya que aquí se hace un<br />

intento calculado por garantizar la expectativa; en esa medida se abroga la soberanía divina, que es la base de la verdadera esperanza.<br />

d. El énfasis en el logro personal, que va implícito en la exigencia de observar la ley, también comporta incertidumbre en<br />

cuanto a la salvación personal.<br />

3. El problema de la seguridad de la salvación. a. La expectación <strong>del</strong> pueblo va acompañada de una expectación individual, pero,<br />

como esa expectación incluye la separación entre los justos y los malos, permanece la duda acerca de si uno va a reunir los requisitos<br />

para la felicidad eterna, como lo atestigua el pesimismo de algunos rabinos de cara al juicio. Moisés acusa a los que no observan<br />

la ley (Jn. 5:44). b. Se hacen intentos por superar la falta de seguridad señalando hacia la oración, u observando el modo de<br />

morir, o desarrollando una teología <strong>del</strong> sufrimiento en virtud de la cual el sufrimiento de los justos paga en esta vida la culpa que<br />

de otro modo tendría que pagarse después de la muerte. Estas medidas, sin embargo, no logran producir la esperanza, ya que se<br />

concentran en el yo en lugar de remitirse a la divina gracia y don que es lo único que puede infundir una esperanza verdadera y<br />

cierta.<br />

[K. H. Rengstorf, II, 523–529]<br />

D. La esperanza <strong>del</strong> judaísmo helenístico.<br />

1. La esperanza es parte de la vida y sólo se interrumpe con la muerte. Cuando estamos enfermos tenemos la esperanza de curarnos,<br />

o de reunirnos cuando estamos separados. La esperanza de los malos es vana. También lo es la esperanza que se cifra en el poder<br />

militar. Los justos esperan en Dios, y al temerle a él no le temen a nada más. Lo que se espera es su protección, o alguna bendición<br />

especial, o el auxilio incluso en la muerte. Escatológicamente, la restauración de Israel es el tema de la esperanza. Para estos aspectos<br />

de la esperanza véase especialmente el Sirácida, Sabiduría, y 1, 2 y 4 Macabeos.<br />

2. La psicología griega ejerce influencia sobre Filón. Para él la esperanza es la expectación neutral, aunque generalmente <strong>del</strong> bien. Es<br />

la contraparte <strong>del</strong> recogimiento. Ofrece consuelo en la angustia, pero como proyección nuestra <strong>del</strong> futuro. Pero para Filón la esperanza<br />

va más allá de la proyección humana, hasta la perfección de la verdadera humanidad. En este sentido debe dirigirse a Dios y<br />

a su perdón y salvación, asumiendo así un aspecto de confianza.<br />

E. El primitivo concepto cristiano de la esperanza.<br />

1. El concepto neotestamentario de la esperanza está regido esencialmente por el AT. Sólo cuando el ámbito es secular entonces este<br />

grupo de palabras denota la expectación (buena); cf. «contar con» en Lucas 6:34; 1 Corintios 9:10, etc., o más con un acento de<br />

«tener esperanza» en Lucas 23:8; 24:21; Hechos 24:26; Romanos 15:24; 1 Corintios 16:7. El elemento veterotestamentario de<br />

confianza es fuerte cuando la relación es con personas, como en 2 Corintios 1:3; 5:11; 13:6. La confianza en las personas es el<br />

punto en 2 Corintios 13:7, aunque se basa en la confianza en Dios (v. 13).<br />

2. Cuando se cifra en Dios, la esperanza incluye la expectación, la confianza y la espera paciente. Está conectada con la fe, como en<br />

Hebreos 11:1, que enfatiza la certeza de lo que es dado por Dios. Romanos 8:24–25 establece no sólo el punto formal que no esperamos<br />

aquello que está visiblemente presente, sino también el punto material que lo que está visiblemente presente no ofrece base<br />

alguna para la esperanza porque pertenece al ámbito de la σάρξ. Es por eso que tenemos que esperar con paciencia, creyendo en<br />

esperanza contra esperanza, e. d. sin poder contar con factores controlables y [p 231] por lo tanto reclinándonos totalmente en Dios<br />

(Ro. 4:18). El soportar pacientemente es el punto principal en Romanos 5:4; 1 Tesalonicenses 1:3; Hebreos 3:6; 1 Pedro 1:21. La<br />

principal diferencia respecto al AT es que el acto de la salvación ahora ha sido ya realizado en Cristo, de modo que la esperanza<br />

misma es una bendición escatológica, y hay toda razón para tener confianza, como la que tiene Pablo respecto a los corintios (2<br />

Co. 1:12ss). La esperanza descansa sobre la fe en el acto de la salvación (Ro. 8:24–25) y es sostenida por el Espíritu (vv. 26–27).<br />

Es parte integral de la vida cristiana (Ro. 15:13; 12:12). En cuanto tal va íntimamente ligada a la fe y al amor (1 Ts. 1:3; 1 Co.<br />

13:13). Permanece incluso cuando llegamos a la visión, ya que está centrada no en lo que se va a dar sino en el Dios que lo da y<br />

que va a mantenerlo cuando esté dado. En esta vida se podrá enfatizar la perseverancia (Ro. 5:2, 4–5), pero nuestra espera es confiada,<br />

porque somos salvados por la esperanza (Ro. 8:24).<br />

3. En Juan, ἐλπίς aparece con poca frecuencia (cf. Jn. 5:45; 1 Jn. 3:3), pero la noción está abarcada aquí por πίστις, o en el<br />

Apocalipsis por la perseverancia. El elemento de esperar el futuro escatológico es prominente en Colosenses 1:5; 1 Timoteo 4:10;<br />

Hechos 23:6 (la resurrección), pero la esperanza es en sí una bendición escatológica en Mateo 12:21; 1 Pedro 1:3, y cf. Cristo<br />

como nuestra esperanza en Colosenses 1:27, y la esperanza como don en 2 Tesalonicenses 2:16. No se dan descripciones <strong>del</strong> futuro<br />

(excepto en el Apocalipsis), de modo que la confianza en el acto de Dios es siempre un elemento constitutivo en la expectación<br />

esperanzada <strong>del</strong> cristiano.<br />

ἀπελπίζω. Esta palabra posterior significa «no creer o no esperar», p. ej. que una enfermedad se va a curar. En la LXX puede<br />

significar «perder la esperanza». En el NT figura en ciertas versiones de Efesios 4:19, al describir a los paganos. Hay un uso singu-

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