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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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1. La vida humana se halla bajo una prueba divina que culmina en el juicio (1 Co. 3:13; Stg. 1:12). El juicio, sin embargo, resume la<br />

prueba divina en la historia (1 Ts. 2:4). El trasfondo de esta visión de la prueba se halla en el AT: el juicio final, p. ej. en Jeremías<br />

11:20; la prueba presente, p. ej. en Salmos 17:3; 26:2.<br />

2. El juicio futuro y el actual escrutinio divino configuran un modo de vida correspondiente. a. La atestación o garantía es una<br />

cuestión apremiante en 1 y 2 Corintios. Los corintios no encuentran en Pablo la prueba de poder que buscan (2 Co. 13:3). Él les<br />

recuerda que lo que cuenta no es la aprobación humana sino la divina (2 Co. 10:18). Esto le añade sentido a la cuestión de la atestación.<br />

b. La atestación se manifestará en la aflicción, e. d., la presión que se pone sobre la iglesia en este período en el cual todavía<br />

no ve la salvación y se halla expuesta a ataques por parte de las potestades seculares y demoníacas. El sufrimiento produce capacidad<br />

de soportar, la capacidad de soportar produce δοκιμή, y la δοκιμή esperanza (Ro. 5:3–4). Los macedonios permanecen<br />

gozosos y generosos en medio de una grave δοκιμή de aflicción (2 Co. 8:2). Cf. tb. Santiago 1:2–3; 1 Pedro 1:6–7: en el primero<br />

de estos textos, τό δοκίμιον es probablemente «la prueba», mientras que en el segundo tiene [p 183] el sentido más probable de<br />

«autenticidad», pero la idea es esencialmente la misma en ambos. La prueba cierne a los δόκιμοι (1 Co. 11:19), e. d. los auténticos<br />

creyentes que rehúyen los partidismos, que glorifican a Dios mediante la obediencia (2 Co. 9:13), que atestiguan su amor en la<br />

colecta (2 Co. 8:8), y que, aun cuando el apóstol mismo pueda dar la impresión de haber fallado, satisfacen ellos mismos la prueba<br />

haciendo el bien (2 Co. 13:5ss). c. Aquí la presuposición es que sólo los creyentes pueden satisfacer la prueba <strong>del</strong> juicio. Aparte de<br />

Cristo, a los seres humanos se les entrega a una mente que es ἀδόκιμος (Ro. 1:28), e. d. a una actitud que, puesto que ellos mismos<br />

no juzgaron conveniente (ἐδοκίμασαν) reconocer a Dios, es reprobada o inauténtica.<br />

3. Colocados bajo el ojo escrutador de Dios, los cristianos quedan bajo la doble prueba denotada por el verbo δοκιμάζειν. a. Deben<br />

aprender la voluntad de Dios mediante la prueba o examen (cf. Ro. 12:2; Ef. 5:9–10; Fil. 1:10; 1 Ts. 5:21). Esto los protege <strong>del</strong><br />

capricho y los coloca seriamente bajo la voluntad de Dios para sus vidas. Del mismo modo deben probar los espíritus (1 Jn. 4:1). b.<br />

Al mismo tiempo, deben probarse o examinarse a sí mismos (2 Co. 13:5). En particular, los corintios desordenados deben examinarse<br />

cuando se acercan a la mesa <strong>del</strong> Señor (1 Co. 11:28). c. Jesús exige también que sus seguidores examinen los tiempos, y<br />

reprocha a la gente porque sabe interpretar los fenómenos materiales pero no detecta los signos <strong>del</strong> rumbo que Dios le está dando a<br />

la historia (Lc. 12:56).<br />

4. En Mateo 21:42 y paralelos, citando Salmo 118:22, Jesús se describe a sí mismo como la piedra «desechada» que se ha convertido<br />

en cabeza <strong>del</strong> ángulo (cf. 1 P. 2:4, 7). Ahora estamos expuestos a la prueba humana, pero lo que finalmente cuenta es la prueba<br />

divina.<br />

[W. Grundmann, II, 255–260]<br />

δοῦλος [esclavo], σύνδουλος [consiervo], δούλη [esclava], δουλεύω [ser esclavo], δουλεία [esclavitud], δουλόω [esclavizar],<br />

καταδουλόω [esclavizar], δουλαγωγέω [esclavizar], ὀφθαλμοδουλία [servicio para ser mirado]<br />

δούλος, σύδουλος, δούλη, δουλεύω, δουλεία. Todas estas palabras tienen que ver con la esclavitud. En contraste con los grupos<br />

paralelos, denotan un servicio obligatorio. οἰκέτης es el que más se acerca, pero enfatiza la posición social <strong>del</strong> esclavo, mientras<br />

que δοῦλος enfatiza su dependencia respecto a su señor.<br />

A. El grupo de palabras entre los griegos.<br />

1. Los griegos tienen un fuerte sentido de la libertad. La dignidad personal consiste en la libertad. Hay, por tanto, una violenta<br />

aversión a toda servidumbre. Se puede prestar servicio al estado, pero por libre decisión. La esclavitud se desprecia y se rechaza.<br />

Esto explica la fiereza con que los griegos combatían por la independencia política. La única esclavitud que permite Platón es la<br />

esclavitud a las leyes. Las leyes, sin embargo, representan la meta de la humanidad, de modo que la esclavitud a la ley no es de<br />

ningún modo derogatoria. Aristóteles muestra un parecido desprecio por la esclavitud; para él los esclavos no tienen parte en el<br />

estado ni dan verdadero servicio a él. Los estoicos tienen una visión más amplia <strong>del</strong> servicio. El mismo Zeus nos llama a él, de<br />

modo que, si bien somos libres en relación con todos los hombres, estamos incondicionalmente atados a todos. Aun así el estoico<br />

nunca se llamaría a sí mismo el δοῦλος θεοῦ; él se mueve por el mundo como βασιλεύς y δεσπότης, precisamente lo opuesto <strong>del</strong><br />

δοῦλος. Esta es la característica de los sabios. Quienes no son sabios son esclavos, sin importar cuál sea la forma de su servidumbre<br />

(cf. Epicteto, Plutarco y Filón).<br />

2. Este estudio muestra que el grupo de palabras en cuestión no tiene ninguna significación religiosa para los griegos. La adquiere a<br />

medida que las religiones <strong>del</strong> Cercano Oriente van ganando nuevos adherentes, y al hacerlo así van cambiando la visión griega de<br />

Dios y de nuestra relación con él. Las únicas aparentes excepciones se hallan en Eurípides, pero se trata de casos especiales; p. ej.<br />

la necesidad de rendirse a Dionisos, o la forma en que Orestes evade la responsabilidad asegurando que está esclavizado a los<br />

dioses. En la religión griega la relación con los dioses es en general una relación de [p 184] familia en la cual Zeus es padre tanto<br />

de dioses como de humanos. Para los griegos el arrodillarse no forma parte <strong>del</strong> ceremonial religioso, excepto ante deidades de la

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