07.05.2013 Views

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

335<br />

1. Dignidad y posición social <strong>del</strong> heraldo. El heraldo ocupa un alto puesto en la antigüedad griega; pertenece a la corte, porta un<br />

cetro, y es renombrado por su astucia y sabiduría. Pero también realiza tareas pequeñas y hace diligencias muy ordinarias. Posteriormente<br />

hay heraldos de los misterios, de los juegos, de los festivales y de los mercados. Como oficiales estatales, los heraldos<br />

llegan a ser tenidos en poca estima pero aún así prestan servicios poco importantes, forman parte de las clases más altas, y con<br />

frecuencia se les dan altos honores y recompensas.<br />

2. Calidades que se exigen en un heraldo. El requisito básico es una voz fuerte y resonante, puesto que el heraldo tiene que emitir<br />

convocatorias, mantener la paz y hacer anuncios. Los juegos incluyen concursos para poner a prueba la fuerza y la dicción de los<br />

heraldos. Para restringir la locuacidad y la exageración, es importante que los heraldos comuniquen las noticias o transmitan los<br />

mensajes estrictamente en la forma en que se les dieron. En las negociaciones rara vez actúan por iniciativa propia, sino que sencillamente<br />

dan mensajes breves, plantean algunas preguntas, y vuelven a reportarse ante quien los envió, para recibir instrucciones<br />

adicionales. En la asamblea o en la corte actúan sólo como voceros <strong>del</strong> presidente.<br />

3. Significación religiosa <strong>del</strong> heraldo.<br />

a. Su inmunidad en las misiones diplomáticas. Puesto que para los griegos son inseparables la política y la religión, se considera que<br />

los heraldos que van en misión al extranjero están bajo protección no sólo de su patria sino también de los dioses. Dañarlos es<br />

acarrearse la ira divina. Aun cuando su mensaje sea poco bienvenido, hay que recibirlos con hospitalidad. Gozan de una especial<br />

condición sagrada que les posibilita el hablar sin temor ni favor. Por esta razón suelen acompañar a los legados. Incluso en la guerra<br />

pueden acercarse al campamento <strong>del</strong> enemigo para abrir negociaciones de paz. De modo similar pueden acercarse al campamento<br />

<strong>del</strong> enemigo a declarar la guerra.<br />

[p 424] b. Su participación en la vida de culto. Los heraldos ofrecen plegarias al momento de inaugurar una asamblea o reunir el<br />

ejército. Invocan bendiciones divinas sobre sus propias ciudades, y maldiciones sobre los traidores y ofensores públicos. También<br />

toman parte en los preparativos para sacrificios, y dirigen la plegaria en el sacrificio mismo. Participan también en el acto religioso<br />

de establecer tratados. Su llamado en los festivales y juegos podría tener también un aspecto cultual, y algunos heraldos son empleados<br />

específicamente por sociedades de culto (cf. su papel en los misterios eleusinos, en los cuales emiten el llamado a la adoración,<br />

dirigen la oración, ayudan en los sacrificios, y hacen anuncios importantes).<br />

4. El heraldo de los dioses. Si bien todos los heraldos se hallan bajo la protección de los dioses, los dioses tienen sus propios<br />

heraldos especiales. Hermes es el dios heraldo que desempeña el papel de heraldo en las asambleas divinas. También a veces las<br />

aves son heraldos de los dioses. También lo son los filósofos estoicos, los cuales, según Epicteto, van por el mundo con un estilo<br />

de vida sencillo, con la tarea de presentar la enseñanza divina con su verdad y su exigencia, llevando una paz mayor de la que<br />

incluso el emperador puede generar, pero también emitiendo un llamado a la decisión, reprendiendo el error, e invitando a la emulación.<br />

Formalmente se ve aquí un paralelo cercano con la labor de los primeros misioneros cristianos. Una distinción primordial<br />

es que el estoico se ve a sí mismo como un κατάσκοπος, un inspector de la gente que declara su mensaje sobre la base de sus<br />

observaciones. El punto de partida estoico, entonces, es la necesidad o la maldad humana, mientras que el punto de partida cristiano<br />

es la presencia bondadosa de Dios en Cristo. Esto apunta hacia la diferencia fundamental, a saber, entre el dios cuyos heraldos<br />

son los estoicos, y el Padre de Cristo cuyo mensaje declaran los apóstoles. El mensaje mismo difiere en consecuencia, porque, si<br />

bien los estoicos tienen altos ideales, a fin de cuentas sólo pueden aspirar a despertar una adormecida semilla de moral, en tanto<br />

que el evangelio introduce la nueva edad <strong>del</strong> reino, que implica una conversión y renovación radicales. Los heraldos filosóficos<br />

proclaman el desarrollo y la divinización <strong>del</strong> hombre; los mensajeros apostólicos proclaman la encarnación, el perdón de los pecados<br />

y el don de la vida eterna.<br />

B. El heraldo en el mundo judío.<br />

1. Josefo y Filón. En Josefo el uso parece estar principalmente en conexión con la guerra y la diplomacia; Filón evita el término.<br />

2. La LXX. κῆρυξ figura sólo cuatro veces en la LXX. En Génesis 41:43 no hay un original hebreo. En Daniel 3:4 el heraldo de<br />

Nabucodonosor le ordena a la gente rendir adoración. El uso en 4 Macabeos 6:4 es semejante (el heraldo de Antíoco). Sirácida<br />

20:15 usa la palabra en una comparación. El hecho de que no haya un verdadero equivalente es muestra de que la idea es ajena.<br />

3. Los rabinos. Entre los rabinos, en cambio, el heraldo vuelve a adquirir prominencia con la adopción <strong>del</strong> préstamo lingüístico זרכ.<br />

El origen de este término es disputado (¿griego? ¿persa?), pero halla un uso frecuente y variado para los pregoneros de la ciudad,<br />

los heraldos de la corte, los pregoneros <strong>del</strong> templo que despiertan a los sacerdotes, los anunciadores de sentencias rabínicas, y los<br />

heraldos angélicos o humanos de Dios (p. ej. Noé en la generación <strong>del</strong> diluvio).<br />

C. El κῆρυξ en el NT. El heraldo es extrañamente poco importante en el NT. Sólo se dan tres casos <strong>del</strong> término. En 2 Pedro 2:5 Noé<br />

es heraldo de rectitud (cf. 1 Clem. 7.6; 9.4), y en 1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11 Pablo es heraldo y apóstol (y maestro). (Algunos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!