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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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sidad podemos dirigirnos a él en oración, sabiendo que el Soberano de todas las cosas extenderá su protección poderosa. La apocalíptica<br />

vislumbra una oposición de voluntad que distorsiona la forma de este mundo, pero Dios en su omnipotencia puede transformar<br />

todas las cosas para su propio propósito, de modo que uno puede esperar con confianza su triunfo y su dominio al final.<br />

c. El Dios trascendente <strong>del</strong> NT. También en el NT Dios es κύριος, etc. No está fuera <strong>del</strong> mundo sino encima de él. Cielo y tierra<br />

juntos son la creación de Dios, si bien el cielo, como trono de Dios, es superior (Mt. 5:34–35), y las fuerzas terrenales se oponen al<br />

señorío de Dios en el cielo (cf. Mt. 6:10). El acontecimiento de Cristo es el encuentro decisivo entre el cielo y la tierra que la apocalíptica<br />

aguardaba (Lc. 17:20, que significa que el reino está presente en Jesús). En Jesús, Dios está con [p 327] nosotros; es<br />

Emanuel (Mt. 1:23; cf. Is. 7:14). Su forma y naturaleza celestiales encuentran su manifestación terrena en su condición de siervo y<br />

su crucifixión (Fil. 2:6ss). El Verbo se hizo carne (Jn. 1:14). El encuentro no significa una iluminación o divinización <strong>del</strong> hombre,<br />

ni un matrimonio divino-humano, sino un enaltecimiento y superación de la tensión mediante la muerte y resurrección de Cristo.<br />

La tensión no es la de lo infinito con lo finito ni la de la eternidad con el tiempo, como en la filosofía helenística. Dios no queda<br />

restringido por relaciones metafísicas (cf. Lc. 3:8). Ninguna potestad natural ni histórica puede forzar a Dios (Ro. 11:23–24). Su<br />

palabra es vida y muerte (Lc. 12:20). Todos los cambios y azares de la vida provienen de él. Dios está con su pueblo como su Rey<br />

y Protector, pero con una nueva certeza en Cristo que Pablo expresa con su ὑπέρ en Romanos 8:31–32. En virtud de este «Dios<br />

por nosotros» queda resuelta la ansiedad cósmica de la antigüedad. Palabras como μοίρα no figuran en el NT. Junto con esta trascendencia<br />

hay también, desde luego, una cierta inmanencia. Los creyentes son la casa en la que habita Dios. Dios está entre ellos<br />

(cf. 1 Co. 14:25: ἐν ὑμίν). Él es el Padre que está en todos, si bien este «en todos» ha de entenderse en términos <strong>del</strong> «sobre todos y<br />

por medio de todos» que lo precede (Ef. 4:6; cf. 1 Co. 12:6; Col. 1:17). 1 Juan 4:16 se refiere a un mutuo habitar, aunque más en el<br />

sentido de fi<strong>del</strong>idad que de unión metafísica. Esto concuerda con el importante papel de la oración en los escritos juaninos. La<br />

oración queda fuera de lugar cuando el inmanentismo disuelve la relación yo-tú. La oración presupone un Dios que está por encima<br />

<strong>del</strong> mundo y a quien podemos recurrir con confianza en tiempo de necesidad. En el NT aparecen diversos términos para la<br />

oración. Va dirigida a Dios. Realizada en el nombre de Jesús, tiene propósito así como certeza. Su clímax es la petición por la<br />

realización definitiva <strong>del</strong> gobierno de Dios, cuya victoria ya ha quedado decidida por el acontecimiento de Cristo (Lc. 11:2). Incluso<br />

después <strong>del</strong> acontecimiento de Cristo, esta realización sigue siendo objeto de fe y no de vista. El primer encuentro llegará a su<br />

plenitud cuando quede eliminado todo conflicto (Ap. 21:3–4) y Dios sea todo en todos (1 Co. 15:28).<br />

θεότης (→ θειότης). Esta palabra, que significa «divinidad», figura en el NT sólo en Colosenses 2:9 (cf. 1:19–20). El Dios uno, a<br />

quien pertenece toda deidad, ha otorgado esta plenitud de la deidad al Cristo encarnado.<br />

ἄθεος. En la antigüedad había siete formas básicas de ateísmo: 1. el ateísmo práctico de los ignorantes, negligentes y hedonistas<br />

(cf. Is. 22:13; Ro. 1:30); 2. la religión secularizada <strong>del</strong> culto estatal (Ez. 28:2; Dn. 11:36; Ap. 13); 3. la creencia en el destino (cf.<br />

Col. 1); 4. la reinterpretación metafísica de las creencias; 5. la duda religiosa (cf. Sal. 73); 6. el desafío contra el Dios omnipotente<br />

(cf. Moisés en Éx. 32:32; Jeremías; Job); 7. toda negación de Dios o de los dioses (judíos y cristianos son acusados de ateísmo por<br />

los politeístas, a cuyos dioses rechazan, mientras que Ef. 2:11–12 llama ἄθεοι a los paganos, y cf. Mart. Pol. 9.2).<br />

θεοδίδακτος. A diferencia de θεόπνευστος, que se usa para referirse a las Escrituras canónicas (2 Ti. 3:16), θεοδίδακτος («enseñado<br />

por Dios») se usa en 1 Tesalonicenses 4:9 para los cristianos como miembros de la nueva comunidad (cf. Jer. 31:34; Is.<br />

54:13; Jn. 6:45).<br />

[E. Stauffer, III, 94–121]<br />

θεῖος. a. Adjetivo de θεός, esta palabra significa «divino» en relación con todo lo que lleva el sello de la deidad, p. ej. como poder<br />

predominante, realidad final, significado supremo o concepción filosófica. Las personas cultas gustan de este término y suelen usar<br />

la expresión impersonal θεία φύσις para designar a Dios. También los seres humanos pueden ser θεῖος, p. ej. los videntes, los<br />

sacerdotes, los cantores, los salvadores y los gobernantes. b. El sustantivo τὸ θεῖον es un término común para «deidad». El NT usa<br />

θεῖος sólo en pasajes que están bajo influencia helenística (2 P. 1:3–4; Hch. 17:29), pero sin claudicar de la fe en el Dios personal.<br />

θειότης. Formada a partir de θεῖος, esta palabra también significa «divinidad» en el sentido de que algo es divino, ya se trate de<br />

un dios o de la majestad imperial. El único caso en el NT está en Romanos 1:20: la deidad de Dios se puede percibir en la creación.<br />

[H. Kleinknecht, III, 122–123]<br />

[p 328] θεοσεβής [temeroso de Dios], θεοσέβεια [piedad, reverencia a Dios]<br />

A. El uso fuera <strong>del</strong> NT. 1. El punto de interés tras este compuesto de θεός es la verdadera piedad (p. ej. honrar a los dioses), pero en<br />

sentido crítico significa «superstición», y más en general denota sencillamente «religión». 2. El grupo es poco común en la LXX<br />

(aunque εὐσέβεια es común en 4 Macabeos), pero cuando se usa (p. ej. en Job 1:1; Éx. 18:21), tiene el sentido de verdadera religión.<br />

El sustantivo aparece solamente en Proverbios 1:29. 3. θεοσεβής se puede hallar en unas cuantas inscripciones para describir

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