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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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II. El desarrollo histórico de la significación de Sión y Jerusalén.<br />

800<br />

1. Período temprano. Ubicada geográficamente de un modo poco favorable, Jerusalén debe su auge a factores históricos. Es primero<br />

una ciudad de los jebuseos, gobernada por su propio rey. Parece haber sido habitada antes <strong>del</strong> siglo diecinueve a. C. Melquisedec<br />

es el sacerdote-rey en Génesis 14:18, y las Cartas de Amarna contienen cartas <strong>del</strong> rey Abdi-Hera en el siglo XIII a. C. La ciudad es<br />

asignada a Benjamín (Jos. 15:8), pero la tribu no logra tomarla, y después de la conquista sigue siendo una ciudad de extranjeros<br />

(Jue. 19:11–12) que divide al norte <strong>del</strong> sur.<br />

2. La monarquía davídica hasta Josías.<br />

a. Cuando David se hace rey <strong>del</strong> país entero, ve la necesidad de quitar el obstáculo, y en un ataque sorpresivo captura a Jerusalén (2<br />

S. 5:6ss). La hace su propia ciudad, y construye allí su palacio. Asume los deberes cultuales de los jefes anteriores, y hace de ella<br />

el centro <strong>del</strong> culto, con Sadoc como sacerdote oficiante (al principio con Abiatar), con el arca como protección contra las incursiones<br />

de los cananeos, y con el templo como centro de culto planificado.<br />

b. Salomón amplía la ciudad y levanta nuevos edificios públicos. Colocado junto al palacio, el templo queda asociado con la dinastía<br />

y funciona como santuario nacional en el cual Dios tiene su morada.<br />

c. Después de Salomón se rompe la unidad nacional, pero la dinastía davídica se aferra a Jerusalén aun cuando esté cerca de la<br />

frontera. Se hacen obras en los muros, bajo Ezequías se mejora el suministro de agua, y el templo continúa desempeñando el papel<br />

que le había asignado Salomón. En el 701 a. C., inesperadamente, Senaquerib no logra capturar la ciudad; y Josías lleva a<strong>del</strong>ante<br />

reformas políticas y religiosas cuando el Imperio Asirio comienza a desmoronarse después <strong>del</strong> 626 a. C. Con sus conquistas convierte<br />

a Jerusalén en una capital aún más importante, y al suprimir los santuarios locales le da al templo un lugar más verdaderamente<br />

central.<br />

[p 1009] 3. Los últimos reyes y el exilio. Babilonia destruye el estado de Judá, pero permite que Jerusalén funcione como una<br />

pequeña ciudad-estado. Sin embargo, la ciudad retiene su importancia cultual (cf. Jer. 41:5) aun cuando los babilonios destruyen el<br />

templo y destrozan la creencia en la invencibilidad de Sión como lugar de la presencia de Dios. En efecto, la importancia de la<br />

ciudad aumenta entre los exiliados (Sal. 137). El sitio sagrado es el punto focal para los creyentes, no como residencia real, sino<br />

como un centro espiritual y como tema de la expectación escatológica.<br />

4. El período postexílico.<br />

a. Bajo los persas, los dirigentes deportados regresan, vuelven a establecer la anterior estructura social separada de la monarquía, y<br />

revisten a la ciudad de una renovada autoridad cultual. Ahora el pueblo se convierte en una comunidad de culto, y el segundo templo<br />

es, con más verdad, el templo <strong>del</strong> pueblo más que el de la casa real.<br />

b. Nehemías establece a Judá como una provincia separada, y reconstruye las murallas de la ciudad, la cual vuelve a ser la capital de<br />

una región más grande. Bajo Esdras y Nehemías la población es ahora casi exclusivamente israelita, al lograrse la separación religiosa.<br />

Como tierra <strong>del</strong> pueblo, Judá, con Jerusalén como su capital, logra mantenerse bajo los Ptolomeos a pesar <strong>del</strong> temerario<br />

intento de Antíoco Epífanes de convertir a Jerusalén en una pólis helenística. Tiene lugar la extensión sobre la colina oriental, y<br />

una nueva muralla rodea y defiende el territorio expandido.<br />

III. Aspectos y sentidos de los términos.<br />

1. Residencia real y capital.<br />

a. Con frecuencia el término Jerusalén –y menos frecuentemente Sión– denota el centro político, p. ej. en el período cananeo, bajo<br />

David, durante la monarquía, y de nuevo bajo Nehemías.<br />

b. En este sentido puede ser sencillamente la ciudad-estado, o puede mencionarse junto con las poblaciones provinciales, con todo el<br />

estado de Judá, o con Judá e Israel a la vez.<br />

2. Aspectos de la corte y sagrados. Al ser a la vez la capital y el centro de culto, Jerusalén desempeña una parte en una teología de la<br />

corte que se va desarrollando; cf. la ocasión en que se trae el arca, las ceremonias de entronización y de investidura, el concepto de<br />

la elección divina de la dinastía davídica (Sal. 132), y la elección que hace Dios de Sión. Sobre esta base hay una expectativa de la<br />

estabilidad de la monarquía y de la bendición material para un pueblo justo.<br />

3. Símbolo <strong>del</strong> pueblo o de la comunidad.

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