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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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5. El remanente y las naciones. Como entidad en el mundo, el remanente se halla en relación con las naciones. Va a regir sobre ellas<br />

(Miq. 5:6), pero las naciones acudirán a él para recibir instrucción (4:1ss). Con el juicio de las naciones habrá también un remanente<br />

de los gentiles (Is. 45:20ss). El remanente de Israel tiene la misión de declarar la gloria de Dios y de hacer que también los gentiles<br />

vengan a servir a Dios (Is. 66:19ss). Es bajo esta luz que hemos de entender el remanente de los filisteos en Zacarías 9:7, el<br />

remanente de las naciones que viene a adorar en Zacarías 14:6, y tal vez las referencias más formales al resto de las naciones en<br />

Ezequiel 36:3, 5, 36.<br />

6. La comunidad <strong>del</strong> remanente y el Mesías. Aunque la relación no se elabora en detalle, un vínculo entre el Mesías y el remanente<br />

está implícito en el nombre Emanuel, en el «nosotros» de Isaías 9:6, en la declaración de Isaías 10:21 (cf. 9:6), y en las promesas<br />

de Jeremías 23:3ss y Miqueas 5:1ss. Aquí las líneas conducen hasta Isaías 28:16ss, con su insinuación que la piedra es el Mesías<br />

sobre el cual se edifica el remanente con su fe, y más especialmente hasta Isaías 40ss y el mensaje <strong>del</strong> Siervo que lleva los pecados<br />

de muchos, de modo que la comunidad <strong>del</strong> remanente tiene su vida en él.<br />

[V. Herntrich, IV, 196–209]<br />

C. El concepto <strong>del</strong> remanente en Pablo en comparación con la apocalíptica y los rabinos.<br />

1. El remanente en Romanos 9–11.<br />

a. En Romanos 9ss Pablo adapta el concepto profético <strong>del</strong> remanente a fin de mostrar su cumplimiento presente. El endurecimiento<br />

de Israel confirma la distinción entre el Israel carnal y el espiritual. Como se ve en Jacob y Moisés, el segundo existe por el llamado<br />

de gracia de Dios. Ahora está compuesto por los judíos y los gentiles que tienen fe.<br />

b. El Israel creyente dentro de la nueva comunidad es el remanente. El hecho de que el Israel meramente natural haya sido cortado<br />

manifiesta el juicio de Dios, pero la preservación de un remanente de judíos entre los gentiles creyentes manifiesta su misericordia<br />

y su fi<strong>del</strong>idad. El énfasis se pone sobre la acción libre de Dios, pero, en vista de la generalizada incredulidad de Israel, también se<br />

halla un lugar para la responsabilidad de Israel (9:30–10:21).<br />

c. Esta responsabilidad consiste en el obstinado intento de establecer la justicia propia a pesar <strong>del</strong> mensaje de la justificación por la fe<br />

que es dada por Dios. En cambio, el remanente alcanza la verdadera rectitud al responder al evangelio. La existencia de este remanente<br />

es un mensaje de esperanza para [p 516] Israel. Los cristianos judíos se parecen a los 7.000 de tiempos de Elías, y por lo<br />

tanto son, en un sentido especial, un remanente de Israel.<br />

d. Este remanente es portador de una promesa de la salvación futura de todo Israel, cuando haya entrado la plenitud de los gentiles.<br />

Ahora podrá ser pequeño, pero no es una minoría incambiable. Al final llegará a ser la totalidad.<br />

2. Comparación y resumen.<br />

a. Israel. En la apocalíptica, el remanente es lo que al final quedará <strong>del</strong> pueblo entero. En la teología rabínica el énfasis se pone en la<br />

salvación total; sólo unos pocos judíos son rechazados y sólo unos pocos gentiles son salvados. En Pablo el remanente consta de<br />

los judíos creyentes de su propia época, y este es, prolépticamente, un cumplimiento escatológico de las profecías <strong>del</strong> remanente.<br />

b. La elección. En la apocalíptica la elección implica una restricción de la salvación a un remanente sectario. En Pablo, la fe en la<br />

salvación de Dios por Cristo traspone los límites sectarios. El remanente confirma la elección inviolable de Israel, pero de un modo<br />

tal que abarca también a los gentiles.<br />

c. El Mesías. La apocalíptica asigna un puesto importante al Mesías en su esperanza de la salvación <strong>del</strong> remanente. El nuevo giro en<br />

Pablo es que el Mesías ya ha venido en Cristo, que el remanente halla en él su vida entera, y que consta de aquellos que encuentran<br />

en él la rectitud de la fe.<br />

d. La fe. La apocalíptica enfatiza la predeterminación, pero todavía tiene un énfasis demasiado fuerte sobre la justicia por las obras.<br />

Lo mismo vale para la teología rabínica con su interés por el estudio y la observancia de la ley. En cambio, para Pablo lo que importa<br />

es la conversión a Cristo y la nueva vida que viene de esa conversión. Dios nos lleva a la fe, pero la fe es entonces nuestro<br />

propio acto por gracia. La fe no es una obra meritoria, pero sigue siendo un acto humano. Dios realiza la obra de injertar, pero los<br />

que serán injertados son aquellos que no persistan en la incredulidad (Ro. 11:23).<br />

e. Las naciones. La apocalíptica tiende a ver la destrucción de las naciones como paralela a la preservación <strong>del</strong> remanente. Pablo, en<br />

cambio, discierne una teleología divina en virtud de la cual el endurecimiento general de Israel está al servicio de la salvación tanto<br />

de los gentiles como de Israel (Ro. 11:13ss). Para Pablo, pues, el concepto de remanente no implica ningún estrecho sectarismo.

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