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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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226<br />

puntos éticos y escatológicos. El punto en la expresión levemente irónica de 1 Corintios 7:40 es que tener el Espíritu significa<br />

conocer la voluntad de Dios. Si Pablo no puede citar aquí al propio Cristo, su punto de vista es de peso porque él es portador <strong>del</strong><br />

Espíritu. En Judas 19, πνεῦμα ἔχειν hace eco de la distinción gnóstica entre psíquicos y pneumáticos, posiblemente tomando el<br />

lema propio de los gnósticos para volverlo contra ellos mismos. Uno habría podido esperar πνεῦμα en vez de νοῦς en 1 Corintios<br />

2:16 (la «mente» de Cristo). Cuando figura en el NT λόγον ἔχειν, el sentido básico de λόγος es «palabra» más que «razón». En<br />

Hechos 19:38 la idea es la de alegar algo, en Colosenses 2:23 la de tener reputación de algo, y en 2 Pedro 1:19 retener la palabra<br />

profética. En Juan 5:38 tener la palabra de Dios significa creer y recibir a aquel que es el Logos, la revelación personal de Dios.<br />

3. La posesión demoníaca. La religión y el pensamiento griegos postulan también un «daimon» que está activo dentro de los seres<br />

humanos. Si este «daimon» es bueno, lo poseemos; si es malo, nos posee a nosotros. Los papiros mágicos sugieren medios para<br />

asegurarse buenos «dáimones», lo cual en última instancia significa tener sus nombres. En el NT Cristo tiene los siete espíritus<br />

(πνεῦματα) de Dios (Ap. 3:1, en el sentido de tener autoridad sobre ellos; en 5:6 son «enviados»). Sin embargo, tener demonios<br />

significa mayormente la posesión demoníaca, e. d. no el tener autoridad sobre ellos, sino llevarlos dentro. A veces son espíritus de<br />

enfermedad, p. ej. en Marcos 3:22; 5:15; Lucas 4:33; 13:11; Hechos 8:7. En Marcos 3:22, a Jesús se le acusa de tener a Beelzebú<br />

(el jefe de los demonios). 1 Corintios 2:12 habla de no recibir el espíritu <strong>del</strong> mundo sino el Espíritu de Dios. δαιμόνιον ἔχειν en<br />

Juan 7:20; 8:48–49 tiene el sentido débil de «estar fuera de sí».<br />

4. Tener a Dios. Esta expresión es poco común en el NT, pero es distintivamente cristiana. El mundo griego habla de la comunión<br />

con Dios como un tener, y dice también que somos posesión de Dios. Los textos clásicos también contienen expresiones como<br />

«tener a la deidad a favor de uno» (cf. la expresión judía «tener a Dios como compañero de alianza»). El AT se refiere a Israel<br />

como posesión de Dios (Jer. 10:16) y a Dios como la porción de los levitas (Dt. 10:9). Los Salmos están llenos de frases semejantes<br />

para los justos. Los escritos judíos en griego desarrollan esto hacia «tener a Dios» (cf. Est. 4:17). En el NT los judíos dicen que<br />

ellos sólo tienen un Padre (Dios) (Jn. 8:41), aunque aquí el énfasis está en el Padre. El punto en Romanos 1:28 es que los malos no<br />

dan valor alguno a conocer de veras a Dios (tenerlo en su conocimiento). Colosenses 4:1 habla de tener un amo en el cielo, pero<br />

nuevamente el punto es el reconocimiento. Sólo en 1 Juan 2:23 y 2 Juan 9 expresa ἔχειν una relación específica con Dios. Esta<br />

relación depende <strong>del</strong> tener a Cristo (1 Jn. 5:12) e incluye el tener acceso a Dios en la oración, disfrutar de las bendiciones <strong>del</strong><br />

perdón y la gracia, y compartir la eterna comunión con él. Esto viene de tener a Cristo como abogado (1 Jn. 2:1) y sumo sacerdote<br />

(Heb. 4:14–15). La expresión «tener a Dios o a Cristo» es común en los padres apostólicos (1 Clem. 46.6; 2 Clem. 16.1; Ignacio,<br />

Magnesios 12.1), e Ignacio habla de alcanzar a Dios mediante el martirio. En Clemente de Alejandría y Orígenes esta frase asume<br />

un sentido místico, y posteriormente llega a ser parte integral <strong>del</strong> misticismo cristiano.<br />

5. El tener esperanza. La orientación escatológica <strong>del</strong> cristianismo neotestamentario sobresale en la frase «tener esperanza». Los<br />

paganos están sin esperanza, pero los cristianos tienen una esperanza firme que está arraigada en la obra de Cristo y que les da<br />

buena conciencia, osadía y consuelo (cf. Hch. 24:15; 1 Ts. 4:13; Heb. 10:2; Hch. 24:16; Ef. 3:12; Heb. 6:18), porque mediante el<br />

papel defensor de Cristo tienen la redención y el acceso a Dios (Col. 1:14; Ef. 2:18). La posesión presente es una pregustación de<br />

la salvación eterna (Ro. 8:23; Ef. 1:13). Asume la forma de tener una recompensa (Mt. 5:46; Heb. 10:35) o un tesoro celestial (Mt.<br />

19:21) o una herencia (Ef. 5:5). Todo esto se resume en el tener vida eterna (Mt. 19:16; Jn. 3:15; 5:24; 6:40; 10:10; 1 Jn. 3:15; Ro.<br />

6:22). Esta es la victoria sobre la muerte mediante la resurrección (sólo Dios tiene inmortalidad, 1 Ti. 6:16), pero ha comenzado ya<br />

(Jn. 5:24; 6:53) por cuanto la recibimos por medio <strong>del</strong> Hijo eterno (Jn. 5:26; cf. 1 Ti. 4:8). La nueva morada ya está preparada (2<br />

Co. 5:1), de modo que podemos tener una absoluta certeza de esperanza respaldada por el Espíritu como garantía (v. 5).<br />

[p 285] 6. El tener juanino. En Juan, la vida eterna la tenemos aquí mismo y ahora mismo. Este concepto expresa la riqueza de la<br />

vida cristiana, como algo que no es simplemente vida en esperanza sino posesión actual. Es tener el amor de Dios (Jn. 5:42), su<br />

paz (16:33), su gracia (17:3), su luz (8:12), su vida (3:15 etc.), en realidad a Dios mismo y la comunión con él (1 Jn. 2:23). Todas<br />

estas cosas las tenemos en Cristo o en cuanto tenemos a Cristo (Jn. 5:38).<br />

7. El cristianismo como un tener. En el NT en su totalidad, el cristianismo es una religión de tener y no sólo de buscar. Los judíos<br />

tienen la ley (Jn. 19:7), el conocimiento de la verdad (Ro. 2:20) y celo por Dios (Ro. 10:2), pero los cristianos tienen a Cristo, el<br />

Espíritu, los dones de la rectitud, la redención, la paz y la comunión con Dios que significa el verdadero conocimiento. Materialmente<br />

pobres, son inmensurablemente ricos (Hch. 3:6; 2 Co. 6:10; Stg. 2:5; 1 Ti. 6:17) en un trastrueque de todos los valores. Sin<br />

embargo, el tener cristiano no es un mérito sino un don, que constantemente se le pide a Dios y es renovado por él. La idea de<br />

mérito (tener algo que mostrar) figura en Apocalipsis 2:6, 25; 3:11, pero la idea es diferente en el proverbio de Mateo 13:12, etc.,<br />

donde a los que han oído se les concederá un entendimiento más cabal con tal que también rindan lo que reciben (cf. Mr. 4:21ss y<br />

la parábola de los talentos, Mt. 25:29).<br />

ἀντέχω (-ομαι). En voz activa significa «tener contra», y en voz media «hacer esto en interés propio», luego «apegarse a», «interesarse<br />

por», «retener firmemente». El NT usa sólo la voz media, pero el interés es por el bien de los demás (1 Ts. 5:14; cf. siervo<br />

y amo en Mt. 6:24). En Tito 1:9, con un objeto material, significa «retener».

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