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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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b. Aunque un poco caprichoso, el uso o no uso <strong>del</strong> artículo parece tener la intención de relacionarse con la significación <strong>del</strong> nombre.<br />

La cuestión de si κύριος es un intento creativo de los traductores o la traducción de un sustituto hebreo como Adonai es algo que<br />

no se puede determinar. Su justificación se deriva menos de los originales hebreos ordinarios que <strong>del</strong> nombre divino en sí.<br />

2. «Señor» como designación para Yavé. En la historia de la Biblia, el uso de «Señor» no ha sido menos influyente que el de Yavé.<br />

Como los términos hebreos usuales, comporta un reconocimiento <strong>del</strong> poder de la voluntad divina. El título corresponde a la naturaleza<br />

divina. Dios es Señor de la tierra y <strong>del</strong> pueblo, pero también de todas las cosas (Miq. 4:13). En reemplazo <strong>del</strong> nombre divino,<br />

o además de él, el término implica la majestad divina (cf. Is. 6:11; Ez. 2:4, etc.). No resulta completamente claro porqué el término<br />

para Señor viene a ocupar completamente el lugar de Yavé en el judaísmo tardío, ni tampoco resulta claro si el κύριος de la LXX<br />

viene primero o es una traducción. Ciertamente tiene importantes implicaciones misioneras, por cuanto el testimonio de Dios como<br />

Señor muestra que, como Creador, Dios es el detentador exclusivo <strong>del</strong> poder sobre la humanidad y el cosmos. El término Señor<br />

enuncia en la práctica quién es Dios y qué significa para nosotros como aquel cuya voluntad personal interviene con toda la fuerza<br />

que es la característica distintiva <strong>del</strong> nombre Yavé.<br />

3. El nombre Yavé como concepto de experiencia. La creencia <strong>del</strong> AT en Dios está basada en la experiencia histórica, y se desarrolla<br />

en constante contacto con la historia. El nombre Yavé se distingue entonces por un contenido específico. Dios no es simplemente<br />

una deidad cualquiera, sino una persona divina específica. Esto sigue aplicándose aún cuando más generalmente se le llama Señor.<br />

Detrás de enunciados como «el Señor es Dios» (1 R. 18:39) o «el Señor es su nombre» (Éx. 15:3) se hallan las expresiones más<br />

específicas «Yavé (o Yavé de los ejércitos) es su nombre». Hay aquí un encuentro con la persona definida de Dios. Sólo los gentiles<br />

pueden quedarse sin encontrar sentido alguno a su nombre. Si bien Yavé puede haber sido usado antes en muchas formas diferentes,<br />

en el AT siempre hace referencia a un encuentro específico. Es el nombre <strong>del</strong> Dios revelado y no deja espacio alguno para<br />

la especulación. El uso <strong>del</strong> nombre sugiere los rasgos esenciales e in<strong>del</strong>ebles <strong>del</strong> retrato de Dios que la tradición bíblica pinta en la<br />

historia íntima de su pueblo.<br />

4. La institución mosaica. La religión de Yavé es una religión instituida. No es una reforma <strong>del</strong> animismo cananeo, sino un nuevo<br />

comienzo. Existe una prehistoria en los relatos de los patriarcas, pero Moisés es en la práctica el fundador de la religión yahvista.<br />

Con él, ella entra verdaderamente en el estado de historia y se convierte en una norma de conducta y en un acicate para la acción<br />

política. Sobre la base de la revelación que le hace Dios a Moisés, las tribus entran en una relación de obligación de [p 480] alianza.<br />

Su vida queda dominada por la confianza en la voluntad guiadora y el poder de ese Dios que no conoce ninguna restricción<br />

natural, y que ha demostrado su majestad en el éxodo. En esa época se inicia una tradición de culto común. Se comienzan a usar<br />

nombres personales teóforos, y las guerras de Yavé comienzan con la invasión de Canaán. Con la aceptación <strong>del</strong> nombre de Yavé,<br />

Israel hace una confesión exclusiva de Dios y se coloca bajo la obediencia activa a su voluntad (Éx. 15:11; cf. Jos. 24:16ss).<br />

5. El origen <strong>del</strong> nombre divino. El nombre Yavé es dado por el propio Dios en Éxodo 3. Es difícil decir si Moisés es el primero en<br />

usarlo, o si ha sido tomado de la tradición. Se han buscado paralelos (cf. Ras Shamra en Egipto), y se ha postulado un hogar original<br />

de Yavé entre los quenitas o en Edom. Lo único seguro es que a partir <strong>del</strong> tiempo de Moisés el nombre tiene un contenido<br />

nuevo y específico.<br />

6. Forma y modo <strong>del</strong> nombre Yavé. a. La forma <strong>del</strong> nombre presenta problemas inclusive en lo referente a las consonantes, para no<br />

mencionar las vocales, por cuanto existen variaciones en la tradición. b. Los intentos de interpretar el nombre filológicamente no<br />

producen resultados seguros. Sobre la base de la forma más larga, posiblemente nos encaminamos hacia una raíz que podría significar<br />

o «caer» o «ser». Sobre la base de la forma más corta, tal vez tenemos una interjección, un clamor a Dios. Ni siquiera estamos<br />

seguros de que las dos formas sean originalmente la misma palabra, y en todo caso es difícil ya sea relacionarlas o derivar de ellas<br />

algún significado definido.<br />

7. Razones de la reticencia en relación con el nombre. a. La interpretación se dificulta más por el cerco que la tradición levanta en<br />

torno al nombre. Esta reticencia se debe en parte al poder que va asociado con el nombre. El nombre es el epítome de la persona<br />

(cf. 1 S. 25:25). Por eso se le teme así como se le teme al mismo Dios (Dt. 25:18). b. Por otro lado, los autores bíblicos, al usar el<br />

nombre libremente, tienen un sentido positivo de la realidad y el poder divinos que los protegen, de modo que sólo posteriormente,<br />

en la redacción y en la traducción, aumenta la sensación de distancia. c. Otro factor que contribuye es la sensación de que la persona<br />

divina es tan única que uno no puede distinguirla de las demás personas mediante el simple método de usar nombres.<br />

8. El nombre de Dios en el relato de la revelación de Yavé a Moisés (Éx. 3:14). a. En Éxodo 3:14, cuando Moisés le pregunta a Dios<br />

su nombre, se da una respuesta desconcertante que, o trata de explicar el nombre mediante una paráfrasis aliterativa, o procura<br />

evitar su uso mediante una cercana aproximación a su forma. b. Si es una explicación, el nombre contiene cierta referencia a la<br />

existencia, aunque no queda completamente claro en qué sentido. c. El hebreo ciertamente no tiene la profundidad especulativa de<br />

la traducción de la LXX (ἐγώ εἰμι ὁ ὤν). Hay también diversos argumentos lingüísticos contra la explicación etimológica, y el<br />

estilo de la revelación es el que menos se adapta para la etimología. d. La otra posibilidad es que Dios esté rehusando dar un nombre<br />

que haría de él simplemente uno más entre los muchos dioses de la época, aunque cf. 3:14b.

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