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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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mero probando la existencia de los dioses, y en segundo lugar afirmando que el νόμος, como hijo <strong>del</strong> νοῦς, está relacionado con<br />

el alma.<br />

e. El pensamiento de Sócrates comienza con el contenido positivo <strong>del</strong> estado. La ley <strong>del</strong> estado es para él la ley de la vida. Puede ser<br />

injustamente manipulada, pero él prefiere morir antes que oponérsele. Las leyes son padres que nos sustentan y nos instruyen, y<br />

siguen siendo válidas de cara a la muerte y más allá de ella.<br />

f. Sócrates no contrapone su conciencia individual al νόμος, ya que lo que importa para los griegos no es el sentido moral subjetivo<br />

sino el conocimiento objetivo de lo correcto y lo incorrecto. Este conocimiento es ley, y la obediencia a la ley es rectitud, que incluye<br />

todas las virtudes. La meta de la educación (Aristóteles) es la instrucción en el espíritu y el ethos de las leyes, con la ley<br />

misma como maestra, y la obediencia como forma válida de servidumbre que distingue a los ciudadanos libres de los verdaderos<br />

esclavos. (La única otra forma válida de δουλεία es el respeto a los dioses.) El régimen de la ley garantiza la preservación <strong>del</strong><br />

estado y la posibilidad de la vida humana.<br />

g. Platón considera la muerte de Sócrates en obediencia a la ley como la transición de la norma y la ley desde la institución hasta el<br />

alma. Encuentra un cosmos y un orden en el alma mismo. Esto es νόμος. El νόμος interior es el orden que es controlado por la<br />

norma <strong>del</strong> alma, e. d. la rectitud y el dominio propio. El espíritu le da a la ley una nueva validez y fuerza (esto lo encuentra Aristóteles<br />

en el νοῦς). De este modo se forma un vínculo fresco con el mundo divino. Pero para Platón el ideal no es ya el dominio de<br />

la ley, sino el gobierno de una figura justa y regia que tenga el verdadero conocimiento. También en Aristóteles la persona de virtud<br />

eminente está por encima de la ley, y es en efecto la ley misma para sí y para los demás.<br />

3. νόμος en el helenismo.<br />

a. Esta teoría llega a ser una realidad en el helenismo. El rey mismo es ahora νόμος. Por ser divino, él es la fuente de la ley. Él es la<br />

manifestación visible de la ley eterna en el cosmos.<br />

b. El estoicismo reemplaza la ley política con la ley cósmica. No usa el término para referirse a las leyes <strong>del</strong> estado. La verdadera ley<br />

divina sólo hay que buscarla en el cosmos, donde rige una sola ley que es la base de la sociedad y la unión de los seres divinos y<br />

humanos. Como la razón, esta ley permea la naturaleza y determina la conducta moral. Se identifica a Zeus como esta ley cósmica,<br />

en concesión a la religión popular. Decidirse por este νόμος es llegar al verdadero yo de uno. Es por lo tanto una posibilidad razonable,<br />

y conduce a una vida feliz. La ley está escrita en el alma.<br />

c. En el neoplatonismo la ley es menos significativa, pero la ley de la providencia mantiene en alto la humanidad, al conectar la<br />

moral con la felicidad.<br />

d. La antigüedad tardía adopta en su mayor parte los puntos de vista platónicos órficos, considerados a la luz de la teología cósmica.<br />

4. El concepto griego de νόμος y el NT. Para los griegos, el νόμος viene <strong>del</strong> espíritu y no por revelación. Por ende no es un mero<br />

imperativo. Tiene poder sobre aquellos que tratan de evadirlo, y trae salvación a aquellos que lo obedecen. Sin embargo, no produce<br />

conciencia de la incapacidad de cumplirlo, y [p 634] a la larga no logra generar convicción a causa de una falta de objetividad<br />

histórica. Todo esto está en marcado contraste con la forma en que el NT entiende el νόμος.<br />

[H. Kleinknecht, IV, 1022–1035]<br />

B. La ley en el AT.<br />

1. La ley en el antiguo Israel. En el antiguo Israel, las primeras leyes están enraizadas en la doctrina de la alianza. El principio básico<br />

es que la vida entera <strong>del</strong> pueblo le pertenece a Dios. Las leyes no son un ajuste de los intereses humanos que recibe la sanción<br />

divina, ni son condiciones de la relación divina. Son las exigencias <strong>del</strong> Dios a quien Israel pertenece en virtud <strong>del</strong> éxodo, y provienen<br />

directamente de Dios en el Sinaí. Por eso, a. su exigencia es incondicional, como lo muestra su forma; b. dan un giro negativo,<br />

prohibiendo aquello que destruye la relación de alianza; c. apelan de modo persuasivo a la voluntad; d. son breves pero abarcantes;<br />

y e. van dirigidas a todo Israel, y su finalidad es dar forma al pueblo entero como pueblo de Dios.<br />

2. El entendimiento de la ley en los libros históricos más antiguos. El verdadero clímax de los relatos más antiguos es el otorgamiento<br />

de la ley. Israel es un pueblo elegido por gracia. Por eso la ley es en sí un don de gracia, que le muestra al pueblo lo que va en<br />

consonancia con su condición. Puesto que la ley está impregnada de la fe en Dios, no hay distinción entre ley y moral. La legislación<br />

ritual encaja en el mismo patrón, ya que la exigencia de Dios es el principio, y los sacerdotes son los guardianes de la ley.<br />

Toda la ley es la voluntad de Dios, y descansa sobre la elección activa de Dios por su pueblo, y su deseo de verlo vivir en concordancia<br />

con ello.

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