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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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pago tardío. La cobranza de impuestos es un negocio lucrativo; en caso de guerra o de plaga el estado podría remitir la deuda si lo<br />

cobrado no alcanza. Los empleados tienen el derecho de registrar en busca de bienes contrabandeados, y pueden tramitar quejas<br />

contra los contrabandistas, con la posibilidad de confiscarles los bienes.<br />

2. El Egipto de los Ptolomeos. Bajo los Ptolomeos, Egipto adopta el negocio <strong>del</strong> cobro comercial de impuestos, y lo regula mediante<br />

legislación real. La diferencia principal con respecto a Atenas es que el estado supervisa detalladamente el sistema. Sus oficiales<br />

pueden calcular la renta con mayor precisión, y probablemente fijan una tasa mínima. No hay que pagar una gran prima, como en<br />

Atenas, pero se requieren fiadores que reciben cierta parte de las ganancias. Los concesionarios recaudan los tributos por medio de<br />

sus agentes, cuyo salario está fijado por ley. Los cobradores comerciales de impuestos reciben una porción de la suma recaudada y<br />

también se quedan con cualquier superávit, aunque ellos o sus patrocinadores también deben subsanar cualquier déficit. Sólo los<br />

funcionarios reales pueden embargar bienes en caso de aquellos que fallan en el pago de sus impuestos. El principal punto <strong>del</strong><br />

sistema egipcio consiste en garantizar para el estado una suma fija, y no relevar al estado de toda la carga ni obtener efectivo inmediato<br />

al comienzo <strong>del</strong> año fiscal (como en Atenas).<br />

3. Roma. Roma desarrolla la recaudación comercial de impuestos por razones muy parecidas a las de Atenas. Sin embargo, con el<br />

aumento de sus posesiones, llega a consolidarse una clase recaudadora de impuestos, para encargarse de las grandes transacciones<br />

financieras. Bajo Augusto se hace necesaria una reorganización, y esto desemboca en una restricción de las potestades de las compañías<br />

recolectoras. Hacia el siglo II d. C. hay oficiales imperiales que comienzan a asumir la recaudación de impuestos.<br />

II. Palestina.<br />

1. a. El cobro comercial de impuestos llega a Palestina por lo menos desde tiempos de Ptolomeo II Fila<strong>del</strong>fo (308–246 a.C.).<br />

Posteriormente se pagan impuestos tanto a Siria como a Egipto, y hay ciudadanos principales que se encargan <strong>del</strong> cobro, pagando<br />

una suma fija y cobrando según su posibilidad.<br />

b. Cuando Pompeyo toma Jerusalén en el 63 a. C., impone un tributo <strong>del</strong> cual parecen haber sido responsables los sumos sacerdotes.<br />

Después <strong>del</strong> 57 a. C. hay cinco zonas tributarias, pero parece que una sola corporación hizo un contrato con las poblaciones, las<br />

cuales pagan sumas globales que luego tienen que cobrar. César reduce los impuestos en el 47 a. C., y en el 44 a. C. suprime el<br />

sistema de cobro comercial de impuestos a favor de una corporación en Judea.<br />

c. Augusto exime a Herodes <strong>del</strong> tributo a Roma, posibilitándole así a Herodes tener control de su propia economía. No hay detalles<br />

acerca de la recaudación de impuestos, pero parece que Herodes no recurrió al cobro comercial. Herodes Antipas, en cambio, renueva<br />

el sistema de cobro comercial. En tiempos <strong>del</strong> NT los impuestos directos no son cobrados comercialmente bajo el procurador<br />

romano de Judea, pero los impuestos indirectos (de aduanas, etc.) sí son en su mayor parte objeto de cobro comercial, frecuentemente<br />

en un nivel más reducido e individual.<br />

d. Se cobran derechos en Gaza, Ascalón, Jope y Cesarea, y en el interior en Jerusalén, Jericó y Cafarnaum. Los oficiales romanos<br />

cobran los pagos atrasados; los recaudadores comerciales les reportan a ellos sobre los contrabandistas y morosos.<br />

III. La posición de los recaudadores comerciales.<br />

1. En general.<br />

a. Puesto que nadie paga impuestos de buen grado, la gente siente desagrado y temor por los recaudadores comerciales. Los<br />

mercaderes se meten en problemas en los puestos de peaje y de aduana. [p 1150] En los viajes largos, suele ocurrir que los bienes<br />

son gravados varias veces a medida que pasan por diversas zonas.<br />

b. Puesto que los recaudadores comerciales tienen que sacar su ganancia, obviamente cobran más de lo que legalmente se impone.<br />

También deben protegerse de los fraudes. Surgen disputas constantes, especialmente porque las regulaciones no son bien conocidas<br />

sino hasta que Nerón ordena que se coloquen visiblemente en todo puesto de aduanas. Los viajeros deben declarar lo que llevan,<br />

pero se les permite introducir artículos personales libres de impuestos. Los recaudadores tienen derecho de registrar, y pueden<br />

confiscar bienes gravables no declarados. En caso de confiscación dolosa se debe pagar una restitución doble si la objeción se<br />

presenta a tiempo, a menos que prevalezca un alegato de malentendido. Sin embargo, los viajeros sencillos suelen desconocer las<br />

reglas o canales apropiados, y por eso son víctimas de los recaudadores avaros y de sus agentes. Esto explica el desprecio que se<br />

tiene por estos últimos.<br />

2. El judaísmo.<br />

a. Los rabinos, al considerar a los recaudadores de impuestos como personas que tratan de ganar dinero de manera deshonesta, los<br />

tratan como especialmente impuros.

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