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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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dividir, la realidad de Dios brilla sobre el mundo de pecado y muerte en la persona de Jesús (Jn. 3:14ss). Él, escondido para los no<br />

creyentes, es visto por los creyentes en toda su gracia y verdad (1:14).<br />

b. El Apocalipsis. Este libro se llama a sí mismo ἀποκάλυψις. Comparte con Juan el uso <strong>del</strong> término λόγος, pero la orientación es<br />

ahora hacia el futuro en un desvelamiento <strong>del</strong> mundo celestial. A pesar de algunas afinidades con la apocalíptica judía, se acerca<br />

más a la profecía y tiene más <strong>del</strong> contenido de la revelación bíblica. Está diseñado para fortalecer a la iglesia en su choque contra<br />

la potestad <strong>del</strong> estado, que se absolutiza a sí misma. Por encima tanto <strong>del</strong> estado brutal como de la iglesia sufriente se levanta el<br />

mundo de la eternidad, que es el mundo de la victoria final y <strong>del</strong> reino de Dios y de su Cristo.<br />

5. La limitación y confirmación de la revelación. Dando cumplimiento a la alianza <strong>del</strong> AT, el NT reconoce que Israel es el punto<br />

focal de la revelación salvífica (cf. Jn. 4:22) aun cuando Dios no se ha quedado sin testimonio suyo en ninguna parte (Hch. 14:16–<br />

17). Pero esta revelación va ahora más plenamente dirigida a la humanidad entera (cf. Mr. 13:10; Hch. 1:8, etc.). Al mismo tiempo,<br />

el NT se interesa por confirmar la revelación verdadera frente a la falsa. Hay señales que la indican (Mt. 11:5–6; Jn. 5:36; 1 Co.<br />

2:4), pero también existen los milagros demoníacos (Mr. 13:22–23; 2 Ts. 2:9–10). Ni siquiera un ángel puede ser garantía de una<br />

revelación auténtica (Gá. 1:8; cf. 2 Co. 11:14). Un mejor criterio de prueba son los frutos (Mt. 7:15ss). El Espíritu Santo ha dado<br />

también el carisma <strong>del</strong> discernimiento (1 Co. 12:10). La confesión de Jesús como Señor es el criterio más claro (1 Co. 12:3). Pero<br />

esto debe ir acompañado <strong>del</strong> amor (13:1ss). El oficio <strong>del</strong> Espíritu es glorificar a Cristo (Jn. 16:13ss), e. d. al Cristo encarnado (1 Jn.<br />

4:1ss). La revelación debe entonces verificarse mediante el compromiso con Cristo, pero otra vez con el respaldo <strong>del</strong> amor (1 Jn.<br />

4:8; cf. Jn. 13:35). El amor protege la confesión respecto al formalismo, y la confesión protege al amor respecto al moralismo.<br />

6. Los términos en el NT. Para las manifestaciones divinas el NT usa en orden ascendente los grupos γνωρίζειν, δηλοῦν, φανεροῦν<br />

y ἀποκαλύπτειν. El primero de estos es el que tiene un uso secular más abundante, mientras que los dos últimos figuran principalmente<br />

en un sentido religioso, por lo general en voz pasiva. La distribución de φανεροῦν y ἀποκαλύπτειν varía. El primero<br />

figura en los Sinópticos solamente en Marcos 4:22, y no figura en absoluto en Gálatas, Filipenses, 1 y 2 Tesalonicenses, Santiago,<br />

ni 2 Pedro. Es común en Juan, 1 Juan, 2 Corintios, Colosenses y las Pastorales. ἀποκαλύπτειν es común en los Sinópticos, la<br />

mayor parte de Pablo y 1 Pedro, pero no figura en Juan [p 407] (excepto en la cita de 12:38), 1–3 Juan, ni Colosenses. Estos dos<br />

términos son menos intelectuales que los primeros dos, pero φανεροῦν es más neutral y ἀποκαλύπτειν es más judío. De modo<br />

que φανεροῦν sugiere que lo que se ve es en principio accesible, y ἀποκαλύπτειν que se da un desvelamiento sólo por un acto de<br />

la voluntad divina. El último término está más cercano al núcleo <strong>del</strong> concepto bíblico. El primero se adopta quizás en el encuentro<br />

misionero para mostrar que el evangelio satisface todas las inquietudes humanas, pero en esta adopción asume gran parte <strong>del</strong> sentido<br />

<strong>del</strong> término básico, a saber, que Dios revela lo que de otro modo está escondido, mediante sus propias palabras y acciones<br />

históricas que llegan a su clímax en Cristo.<br />

7. Resumen teológico. En el NT la revelación denota el desvelamiento de realidades ocultas y la manifestación <strong>del</strong> Dios trascendente.<br />

Es la acción bondadosa de Dios de volverse hacia aquellos que están perdidos en el pecado. Preparada en el AT, se hace actual en<br />

la vida, muerte y resurrección de Cristo, y aguarda su consumación en la parusía. Pero entonces es también el mensaje que transmite<br />

este contenido, e. d. su transmisión eficaz. De este modo llega a ser revelación también para los individuos, pero sólo porque<br />

ya es revelación que pretende ser escuchada y que tiene poder para hacerse oír. En suma, es la acción <strong>del</strong> Padre que se ofrece a sí<br />

mismo en Cristo para que tengamos comunión con él.<br />

F. Panorama histórico. Los términos son bastante comunes en la iglesia antigua. En Hermas denotan las experiencias visionarias.<br />

Justino los usa principalmente para casos en que se da dirección individual (Diálogo 78.2ss). Un uso más central es cuando cita<br />

Mateo 11:27, pero su modo de entenderlo es intelectualista (Apología 63.3ss). Ignacio se acerca más al punto de vista <strong>del</strong> NT<br />

cuando habla de llegar al conocimiento de la economía divina referente a Cristo (Efesios 20.1). Diogneto se acerca todavía más en<br />

8.11. Orígenes incluye en su definición el conocimiento de las cosas futuras. Teólogos como Ireneo disciernen la brecha que recorre<br />

toda la creación por medio de la caída, y muestran una aguda conciencia de que sólo la obra salvífica de Dios en Cristo puede<br />

trasponer esa brecha y que en efecto la traspone.<br />

[A. Oepke, III, 556–592]<br />

κάμηλος [camello]<br />

Común en todo el Oriente Medio, el camello es usado en el AT por los patriarcas (Gn. 24:10ss) y es favorecido por los beduinos<br />

(cf. Jue. 6:5; 7:12).<br />

1. En el NT la palabra figura sólo en los Sinópticos. El Bautista usa una prenda hecha de pelo de camello (Mr. 1:6). Es una vestimenta<br />

barata, resistente y distintiva (cf. Mt. 11:8). Las personas de fe podrán ver al profeta detrás de esa áspera figura exterior (cf. Zac.<br />

13:4). Está presente allí un motivo <strong>del</strong> desierto (cf. el alimento); Dios está hablando de nuevo a su pueblo en el desierto (Os. 2:14–<br />

15). Tal vez haya también cierta asimilación a Elías (2 R. 1:8: la vestidura de pelo y el cinturón de cuero).

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