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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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2. El mito como parábola. En sus etapas posteriores el paganismo usa los mitos como parábolas. También el NT está lleno de<br />

ilustraciones, pero se trata de parábolas puras que jamás pretenden veracidad histórica sino que son semejanzas <strong>del</strong> reino. A la<br />

larga, se puede prescindir de ellas (Jn. 16:25).<br />

3. El mito como símbolo. El paganismo, finalmente, considera el mito como un símbolo de las realidades eternas. En el NT, sin<br />

embargo, el símbolo central es la cruda realidad de la cruz, que no puede divorciarse de su representante personal ni de su entorno<br />

histórico, con el cual no se puede integrar mito alguno, y sobre el cual no se puede imponer mito alguno.<br />

4. ¿Un nuevo uso <strong>del</strong> término? En dos formas se podría hacer un intento por colocar el mito en el contexto de los datos bíblicos. La<br />

primera consiste en interpretar el mito como un relato de hechos en el ámbito divino. Pero esto implica una reorientación casi imposible<br />

<strong>del</strong> término. También conlleva el riesgo de una deshistoricización que negará la encarnación, e. d. la intersección de la<br />

historia divina y la humana, de la cual depende todo. La segunda forma consiste en considerar el evangelio como un mito realizado.<br />

Pero eso equivale a presuponer que el mito no es simplemente un producto <strong>del</strong> anhelo humano, y colocar a los teólogos míticos<br />

<strong>del</strong> paganismo en una dudosa cercanía con los teólogos proféticos de la antigua alianza. ¿Se puede decir de veras, a la luz de Juan<br />

14:6, que hay rastros <strong>del</strong> Logos en el mito?<br />

[G. Stählin, IV, 762–795]<br />

→ ἀλήθεια, γενεαλογία, λόγος, παραμυθέομαι<br />

μυκτηρίζω [burlarse], ἐκμυκτηρίζω [burlarse de]<br />

μυκτηρίζω. Esta palabra, que literalmente significa «sufrir de hemorragias en la nariz», asume el sentido de «levantar la nariz,<br />

burlarse». Por ello es en la LXX un término común para la mofa, p. ej. la mofa contra los enemigos en 2 Reyes 19:21, contra el<br />

perezoso en Proverbios 12:8, contra los dioses paganos en 1 Reyes 18:27. Es un pecado cuando va dirigida contra los mensajeros<br />

de Dios (2 Cr. 36:16) o sus castigos (Pr. 1:30) o contra los padres (Pr. 15:5). El único caso en el NT está en Gálatas 6:7, donde es<br />

un término para referirse a cómo se burlan de Dios aquellos que no quieren aceptar en su vida el señorío <strong>del</strong> Espíritu (cf. 5:25). La<br />

referencia no es a una burla verbal, sino a despreciar a Dios mediante todo un modo de vida.<br />

[H. Preisker, IV, 796]<br />

ἐκμυκτηρίζω<br />

A. En la LXX. Esta palabra significa también «levantar la nariz en burla». En la LXX es la traducción de muchos originales<br />

hebreos. Se relaciona con 1. la burla contra Dios y sus mensajeros por parte de los seguidores de los impíos (cf. Pr. 1:30; 23:9).<br />

Los necios son burlones, y esa es su verdadera ofensa (Pr. 11:12; 15:5, 20). 2. Hay después un escarnio de los malvados por parte<br />

de los justos e incluso de Dios mismo (cf. Is. 37:22; Sal. 2:4; Pr. 1:26). 3. La situación presente es que los justos se ven expuestos a<br />

la burla de los malvados, en parte como disciplina, en parte como bendición.<br />

[p 602] B. En el NT. Lucas 23:35 cita Salmo 22:7–8 en el relato de la pasión. Así le da condiciones concretas a un fenómeno<br />

general. Mateo 27:41 y Marcos 15:31 usan ἐμπαίζειν (cf. Lc. 23:36), que se refiere más a la acción externa, mientras que<br />

ἐκμυκτηρίζειν denota la actitud interior. Otro caso se halla en Lucas 16:14, donde los fariseos se mofan de los dichos de Jesús<br />

acerca de las riquezas. Si bien los fariseos son amantes <strong>del</strong> dinero, es difícil que se estén burlando <strong>del</strong> hecho de que Jesús, aunque<br />

pobre, enseñe acerca de la pobreza y la riqueza, o de la idea de que la riqueza y la piedad sean incompatibles. Más probablemente<br />

(cf. v. 15) están expresando una actitud de disimulada superioridad que rechaza a priori al portador de la revelación. El punto no<br />

es, entonces, psicológico, sino más bien que (como en el AT) la burla es una carga integral <strong>del</strong> discipulado, o, en este caso, de la<br />

misión mesiánica de Jesús y <strong>del</strong> sufrimiento que ella entraña.<br />

[G. Bertram, IV, 796–799]<br />

μύρον [ungüento, perfume], μυρίζω [ungir]<br />

El uso de ungüento (aceite vegetal al cual se han añadido materiales aromáticos) es de gran antigüedad, p. ej. en la medicina, la<br />

religión, la magia, el embalsamamiento, el ornato femenino, y la decoración festiva. El principal uso en el NT es en los relatos de<br />

unciones. El ungüento caro es de nardo en Marcos 14:3 par. Juan 12:3. En Mateo y Marcos se le unge a Jesús la cabeza, mientras<br />

que en Juan, María le unge los pies (cf. tb. Lc. 7:6ss). El ungüento es llevado en la acostumbrada caja de alabastro, la cual probablemente<br />

se abre por el cuello (Mr. 14:3). Jesús explica que la unción apunta por anticipado hacia su sepultura (Mt. 26:12; Mr.<br />

14:8; Jn. 12:7). En Lucas 23:56 las mujeres preparan especias y ungüentos para perfumar el sepulcro. En Apocalipsis 18:13 el<br />

μύρον va incluido en el cargamento de la gran flota. El verbo μυρίζω figura solamente en Marcos 14:8 con el sentido de «ungir».

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