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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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1. El fuego es una figura <strong>del</strong> juicio final (cf. el árbol estéril en Mt. 3:10, la paja en Mt. 3:12, la cizaña en Mt. 13:40, las ramas sin<br />

fruto en Jn. 15:6). Santiago 5:3 entreteje más de cerca los elementos materiales y figurativos. El fuego de la prueba en Proverbios<br />

17:3 se aplica en 1 Pedro 1:7 al mantenimiento de la esperanza y la fe en medio de las aflicciones, y en Apocalipsis 3:18 al arrepentimiento<br />

con miras a la verdadera riqueza.<br />

2. El poder destructivo de la lengua es un fuego en Santiago 3:15; tiene la fuerza de una conflagración cósmica. El contexto de Lucas<br />

12:49 sugiere que se tiene en mente el fuego de la discordia.<br />

III. Uso teológico.<br />

1. Teofanías. Esteban alude al fuego de la zarza en Hechos 7:30, y Hebreos se refiere a la autorrevelación divina en el Sinaí en<br />

12:18ss. Sin embargo, cuando Cristo se le aparece a Pablo, solamente hay luz, no fuego (Hch. 9:3).<br />

2. Medio de juicio. El fuego en los juicios temporales figura solamente con referencias al AT (cf. Lc. 9:54; 17:26ss). El NT<br />

generalmente tiene a la vista el fuego escatológico.<br />

a. En el Apocalipsis, el fuego simboliza el juicio. El fuego y el granizo en 8:7 nos recuerdan la séptima plaga. La alusión en 8:8 es a<br />

un volcán o a un astro. Los caballos de 9:17–18 vomitan fuego. Un fuego divino protege a los dos testigos en 11:3. En los últimos<br />

días, los falsos profetas hacen bajar fuego <strong>del</strong> cielo (13:13). En 14:18, un ángel de fuego viene a ejecutar el juicio.<br />

b. Más directamente, el fuego representa el fuego escatológico <strong>del</strong> juicio.<br />

(a) El Bautista retrata el juicio en términos de fuego en Mateo 3:11.<br />

(b) Tal vez Jesús tenga en mente este fuego en la paradoja de Marcos 9:49: los que no acepten el juicio de Dios mediante la negación<br />

de sí, caen víctimas de la ira venidera (cf. Mt. 10:39; Mr. 10:25ss). En Lucas 12:49–50, el que bautiza con el Espíritu y fuego debe<br />

primero emprender él mismo el camino <strong>del</strong> sufrimiento (cf. v. 50). El juicio ya está presente en Jesús y con él; la relación con él<br />

decide entre la separación de Dios y la comunión con él.<br />

[p 956] (c) πῦρ denota el juicio final en los tres casos en Pablo. En 1 Corintios 3:13 el juicio final pondrá de manifiesto el valor <strong>del</strong><br />

servicio cristiano. Una obra mal hecha será consumida, pero los que la hicieron se salvarán «como quien pasa por el fuego», e. d.<br />

no siendo purgados sino «por un pelito». Aquí se combinan las ideas de la casa incendiada, la venida <strong>del</strong> Señor con fuego, el fuego<br />

purificador, y una huida por muy poco. En 2 Tesalonicenses 1:7–8 Jesús vendrá de nuevo con fuego; aquí se trata claramente <strong>del</strong><br />

fuego <strong>del</strong> juicio. En Romanos 12:20 Pablo cita Proverbios 25:21–22 para respaldar su llamado a renunciar a la venganza. La idea<br />

es que debemos vengarnos haciendo el bien, pero la frase «ascuas de fuego» lleva una referencia secundaria al juicio final que les<br />

sobrevendrá a los enemigos si no responden con un cambio de corazón.<br />

(d) En otros libros <strong>del</strong> NT, πῦρ es el fuego <strong>del</strong> juicio final en Hebreos 12:29. En Apocalipsis 20:9, Dios inflige un juicio de fuego<br />

contra Gog y Magog en el combate final. En 2 Pedro 3:7, una conflagración final pondrá fin al actual orden <strong>del</strong> mundo, así como el<br />

diluvio anegó al mundo primitivo.<br />

c. En el NT el fuego suele ser el fuego <strong>del</strong> infierno.<br />

(a) En los dichos de Jesús, πῦρ es el opuesto de βασιλεία o de ζωή (Mt. 13:42; 18:8–9; Mr. 9:43). Marcos 9:49 cita Isaías 66:24, y<br />

este versículo se halla detrás <strong>del</strong> «fuego que no se apaga» de Marcos 9:43 (cf. el «fuego eterno» de Mt. 18:8).<br />

(b) En Judit 7 los habitantes de Sodoma y Gomorra ya sufren por el fuego <strong>del</strong> infierno, y en el v. 23 el acto proverbial de arrancar a<br />

alguien <strong>del</strong> fuego denota el salvarlo <strong>del</strong> fuego <strong>del</strong> infierno.<br />

(c) En el Apocalipsis, el fuego y el azufre denotan el castigo eterno (14:10). En 20:3 el infierno es el abismo, y el lago de fuego en<br />

19:20; 20:10; 21:8; la imaginería bien puede derivarse de fenómenos <strong>del</strong> Mar Muerto.<br />

(d) Juan, con su mayor énfasis en la decisión presente, no se refiere al fuego, si bien queda cabida para el retorno de Cristo en juicio.<br />

3. Señal de la gloria celestial. El fuego significa la gloria celestial en Apocalipsis 1:9ss: los ojos <strong>del</strong> Jesús glorificado son como<br />

llama de fuego, y sus pies son como bronce refinado en el horno (cf. tb. 2:18). En 10:1 los ángeles tienen pies como columnas de<br />

fuego; esto denota su gloria celestial. El fuego expresa también el esplendor <strong>del</strong> cielo, cuando 4:5 equipara las siete lámparas con<br />

los siete espíritus de Dios. El mar de cristal <strong>del</strong>ante <strong>del</strong> trono de Dios (4:6) es la contraparte celestial <strong>del</strong> mar de bronce en el templo<br />

(1 R. 7:23); en 15:2 está mezclado con fuego. En Hechos 2:3, la comparación con el fuego indica el origen celestial <strong>del</strong> Espíri-

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