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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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Aquí ἡδονή es algo más que placer en el sentido general. Es la voluptuosidad: el <strong>del</strong>eitarse en el desenfreno durante el día, e. d. las<br />

juergas y el libertinaje (cf. Fil. 3:19). Esto está en el contraste más agudo posible con el gozo, que en el NT también es algo supremo<br />

tanto en esta vida como en la venidera, pero que es favorecido no por las ἡδοναί sino por la comunión con Cristo en las<br />

pruebas y aflicciones (Stg. 1:2) que tienen como fin la perfección y la bienaventuranza eterna.<br />

[G. Stählin, II, 909–926]<br />

ἥκω [llegar, venir]<br />

Esta palabra, que por su forma es presente, denota un estado y por lo tanto tiene la fuerza de un perfecto, aunque se sigue usando<br />

en presente para «llegar». En el período helenístico se construyó un aoristo (ἧξα). En los papiros encontramos los sentidos «llegar<br />

a», «volverse a», «resolver sobre» y «alcanzar». El término es importante en el campo cultual para la llegada de la deidad, especialmente<br />

a los participantes en el culto, y a la inversa para la llegada de esos participantes a la deidad. En la LXX se puede hallar<br />

un uso tanto cúltico como local, p. ej. acercarse a Dios en la oración o en el sacrificio, y la venida de Dios (a veces escatológica)<br />

para redimir o para juzgar (cf. Ez. 7:2). En la era de la salvación los gentiles vendrán y verán la gloria de Dios (Hag. 2:7). También<br />

viene el tiempo final (Ez. 7:2ss). Durante nuestra vida nos vienen fuertes golpes (y también cosas buenas). Josefo usa la palabra<br />

para la llegada de un punto en el tiempo (La guerra de los judíos 7.323). El uso principal en el NT es para la venida final de Dios a<br />

salvar y a juzgar. Jesús mira hacia a<strong>del</strong>ante al futuro <strong>del</strong> reino en el cual tendrán parte los gentiles (Mt. 8:11; Lc. 13:29). El fin<br />

vendrá después de que sea predicado el evangelio (Mt. 24:14). Cristo vendrá como un ladrón (Ap. 3:3; cf. 2:25). 2 Pedro 3:10 se<br />

refiere a los acontecimientos terribles que acompañarán la venida <strong>del</strong> Señor, y Apocalipsis 18:8 habla de las plagas que vienen<br />

sobre Babilonia. También vendrán sobre Jerusalén días de destrucción (Lc. 19:43). En Juan, ἥκειν, como ἔρχεσθαι, se usa para<br />

expresar la epifanía. Jesús ha venido o salido de Dios (8:42). En 2:4, aún no ha llegado su hora. Sabemos que el Hijo ha venido (1<br />

Jn. 5:20). Al mismo tiempo, aquellos que el Padre le dé vendrán a él (Jn. 6:37). En Roma los judíos vienen a interrogar a Pablo<br />

(Hch. 28:23). El término tiene un matiz cúltico cuando se conecta con προσκυνεῖν (Ap. 3:9).<br />

[J. Schneider, II, 926–928]<br />

[p 304] Ἡλ(ε)ίας [Elías]<br />

A. Elías en el judaísmo tardío. Ninguna figura bíblica tuvo mayor influencia que Elías en el judaísmo tardío (cf. 1 R. 17–18; 2<br />

Crónicas 21:12ss; Malaquías 3:23–24; Sirácida 48:1ss; Enoc Etíope 89:52, etc.; 1 Macabeos 2:58; Filón, Josefo, los escritos rabínicos<br />

y los apocalipsis de Elías). Las razones de la prominencia de Elías son su arrebato misterioso (2 R. 2:11) y la profecía de su<br />

retorno (Mal. 4:5–6). Sus milagros constituyen rico material para la leyenda, y su arrebato ofrece la certeza de que él da auxilio<br />

sobrenatural. En la apocalíptica tiene el papel de un escriba celestial así como de intercesor de Israel.<br />

3. El retorno de Elías.<br />

a. En el pasaje más antiguo (Mal. 4:5–6) Elías regresará como figura mesiánica que prepara el camino al Rey celestial (3:1) mediante<br />

la purificación <strong>del</strong> sacerdocio (3:2ss) y el establecimiento de la paz (4:6). En el Sirácida él restaurará a las doce tribus (Si. 48:10).<br />

Para los rabinos, Elías vendrá de Gad como libertador militar.<br />

b. Más a<strong>del</strong>ante, Elías prepara el camino <strong>del</strong> Mesías y no de Dios (cf. muchos pasajes rabínicos, y Justino, Diálogo 8.4). El<br />

Documento de Damasco espera la venida de un maestro de la verdad (término que designa al propio fundador de la secta) que<br />

algunos equiparan con Elías. También habla de un Mesías pasado y venidero, y hay una posibilidad de que el maestro de la verdad<br />

a quien se espera sea el Mesías y no Elías.<br />

c. Otra opinión común es que Elías es el sumo sacerdote de los últimos tiempos (cf. Zac. 4:1ss). Es probable que a la base de esta<br />

idea se halle una combinación de Malaquías 3:1 y 4:5–6 con 2:4–5 (el ángel de la alianza y la alianza con Leví). En el NT se puede<br />

observar que el Bautista es de linaje sacerdotal y que en Apocalipsis 11:3ss Elías y Moisés son dos olivos (cf. Zac. 4:3, 11ss);<br />

habitualmente los olivos de Zacarías se explican como representación <strong>del</strong> sacerdocio y la monarquía.<br />

4. La tarea <strong>del</strong> Elías que retorna. La venida de Elías anuncia la era de la salvación. Su tarea es la restauración <strong>del</strong> pueblo: a.<br />

restauración interior, establecimiento de relaciones de paz mediante la predicación <strong>del</strong> arrepentimiento, resolución de cuestiones<br />

discutidas de la ley; b. restauración exterior, establecimiento de la pureza de sangre y reunión <strong>del</strong> pueblo disperso; c. proclamación<br />

de salvación, conflicto con el anticristo, e introducción <strong>del</strong> Mesías (si bien estas dos últimas funciones sólo figuran fuera de la<br />

literatura rabínica más antigua).<br />

B. Elías en el NT.

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