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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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124<br />

2. Job ofrece el cuadro de un acusador celestial: no un ser demoníaco, sino un fiscal oficial que se presenta ante Dios en ocasiones<br />

especiales y forma parte de su entorno. Este acusador puede actuar contra Job sólo con la aprobación de Dios y de parte de Dios.<br />

Sin embargo, entra en juego un elemento siniestro con su poder de servirse de desastres naturales y de la enfermedad. En Zacarías<br />

3:1ss volvemos a tener al acusador en un juicio, si bien aquí la gracia supera la ley y la acusación queda anulada. Las referencias<br />

<strong>del</strong> AT al ןטשׂ son poco frecuentes, y el concepto no ocupa un puesto central. Sólo en 1 Crónicas 21:1 (y posiblemente 1 R.<br />

22:19ss) es que se presenta la idea de un tentador. El elemento legal todavía está presente en 1 Crónicas 21:1, pero Satanás (ahora<br />

un nombre propio) es hostil y dañino. A diferencia de lo que hallamos en el dualismo persa, Satanás sigue estando bajo el poder de<br />

Dios, y el acontecimiento consignado no está fuera <strong>del</strong> plan divino de salvación. El Satán <strong>del</strong> AT encarna una amenaza procedente<br />

<strong>del</strong> mundo de Dios, ya sea como fiscal divino o como principio destructor. En las obras postcanónicas encontramos una tendencia<br />

absolutizante en la cual [p 153] Satanás es el jefe de un reino hostil y un principio absoluto <strong>del</strong> mal. Detrás de esto se hallan muchos<br />

motivos, p. ej. el antiguo dragón, la serpiente <strong>del</strong> paraíso y el matrimonio con ángeles, además <strong>del</strong> impacto de las ideas persas.<br />

[G. von Rad, II, 73–75]<br />

C. El punto de vista sobre Satanás en el judaísmo tardío. Las pocas referencias <strong>del</strong> AT experimentan un desarrollo considerable<br />

en el judaísmo previo al NT. Se pueden destacar los siguientes puntos: a. Azazel y sus huestes están subyugados a Satanás; b. los<br />

demonios son autónomos; c. la principal función de Satanás sigue siendo la de acusador; y d. no hay una caída de Satanás desde el<br />

cielo. En general, Satán se propone perturbar la relación entre Dios y la humanidad, o Israel, mediante la tentación (p. ej. de Abraham<br />

o de David), mediante la acusación ante Dios, y mediante la interferencia en la historia de Israel. A Satanás se le puede resistir<br />

por medio de buenas decisiones, de mérito humano o de sufrimiento, de auxilio externo (Moisés, Miguel o los ángeles), e incluso<br />

por medio de Dios mismo. Satanás no es el señor de este mundo, y aunque a veces se lo vincula con el impulso maligno, no se<br />

trata de una fuerza que nos esclavice. En algunas obras Satanás no figura <strong>del</strong> todo, siendo reemplazado, p. ej., por testigos angélicos<br />

o por varios satanes. Puesto que todas estas ideas son fluidas, a veces a Satanás se lo puede describir como un ángel enaltecido<br />

expulsado <strong>del</strong> cielo, conectado con leyendas acerca de demonios y <strong>del</strong> impulso maligno, e incluso relacionado, al estilo gnóstico,<br />

con el mundo material; pero todas estas son desviaciones respecto a la tradición principal. Es en este contexto que hay que considerar<br />

nombres como Sammael y Azazel.<br />

D. El punto de vista sobre Satanás en el NT. Por lo que concierne a los nombres, hallamos Βελίαρ en 2 Corintios 6:15, Σατανάς<br />

y διάβολος en el Apocalipsis, y términos tales como ὁ πονηρός, ἄρχων τοῦ κόσμου τοῦτου, θεός τοῦ αἰῶνος τοῦτου,<br />

ἄρχων τῆς ἐξουσίας τοῦ αἔρος, así como δράκων y ὄφις. Σατανάς tal vez esté más cerca <strong>del</strong> uso palestinense que διάβολος;<br />

los dos términos se alternan en Juan y en el Apocalipsis, mientras que Pablo por lo general usa Σατανάς pero διάβολος figura en<br />

Efesios y en las Pastorales. Los dos rasgos principales <strong>del</strong> concepto neotestamentario son la antítesis entre Dios y Satanás, y la<br />

presencia <strong>del</strong> reino de Dios en Cristo. En oposición a Dios, Satanás es príncipe o incluso dios de este mundo (Lc. 4:6; 2 Co. 4:4), y<br />

reclama el honor que le pertenece a Dios. Los no redimidos se hallan bajo su señorío (Mt. 6:13; Mr. 3:27; Hch. 26:18; Col. 1:13).<br />

Le pertenecen a él (Jn. 6:70; 8:44; 1 Jn. 3:8; Hch. 13:10). Las obras de ellos son obras <strong>del</strong> διάβολος (1 Jn. 3:8). Él se propone<br />

separar a la gente de Dios. Asesino (Jn. 8:44) y mentiroso (1 Jn. 3:8), utiliza diversos procesos dañinos (Mr. 3:23ss; Lc. 13:11,<br />

etc.). Los demonios están sujetos a él. Su arma última es la muerte (Heb. 2:14). Él está detrás <strong>del</strong> paganismo y de la magia (Hch.<br />

13:10). Si sigue siendo el acusador, en última instancia este eón completo es suyo. No obstante, con Cristo el reino de Dios destruye<br />

al reino <strong>del</strong> diablo, y Satanás es expulsado <strong>del</strong> cielo (Ap. 12; Jn. 12:31; Lc. 10:18), de modo que pierde el derecho de acusar.<br />

Esto no ocurre sin una lucha contra Cristo, como en la tentación (Mt. 4:1ss), y al final (Lc. 22:31). El conflicto continúa con la<br />

comunidad (cf. Hch. 5:3, y las advertencias de Ro. 16:20; 1 Co. 7:5; 1 Ts. 2:18; Ef. 4:27, etc.). Satanás desea especialmente arrebatar<br />

la semilla que se siembra (Mr. 4:15). Pero la batalla ha sido ganada (1 Jn. 2:13), y por eso la iglesia puede resistir con confianza<br />

(Ef. 6:10ss). En los tiempos <strong>del</strong> fin Satanás suscitará al anticristo y gozará de cierto éxito por un tiempo (Ap. 13:2; 2 Ts. 2:9–10),<br />

pero entonces será atado durante el período <strong>del</strong> milenio y, tras otro breve interludio, será destruido. Si bien Dios le da a Satanás<br />

ciertos poderes, y por eso puede impedir viajes (1 Ts. 2:18) o tentar a los creyentes (1 Ti. 5:15), la comunidad está tan segura en la<br />

fe que los golpes <strong>del</strong> ángel diabólico (2 Co. 12:7) y el entregar a alguien a Satanás (1 Co. 5:5; 1 Ti. 1:20) son cosas que pueden<br />

quedar dentro de la acción de la gracia de Dios. En 1 Timoteo 3:11 y 2 Timoteo 3:3 el significado es «calumniador». Sin embargo,<br />

«diablo» es el sentido más probable en Juan 6:70 y Efesios 4:26–27. Esto es sugerido también por el uso <strong>del</strong> artículo y el singular<br />

en 1 Timoteo 3:6–7, aunque también aquí es posible «calumniador».<br />

[W. Foerster, II, 75–81]<br />

→ Σατανάς<br />

διαγγέλλω → ἀγγέλλω; διαγογγύζω → γονγύζω; διαθήκη → διατίθημι; διαιρέω, διαίρεσις → αἱρέομαι<br />

[p 154] διακονέω [servir], διακονία [servicio], διάκονος [servidor, diácono]

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