07.05.2013 Views

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

599<br />

6. El consuelo propio. El judaísmo cultiva el ideal <strong>del</strong> consuelo propio.<br />

II. El consuelo divino. Con el AT, el judaísmo enaltece a Dios como el único verdadero consolador. El judaísmo helenístico piensa<br />

que Dios ha sembrado en la humanidad una esperanza innata, pero el judaísmo palestinense se refiere a mediadores de consuelo<br />

tales como la palabra de promesa, los profetas, los ángeles y el Mesías. «Consuelo» se convierte en un término comprensivo para<br />

la salvación mesiánica (Is. 40:1ss). La consolación de Israel es la esperanza mesiánica, y Menájem (Consolador) llega a ser un<br />

nombre para el Mesías.<br />

[O. Schmitz-G. Stählin, V, 788–793]<br />

F. Las palabras en el NT. En el NT παρακαλέω y παράκλησις, que no aparecen en las obras juaninas ni en Santiago, reciben su<br />

contenido principal <strong>del</strong> acontecimiento neotestamentario de la salvación. A veces, por supuesto, encontramos también el uso ordinario<br />

(cf. especialmente en los Hechos, p. ej. 8:31; 9:38; 16:39; 28:14, 20, etc.). En otros casos hay un movimiento hacia un uso<br />

específico, p. ej. cuando las personas piden auxilio a Jesús. Un uso general para consuelo figura en Hechos 20:12; 1 Tesalonicenses<br />

3:7; 2 Corintios 2:7, pero esto es sobre la base <strong>del</strong> evangelio, y en su línea principal el NT usa las palabras específicamente<br />

para el hablarle a alguien, con los tres matices de pedir auxilio, exhortar y consolar.<br />

1. Pedir auxilio. Este es un uso común en los Sinópticos cuando las personas recurren a Jesús en busca de ayuda, p. ej. en Mateo 8:5;<br />

Lucas 7:4; Marcos 5:18; 6:56; 1:40; 8:22. Esta petición es un ruego apremiante. Un uso similar que se da en Mateo 26:53 es para<br />

pedirle ayuda a Dios; Jesús no se aprovecha de esta posibilidad abierta.<br />

2. Exhortar. Este es un uso común en los Hechos y en Pablo. Implica hablar en nombre de Dios y con el poder <strong>del</strong> Espíritu. En 2<br />

Corintios 5:20 el punto es el ruego evangelístico, pero con una nota de [p 761] autoridad. La proclamación también es<br />

παράκλησις en 1 Tesalonicenses 2:3 (cf. Hch. 9:31; 2:40; Lc. 3:18). Lo que se quiere decir es la proclamación de la salvación,<br />

como algo que es también una exigencia sobre la voluntad y la acción de los oyentes. A menudo se trata de la admonición a quienes<br />

ya han sido ganados (cf. Heb. 13:22; 1 P. 5:12; Jud. 3; Fil. 2:1; Ro. 12:1, etc.). Esta admonición es «en Cristo» o «por su nombre»,<br />

o «por su mansedumbre y ternura», o «por la misericordia de Dios» (cf. Fil. 2:1; 1 Co. 1:10; 2 Co. 10:1; Ro. 12:1). Se basa en<br />

la obra salvífica de Dios en Cristo, y es parte inherente <strong>del</strong> ministerio apostólico (1 Ti. 5:1; Tit. 2:6). El Espíritu Santo está en acción<br />

en ella, y es casi una función profética (cf. 1 Co. 14:3, 31; Hch. 15:28, 31). Las palabras que la acompañan muestran que la<br />

admonición no es agria, polémica ni crítica, aun cuando es apremiante y seria. El hecho de que consolar pueda ser otro significado<br />

de la misma palabra apunta en la misma dirección.<br />

3. Consolar. Es en Pablo y en Hebreos donde παρακαλεῖν denota el consuelo que Dios trae por medio de su salvación presente y<br />

futura. Hebreos 6:18 y 12:5 conectan este consuelo con la exhortación y el estímulo. Romanos 15:4 muestra que viene por medio<br />

de la Escritura, y lo basa en la constancia divina. Esta constancia es la <strong>del</strong> amor divino que se manifestó en Cristo (2 Ts. 2:16–17).<br />

Pablo se preocupa, una y otra vez, por consolar a las iglesias en sus aflicciones (cf. Col. 1:1; 4:8). Él mismo es consolado por la<br />

bondad de Filemón (Flm. 7). Las buenas noticias acerca de la iglesia tesalonicense lo consuelan (1 Ts. 3:7). Lo mismo se aplica a<br />

las buenas noticias procedentes de Corinto (2 Co. 7:6).<br />

4. El consuelo humano y divino. El consuelo se da mediante agentes humanos, pero sólo es verdadero consuelo en cuanto viene de<br />

Dios. Dios es el Dios de todo consuelo (2 Co. 1:3–4) que hace que el compartir los sufrimientos sea un compartir el consuelo<br />

(1:5ss). Si bien el consuelo se deriva de la salvación presente, se halla a la luz de la liberación futura, y por lo tanto está ligado<br />

tanto con la σωτηρία como con la ἐλπίς (cf. 2 Ts. 2:16; Ro. 15:4). Al disfrutar <strong>del</strong> consuelo divino, los corintios deben perdonar y<br />

consolar al que ha agraviado a Pablo (2 Co. 2:7). Tanto los acontecimientos como las palabras traen consuelo (2 Co. 7:6). Pero el<br />

consuelo final (Mt. 5:4) es el acto escatológico de Dios que alcanza al presente, de modo que aquellos que lloran son ya bienaventurados.<br />

Los que aguardan la consolación de Israel (Lc. 2:25) están esperando la salvación mesiánica (Is. 40:1ss). El consuelo de la<br />

salvación presente se pone a la luz de la consumación venidera, cuando Dios va a quitar todo sufrimiento por su presencia gloriosa<br />

(Ap. 21:3ss). Por esta razón es un consuelo eterno y una buena esperanza (2 Ts. 2:16).<br />

5. Conclusión. El NT aprovecha bien la riqueza de significado de los términos παρακαλεῖν y παράκλησις. El sentido de «invocar»<br />

se desvanece en el trasfondo. «Pedir» figura principalmente para peticiones dirigidas a Jesús durante su ministerio terrenal. El<br />

significado «exhortación» llega a usarse tanto para la proclamación misionera como para la admonición pastoral. El sentido de<br />

«consuelo» figura en conexión con la historia de la salvación (sobre una base veterotestamentaria). En este sentido los términos<br />

expresan la ayuda de Dios a las iglesias en la aflicción presente, sobre la base de la obra salvífica de Cristo y con miras a la liberación<br />

final. Por eso el pedir presupone que la salvación de Dios se manifiesta en Jesús, el exhortar presupone que es efectuada por<br />

el Espíritu, y el consolar presupone que llegará a ser consumada finalmente por el Padre. Las palabras se relacionan, entonces, con<br />

la obra salvífica <strong>del</strong> Dios uno y trino que conduce a los necesitados hacia el Hijo como suplicantes, que es predicada como exhortación<br />

en el poder <strong>del</strong> Espíritu, y que comporta ya el consuelo eterno <strong>del</strong> Padre.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!