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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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único, diferenciado de los presbíteros, va alcanzando gradualmente mayor precedencia (cf. Ignacio de Antioquía). Este sistema, si<br />

bien provee un liderazgo más fuerte, tiende a generar obispos autoritarios en antítesis directa a las recomendaciones que se dan a<br />

los ancianos en 1 Pedro 5:2–3.<br />

ἀλλοτρι(ο)επίσκοπος. Esta palabra figura sólo en 1 Pedro 4:15. Se forma según el estilo de palabras como ἀλλοτριόγνωμος, «el<br />

que se mete en asuntos ajenos». Puesto que no se la halla fuera <strong>del</strong> NT, de donde debemos deducir su significado es <strong>del</strong> contexto.<br />

Ese contexto, sin embargo, da cabida a diversas posibilidades: a. «alguien que pone el ojo en las posesiones de otros»; b. «un vigilante<br />

infiel de bienes confiados a él»; c. «uno que se entromete en cosas que no le conciernen», y d. «calumniador o soplón».<br />

[H. W. Beyer, II, 599–622]<br />

ἐπισκηνόω → σκηνός; ἐπισκιάζω → σκιά<br />

[p 247] ἐπιστάτης [maestro]<br />

ἐπιστάτης aparece en el NT solamente en vocativo, es peculiar de Lucas y, excepto en Lucas 17:13, es un término usado sólo por<br />

los discípulos. Lucas lo escoge como uno de sus equivalentes para «rabí» (cf. Mr. 4:38 y par.; 9:5 y par.; 9:38 y par.). El griego<br />

secular presenta un uso rico y variado; el término puede denotar a un pastor, al conductor de un elefante, a un capataz, a un inspector<br />

de obras públicas, al dirigente de una sociedad atlética o de un templo, a un magistrado o gobernador de una ciudad, e incluso a<br />

una deidad protectora. El alcance de su uso vocativo es incierto.<br />

[A. Oepke, II, 622–623]<br />

ἐπιστρέφω, ἐπιστροφή → στρέφω; ἐπισυναγωγή → συναγωγή; ἐπιταγή → τάσσω; ἐπιτελέω → τελέω<br />

ἐπιτιμάω [reprender], ἐπιτιμία [censura, castigo]<br />

ἐπιτιμάω corresponde al sentido doble de τιμάω, «atribuir honra o culpa», y llega a usarse para «inculpar, reprochar», «reprender».<br />

En la LXX se aplica especialmente a la reprensión hecha por Dios (cf. Job 26:11; 2 S. 22:16; Sal. 106:9; 119:21). Se usa<br />

también de manera limitada para la reprensión humana (Gn. 37:10; Rut 2:16), pero a menudo se considera que la reprensión<br />

humana es presuntuosa, y sólo se elogia la reprensión judicial, pastoral o fraternal. El NT sigue a la LXX 1. al tratar la reprensión<br />

humana con gran reserva. Es así como los discípulos se apresuran demasiado con su reprensión en Marcos 10:13, la muchedumbre<br />

en Marcos 10:48, y Pedro en Mateo 16:22 (aquí Jesús responde con su propia reprensión legítima). La única reprensión aceptable<br />

es la de la humildad. Así, uno de los ladrones crucificados reprende al otro en Lucas 23:41, y un creyente puede reprender a otro si<br />

lo hace en un espíritu de perdón (Lc. 17:3). La reprensión es especialmente una responsabilidad de la dirigencia pastoral en 2 Timoteo<br />

4:2. El NT sigue también a la LXX 2. al considerar la reprensión como algo que es esencialmente una prerrogativa <strong>del</strong> señorío<br />

divino. Sólo Dios puede legítimamente reprender al diablo (Jud. 9). Jesús tiene, claramente, el derecho de reprender (Mr.<br />

8:33; Lc. 9:55; 19:39–40). En Marcos 8:30 se usa ἐπιτιμάν para mostrar lo estricto que es su mandato a los discípulos de no revelar<br />

en ese momento su mesianidad. Este mismo término es de señorío cuando él manda a los demonios guardar silencio en Marcos<br />

3:12. Manifiesta un poder similar cuando reprende y expulsa al espíritu inmundo en Marcos 9:25, cuando reprende la fiebre de la<br />

suegra de Pedro en Lucas 4:39, y cuando reprende a las fuerzas elementales de la naturaleza en Marcos 4:39. En su ἐπιτιμάν se<br />

revelan clara y contundentemente su poder y prerrogativa divinos, que son incondicionales.<br />

ἐπιτιμία figura en el NT solamente en 2 Corintios 2:6 sólo como término técnico de la disciplina comunitaria, para el «castigo» o<br />

«censura» que aplica la iglesia.<br />

[E. Stauffer, II, 623–627]<br />

ἐπιφαίνω, ἐπιφάνεια, ἐπιφανής → φῶς; ἐπιφαύσκω → φῶς; ἐποικοδομέω → οἰκοδομέω; ἐπουράνιος → οὐρανός<br />

ἑπτά [siete], ἑπτάκις [siete veces], ἑπτακισχίλιοι [siete mil], ἕβδομος [semana], ἑβδομήκοντα [setenta], ἑβδομηκοντάκις<br />

[setenta veces]<br />

A. Antecedentes en la historia religiosa.<br />

1. La prominencia <strong>del</strong> número siete en muchas culturas probablemente se deba a la observación de las cuatro fases de la luna, de<br />

siete días cada una, más que a la existencia reconocida de siete planetas, ya que el número siete es importante aun antes de que<br />

comience el interés por los siete planetas, y la luna desempeña un papel en la medición <strong>del</strong> tiempo en la epopeya babilónica de la<br />

creación.

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