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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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[W. Grundmann, IV, 571–574]<br />

450<br />

μένω [quedarse, aguardar], ἐμ- [perseverar] παρα- [permanecer, durar], περι- [aguardar], προσμένω [quedarse en, con],<br />

μονή [morada, lugar donde quedarse], ὑπομένω [mantenerse firme, aguantar, esperar], ὑπομονή [paciencia, perseverancia]<br />

μένω<br />

1. Esta palabra significa a. «quedarse en un lugar», figuradamente «permanecer en un ámbito», b. «mantenerse en contra de la<br />

oposición», «resistir», «mantenerse firme», c. «quedarse quieto», y d. «permanecer», «aguantar», «permanecer vigente».<br />

2. También hay un uso transitivo, «esperar a alguien».<br />

En el NT la palabra es importante en relación con la permanencia de Dios en contraste con la mutabilidad humana y terrena. Como<br />

dice el AT, Dios es el Dios eterno cuyo plan y palabra permanecen para siempre (Is. 7:7; 14:24; 40:8), cuya ciudad eterna también<br />

permanecerá en el nuevo cielo y la nueva tierra (Zac. 14:10; Is. 66:22), y quien les da a los justos una participación en su permanencia<br />

(cf. Sal. 112:3, 9). El NT repite estos puntos. El plan de Dios permanece (Ro. 9:11), su palabra permanece (1 P. 1:23, 25), la<br />

nueva alianza permanece (2 Co. 3:11), y la fe, la esperanza y el amor permanecen (1 Co. 13:13). En Juan 12:34 Cristo mismo permanece<br />

para siempre, y en 1:32 el Espíritu no se limita a visitarlo sino que permanece en él. Otra línea de pensamiento se da en 1<br />

Timoteo 2:15 y 2 Timoteo 2:15 con sus referencias a la perseverancia de los creyentes en la fe, el amor y la santidad, o en lo que<br />

han aprendido y creído. En los escritos juaninos esto se convierte en un permanecer más personal en Cristo o en Dios, como contraparte<br />

<strong>del</strong> permanecer de Dios en Cristo o de Cristo en ellos (cf. Jn. 6:56; 15:4ss; 14:10; 1 Jn. 2:6, 24, 27). En este permanecer, la<br />

promesa escatológica es ya posesión, pero el concepto de permanecer deja por fuera la identidad mística o extática. Otros usos en<br />

los escritos juaninos son para permanecer en la palabra de Dios (1 Jn. 3:15), en el amor (3:17), en la verdad (2 Jn. 2), en la unción<br />

(1 Jn. 2:27), en la casa de Dios (Jn. 8:35), en la luz (1 Jn. 2:10) y en la doctrina (2 Jn. 9). Los no creyentes, en cambio, permanecen<br />

en las tinieblas (Jn. 12:46) y en la muerte (1 Jn. 3:14).<br />

ἐμμένω. Esta palabra significa a. «permanecer en algo», y b. «atenerse a algo», p. ej. un acuerdo. La LXX también la usa en Isaías<br />

30:18 para el esperar en Dios. En el NT, Hechos 28:30 lo usa para quedarse en [p 570] un lugar. En sentido religioso denota la<br />

perseverancia en la fe (Hch. 14:22) y el continuar en la alianza con Dios (Heb. 8:9). En Gálatas 3:10, Pablo se refiere al juicio que<br />

permanece pendiente para aquellos que no guardan la ley.<br />

παραμένω. Esta palabra significa a. «quedarse en su lugar», «mantenerse firme», «durar», b. «mantenerse junto a alguien», y c.<br />

«permanecer en una ocupación o en un estado». En el NT, Pablo les dice a los corintios en 1 Corintios 16:6 que se va a quedar con<br />

ellos, dedicando el tiempo a su labor entre ellos. En Filipenses 1:25 prefiere continuar trabajando entre los creyentes, antes que la<br />

unión con Cristo que él anhela. Hebreos 7:23 usa el término en forma negativa, para contrastar el sacerdocio pasajero <strong>del</strong> AT con<br />

el sumo sacerdocio de Cristo, que es permanente. Santiago 1:25 tiene en mente un permanecer en la ley que significa presteza para<br />

ponerla en práctica, en comparación con una simple mirada que no desemboca en una transformación de la vida.<br />

περιμένω. Esta palabra tiene el sentido de estar a la expectativa, aguardar o esperar. El único caso en el NT se halla en Hechos<br />

1:4, donde Jesús les dice a los discípulos que aguarden la promesa <strong>del</strong> Padre.<br />

προσμένω. Esta palabra significa a. «quedarse en», b. «quedarse con», y c. «esperar». El NT la usa en el sentido a. en Hechos<br />

18:18. El sentido b. figura en Marcos 8:2, donde las multitudes se quedan con Jesús porque desean oír su enseñanza y ver sus<br />

obras. Hechos 11:23 se refiere a seguir con el Señor, con una insinuación de perseverancia a pesar de la oposición. Esta fiel continuación<br />

en la gracia contrasta con la vacilación que desiste fácilmente (Hch. 13:43; cf. Mr. 4:17). En 1 Timoteo 5:5 las viudas<br />

rectas, a diferencia de las más jóvenes y atolondradas, ponen toda su esperanza en Dios y por eso continúan en la oración.<br />

μονή. μονή significa a. «estadía», «tardanza», «permanencia», y b. «lugar donde quedarse», p. ej. una posada o mesón. En el NT<br />

la palabra figura sólo dos veces en Juan. En 14:2 denota la morada permanente (en contraste con nuestra transitoria condición<br />

terrena) que Cristo prepara para su pueblo en la casa de su Padre. En 14:23, sin embargo, la morada es sobre la tierra, porque Cristo<br />

y el Padre vendrán a los creyentes y harán su casa con ellos. La habitación de Dios con su pueblo halla una expresión cultual en<br />

el AT (Éx. 25:8). Se promete para el tiempo final (Ez. 37:26–27). Ha alcanzado ya su cumplimiento espiritual en Cristo. Tanto en<br />

14:2 como en 14:23 la referencia es individual más que universal o escatológica. La salvación consiste en la unión con Dios y con<br />

Cristo por medio de la morada de ellos en los creyentes y por medio <strong>del</strong> hecho de que ellos llevan a los creyentes a morar con<br />

ellos. La μονή destaca la indestructibilidad de la unión. La idea de una morada celestial para los justos se halla en Irán y luego en<br />

los escritos talmúdicos y mandeos. También Platón habla de moradas celestiales a las cuales regresa el alma. El NT refleja el concepto<br />

en Lucas 16:22; 23:43. Por lo referente a la habitación dentro <strong>del</strong> creyente, Filón habla de que el νοῦς, el λόγος o, en efecto,<br />

Dios mismo, mora en nosotros.

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