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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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[G. Stählin, VIII, 260–269]<br />

τυφλός [ciego], τυφλόω [cegar]<br />

A. La antigüedad griega y el helenismo.<br />

I. Significado.<br />

940<br />

1. El adjetivo τυφλός denota la ceguera de hombres y animales. Luego se refiere a objetos sin luz o sin acceso (cf. calles ciegas),<br />

como también a lo que es invisible o está escondido.<br />

2. El verbo τυφλόω significa «cegar», «quitar la vista», en pasiva «quedar ciego», «ser cegado», y menos estrictamente «hacer (o<br />

ser) ineficaz».<br />

II. La ceguera literal.<br />

1. En la antigüedad, normalmente la ceguera implica la pérdida total de la vista. Con frecuencia se menciona juntos a los ciegos, los<br />

sordos y los lisiados.<br />

2. La ceguera puede deberse a factores hereditarios, al veneno de un animal, a heridas, a accidentes, a exponerse a una luz demasiado<br />

brillante, etc. Se buscan causas psicológicas en la pena o las lágrimas. También los excesos y el ofender a los dioses pueden ser<br />

causas de la ceguera.<br />

3. La costumbre bárbara de cegar a otras personas por celos, por venganza, por retribución o por castigo es otra causa de la ceguera.<br />

Orestes trata de expiar su incesto cegándose a sí mismo. Las diosas suelen infligir la ceguera como castigo.<br />

4. Los ciegos caminan de manera inestable, extienden las manos para buscar apoyo, usan bastones para guiar sus pasos, y reciben<br />

ayuda de otros, especialmente de sus parientes. Antígona es un ejemplo de devoción a los ciegos. Muchos ciegos son mendigos,<br />

aunque algunos de los más talentosos dejan su huella como músicos, videntes, filósofos, e incluso juristas o estadistas.<br />

5. La ceguera no necesariamente trae un mejoramiento moral, e incluso puede incrementar la maldad. Se piensa que agudiza la<br />

percepción mental, y por eso hay ciegos que son videntes y sabios. La incapacidad de ver la belleza <strong>del</strong> mundo se considera un<br />

penoso golpe <strong>del</strong> destino. Pero los filósofos piensan [p 1180] que eso no hay que lamentarlo sino aceptarlo; el verdadero mal es el<br />

no poder vivir la vida <strong>del</strong> sabio sin necesidades.<br />

6. Aunque se pueden quitar las cataratas y se puede detener la ceguera incipiente, no hay en la antigüedad cura natural para la<br />

ceguera. Sólo la intervención divina puede restaurar la vista. Se dice que Vespasiano y Adriano fueron agentes divinos para la<br />

curación de personas ciegas, pero normalmente los dioses restauran la vista de manera directa cuando se expresa la penitencia,<br />

cuando se satisface alguna condición divina, o cuando se hace una petición. Por lo general la devolución de la vista es repentina,<br />

pero los dioses también pueden usar o mandar los medicamentos o la magia como instrumentos. Esculapio es de especial importancia<br />

en este campo.<br />

III. Comparaciones y sentido transferido.<br />

1. El caminar inconstante de los ciegos ofrece un punto común de comparación. Lo mismo sucede con el dolor y la inalterabilidad de<br />

la ceguera. Con frecuencia se da la idea de los ciegos que guían a otros ciegos. Un proverbio paradójico es que incluso un ciego<br />

puede ver algo que es evidente.<br />

2. Metafóricamente se puede decir que es ciego algún otro miembro <strong>del</strong> cuerpo, o algún acto u objeto. También se menciona la<br />

ceguera mental o moral. La ceguera espiritual se puede yuxtaponer a la vista física.<br />

a. Es una terrible aflicción que la mente o el alma esté ciega. La persona entera puede ser ciega cuando el campo de visión se<br />

restringe. Así, todos somos ciegos con respecto al futuro. La riqueza lleva a la ceguera intelectual y moral; es una mala oculista.<br />

También son ciegos los amantes, y el amor propio nos ciega respecto a nuestras faltas. En la filosofía la ignorancia es ceguera, p.<br />

ej. el ignorar quiénes somos, porqué estamos aquí, y qué es el bien y el mal. Los escépticos, cuya sabiduría consiste en no conocer,<br />

no ver ni oír nada, son ciegos. También puede haber ceguera respecto al arte, a la ciencia y a la belleza. En el gnosticismo, los que<br />

todavía no han alcanzado el conocimiento salvador son ciegos. La ignorancia es soñar, dormir y ser ciego. Sobre aquellos que<br />

andan a tientas como los ciegos recaen los infortunios. El redentor viene a traer vista a los ciegos, aunque la libertad completa sólo<br />

llega con la muerte, cuando uno queda libre <strong>del</strong> cuerpo.

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