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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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1. El sábado judío. El uso <strong>del</strong> NT concuerda con el uso judío; el sábado es τὸ σάββατον, ἡ ἡμέρα τοῦ σαββάτου, τὰ σάββατα o ἡ<br />

ἑβδόμη. La observancia es consonante con lo que sabemos de fuentes judías: el cuerpo de Jesús es sepultado antes <strong>del</strong> sábado (Mr.<br />

15:42ss); está prohibido arrancar espigas de trigo (Mr. 2:23–24); no hay que ayudar o curar a los que no están en peligro de muerte<br />

(Mr. 3:1, etc.); no hay que cargar objetos (Jn. 5:9–10); los viajes están restringidos (Hch. 1:12); el trabajo de los sacerdotes (Mt.<br />

12:4–5) y la circuncisión (Jn. 7:22–23) son permisibles; el sábado es un día de descanso (Lc. 23:56); se invitan huéspedes (Lc.<br />

14:1); se leen las Escrituras (Hch. 13:15, 27); se realiza el culto en la sinagoga (Lc. 4:16ss), y se hacen exposiciones de la Escritura<br />

(Hch. 13:14–15, 42ss; 16:13).<br />

2. Jesús y el sábado.<br />

a. Los relatos evangélicos. En Marcos 2–3 surge el conflicto entre Jesús y los fariseos respecto al acto de arrancar espigas de trigo en<br />

sábado (2:23ss). Jesús muestra con base en el AT que ocasionalmente los justos pueden infringir las reglas sabáticas. En principio,<br />

las necesidades humanas son más importantes que el sábado (2:27). Jesús es su Señor, y decide cuándo el sábado es aplicable y<br />

cuándo hay que trascenderlo (2:28). Mateo 12:1ss añade que los sacrificios tienen precedencia sobre el mandamiento <strong>del</strong> sábado, y<br />

que en Jesús está presente alguien que es mayor que el templo, cuya ley de misericordia o de amor (Os. 6:6) impone un mandato<br />

aún más imperioso. Una segunda confrontación se da entonces con la curación de Marcos 3:1ss. Obviamente se infringe la norma<br />

que sólo se permite curar cuando hay peligro de muerte; pero el hacer el bien y el salvar la vida son imperativos que no dejan cabida<br />

para la casuística. Jesús, entonces, manifiesta su señorío curando la mano tullida. Mateo 12:9ss demuestra cabalmente la supremacía<br />

de las necesidades humanas mediante la comparación con el socorro a animales que sufren, cosa que algunos rabinos, aunque<br />

no todos, permiten incluso en sábado.<br />

b. Los relatos lucanos. Lucas 13:10ss y 14:13ss contienen otros dos relatos de curaciones en sábado. En el primer pasaje se hace una<br />

comparación con la alimentación de animales, y el relato sirve para destacar la impenitencia de los adversarios de Jesús (cf. vv. 1–<br />

9). En 14:1ss, el relato demuestra una vez más la supremacía de la necesidad humana. Los conflictos sobre el sábado en Lucas<br />

forman parte <strong>del</strong> movimiento que, pasando por la resistencia y el rechazo, conduce de un ministerio inicial en las sinagogas hasta<br />

la misión a los gentiles.<br />

c. Los relatos juaninos. En Juan hay dos curaciones que provocan agudas controversias. En Juan 5, el cargar la camilla implica una<br />

infracción de la prohibición de transportar cosas. Jesús replica señalando cómo Dios mismo trabaja en sábado, cosa que tanto los<br />

judíos palestinenses como los helenísticos aceptan. Autorizado por el Padre, Jesús trabaja tal como lo hace Dios. Por eso la cuestión<br />

decisiva es si se reconoce a Jesús como aquel que tiene autoridad trascendente en virtud de su envío divino. El debate continúa<br />

en 7:19ss, donde Jesús apela a la práctica de la circuncisión en sábado. Una vez más, la cuestión última es el envío divino de Jesús.<br />

Su obra expresa su autoridad divina (vv. 16–17). En respuesta a la necesidad humana, esta autoridad se impone sobre la legislación<br />

sabática. En 9:1ss Jesús quebranta el sábado no sólo al curar, sino también al mezclar la saliva para hacer barro. Para algunos esto<br />

es muestra de que él es un pecador, pero para otros estas acciones muestran lo contrario. En la curación, Jesús viene como la luz<br />

<strong>del</strong> mundo (9:5), y el encuentro con él obliga a decidir quién está verdaderamente ciego y quién de veras ve. Para los que tienen<br />

ojos para ver, la obra de Dios es manifiesta en este otorgamiento de la vista a los ojos ciegos.<br />

3. El sábado en las iglesias. Cristo resucita el primer día de la semana (Mr. 16:2; Mt. 28:1), el día de culto de los cristianos (Hch.<br />

20:7; 1 Co. 16:2; cf. Ap. 1:10). Los cristianos judíos siguen guardando el sábado (cf. Mt. 24:20), así como al principio hacen<br />

ofrendas en el templo y pagan el tributo <strong>del</strong> templo (Mt. 5:23; 17:24ss). Los judaizantes tratan de imponer las mismas reglas a los<br />

cristianos gentiles, pero Pablo se les opone (cf. Gá. 4:8ss; Ro. 10:4). Entre los colosenses, un extraño sincretismo combina la observancia<br />

<strong>del</strong> sábado con el culto a los ángeles y el ascetismo en sujeción a las fuerzas cósmicas. En respuesta a ello, el apóstol<br />

destaca que los creyentes han muerto con Cristo a todas esas [p 971] fuerzas, y que por lo tanto han quedado libres de toda atadura<br />

a ellas. Ni la supuesta necesidad de la ley para la salvación ni el dominio de las potestades cósmicas obliga a los cristianos a guardar<br />

la ley <strong>del</strong> sábado.<br />

D. El sábado y la iglesia antigua.<br />

1. Sábado y domingo. Las iglesias observan el domingo como día de la resurrección de Cristo (Bern. 15.9; Ignacio, Magnesios 9.1;<br />

Did. 14.1). No hay obligación de guardar la ley <strong>del</strong> sábado. Bernabé 2.5 muestra que el Día <strong>del</strong> Señor es superior al sábado, y aunque<br />

Bernabé 15 anhela el séptimo milenio como un sábado cósmico, los cristianos observan el día octavo como inicio de la nueva<br />

creación.<br />

2. La semana judía. La iglesia adopta la semana judía, que va desde el día primero hasta el sábado, e incluso usa σάββατον o<br />

σάββατα para designar la semana, y llama al sexto día προσάββατον y al séptimo σάββατον. Los catecúmenos se bañan el quinto<br />

día, ayunan el día de la preparación, se reúnen el sábado, y reciben el bautismo al comenzar el día de Pascua.

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