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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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98<br />

participación inicial en el Espíritu. «Gustar la muerte» figura en Marcos 9:1; Juan 8:52; Hebreos 2:9; expresa de manera muy vívida<br />

la ruda realidad <strong>del</strong> morir.<br />

[J. Behm, I, 675–677]<br />

γῆ [tierra], ἐπίγειος [terrenal]<br />

γῆ<br />

1. La tierra, el país, como lugar de morada <strong>del</strong> hombre. a. «Tierra» (en sentido geográfico), como en Mateo 9:26; Marcos 15:33;<br />

Hechos 7:3–4 (Palestina); se nombra en Mateo 2:6: Judá; Hechos 7:29: Madián; Hechos 13:19: Canaán; Hechos 7:36: Egipto, etc.;<br />

b. la «tierra de la promesa» (Hch. 7:3; Heb. 11:9, y en sentido escatológico Mt. 5:5); c. la «tierra habitada» (Ap. 3:10; 14:6; Hch.<br />

22:22); d. la tierra como teatro de la historia: el pasado (Ap. 16:18); la obra de Jesús (Mr. 2:10; Mt. 10:34; Jn. 17:4; este concepto<br />

se funde con el <strong>del</strong> mundo humano); la historia escatológica (Lc. 18:8; 21:23, y muchos pasajes <strong>del</strong> Apocalipsis).<br />

2. La tierra como parte <strong>del</strong> mundo. La antigua expresión «cielos y tierra» para referirse al cosmos es común en el NT (cf. Mr. 13:31;<br />

Heb. 1:10–11; 2 P. 3:7, y para los nuevos cielos y tierra 2 P. 3:7; Ap. 21:1). Puesto que «mar» es un tercer componente, «tierra» se<br />

refiere al terreno seco (cf. Hch. 4:24; Heb. 11:29; Ap. 8:7ss). En otra tríada la tierra queda entre el cielo y lo que hay debajo de la<br />

tierra (Ap. 5:3). Sin embargo, no hay una cosmología coherente, y las ideas cosmológicas, inclusive en el Apocalipsis, quedan<br />

totalmente subordinadas a las teológicas. Algunos giros interesantes son «de los confines de la tierra» en el sentido de «desde el<br />

extranjero» en Mateo 12:42, «hasta los confines de la tierra» en el sentido de «por doquier» en Hechos 1:8, «los cuatro ángulos de<br />

la tierra» en Apocalipsis 20:8, y «desde el extremo de la tierra hasta el extremo <strong>del</strong> cielo» (e. d. desde un confín <strong>del</strong> mundo al otro)<br />

en Marcos 13:27. En Apocalipsis 12:16 se puede captar un eco de personificación.<br />

3. La tierra en su relación con Dios. Creada por Dios (Hch. 4:24, etc.), la tierra comparte la relación <strong>del</strong> mundo con él como<br />

creación. Existe por voluntad de Dios, tiene principio y fin, y es posesión de Dios (1 Co. 10:26). Dios es su Señor (Mt. 11:25),<br />

como lo es <strong>del</strong> cielo, aunque con una diferenciación, ya que si hay cosas que pueden ser válidas por igual en la tierra y en el cielo<br />

(cf. Mt. 16:19; 18:18–19) y las cosas terrenales son copia de las celestiales (Heb. 8:5), la tierra es el lugar de lo imperfecto (Mr.<br />

9:3) y lo transitorio (Mt. 6:19), <strong>del</strong> pecado (Mr. 2:10) y de la muerte (1 Co. 15:47). Cristo, entonces, no es de la tierra (Jn. 3:31; 1<br />

Co. 15:47). Desciende y es levantado de nuevo (cf. Ef. 4:9). Sin embargo, en contraste con los mitos de redentores, el NT tiene en<br />

la mira la encarnación y no hace ninguna distinción metafísica final entre cielo y tierra, ya que tanto el uno como la otra son de<br />

Dios. La verdadera diferencia es que la tierra es el teatro <strong>del</strong> pecado. El Hijo <strong>del</strong> Hombre viene a ella para perdonar los pecados<br />

(Mr. 2:10), y es a causa de la caída que los creyentes son «extranjeros y peregrinos sobre la tierra» (Heb. 11:13) y son «rescatados<br />

de la tierra» (Ap. 14:3), y se les exhorta a no «poner la mira en las cosas de la tierra» sino a hacer morir sus «miembros terrenos»<br />

(Col. 3:2, 5).<br />

ἐπίγειος. a. «Que existe sobre la tierra o pertenece a ella», b. «terrenal» (por oposición a lo celestial). En Filipenses 2:10 la totalidad<br />

de los seres incluye a los celestiales, los terrenales (no simplemente los humanos) y los que están debajo de la tierra. 2 Corintios<br />

5 se refiere al cuerpo terrenal como algo diferente <strong>del</strong> celestial; cf. 1 Corintios 15:40ss, donde términos como corruptible, no<br />

glorioso, débil y físico son paralelos. Puesto que la tierra es el lugar <strong>del</strong> pecado, «terrenal» puede tener un sentido moral subsidiario<br />

como en «sólo piensan en lo terrenal» (Fil. 3:19) y «sabiduría terrena» (Stg. 3:15). En Juan 3:12 el contraste tal vez se establece<br />

entre las parábolas terrenales y la instrucción directa sobre las cosas celestiales (cf. 16:25).<br />

[H. Sasse, I, 677–681]<br />

[p 121] γίνομαι [nacer], γένεσις [nacimiento], γένος [género, familia], γένημα [fruto, producto], ἀπογίνομαι [morir],<br />

παλιγγενεσία [renacimiento, renovación]<br />

γίνομαι. Esta palabra es de poco interés teológico en el NT, aparte de la distinción entre γίνεσται y εἰναι en Juan 8:58. La expresión<br />

común en los Sinópticos (καί) ἐγένετο (como en Lc. 5:12, 17) parece estar basada conscientemente en el estilo <strong>del</strong> AT.<br />

γένεσις<br />

1. «Nacimiento», «génesis» (Mt. 1:18; Lc. 1:14), con sentidos derivados tales como a. «lo que ha llegado a ser» y b. «vida» (cf. tal<br />

vez Stg. 1:23).<br />

2. βίβλος γενέσεος en sentido de «genealogía» en Mateo 1:1. Este giro se remonta al AT (Gn. 2:4; 5:1, etc.). El uso en el AT varía,<br />

y las genealogías llevan el nombre de ciertos antepasados, de modo que uno no puede deducir <strong>del</strong> AT si la referencia es sólo a los<br />

vv. 2–17 o al libro completo. El encabezamiento se necesita sin duda para introducir los vv. 2–17 (cf. v. 2 y v. 17).

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