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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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3. En Salmos 51:7, la metáfora se basa en un rito (cf. Is. 1:18) pero la referencia es a ser purificado por Dios. En Ezequiel 36:25 la<br />

aspersión hecha por Dios significa su recreación escatológica <strong>del</strong> pueblo (cf. vv. 26–27). En Isaías 45:8 el derramamiento de la<br />

justicia es una promesa escatológica.<br />

4. Si bien el grupo no se usa en Éxodo 24:8, la aspersión de la sangre de la alianza establece la comunión entre las partes en alianza,<br />

y sella la alianza.<br />

C. El NT.<br />

1. Los únicos ejemplos firmemente atestiguados en el NT son cinco en Hebreos y uno en 1 Pedro. El verbo ῥαντίζω figura en<br />

Hebreos 9:13, 19, 21; 10:22: «rociar algo con algo». El sustantivo ῥαντισμός figura en Hebreos 12:24; 1 Pedro 1:2. En Hebreos<br />

12:24, «sangre de la aspersión» es análoga a «agua de la aspersión» en el AT.<br />

2. El uso cultual <strong>del</strong> AT rige el uso en el NT. El ser rociados con la sangre de Cristo se compara con los ritos <strong>del</strong> AT; como sangre<br />

expiatoria, tiene más fuerza que la de Abel en Hebreos 12:24. La referencia en Hebreos 9:18ss es a la concertación de la alianza en<br />

el Sinaí. La sangre de Cristo asume significado como la sangre de la alianza eterna (13:20) a la luz <strong>del</strong> rito <strong>del</strong> Sinaí (cf. 9:20).<br />

Hebreos 9:13–14 tiene a la vista el Día de la Expiación. La sangre de ese día sólo puede limpiar la σάρξ en contraste con la sangre<br />

de Cristo, que purifica la conciencia. Puesto que la sangre <strong>del</strong> Día de la Expiación no se rocía sobre el pueblo, en este contexto se<br />

ponen junto a ella las cenizas purificadoras de la novilla roja. El rociar desempeña un papel esencial en el NT así como en el AT,<br />

tanto para la purificación como para el establecimiento de la alianza, pero, puesto que la sangre rociada es de Cristo, el uso es<br />

figurado, y la purificación es inmensamente superior, ya que ahora el sumo sacerdote celestial, con su propia sangre, purifica a su<br />

pueblo y lo introduce en la alianza nueva y eterna. La segunda mitad de Hebreos 10:22 muestra que el bautismo está asociado con<br />

esta aspersión, por cuanto significa el otorgamiento de la participación en el poder de la sangre de Cristo: un poder de expiación,<br />

de purificación, y de concertación de la alianza.<br />

3. 1 Pedro 1:2 también parece tener en mente el bautismo (cf. la santificación por el Espíritu y el compromiso de obediencia, que<br />

aquí se ponen de primeros; cf. Hch. 10:44ss y el orden litúrgico). Este versículo muestra que la idea de la aspersión con la sangre<br />

de Cristo no es peculiar de Hebreos, sino que forma parte de una primitiva tradición bautismal.<br />

D. Los Padres apostólicos. Las únicas referencias en estas obras se hallan en Bernabé 5.1, Bernabé 8.1ss (interpretación tipológica<br />

de Nm. 19), 1 Clemente 18.7 (cita de Sal. 51:1ss), y Hermas, Semejanzas 9.10.3 (ῥαίνω en el sentido secular de «purificar»).<br />

[C.-H. Hunzinger, VI, 976–984]<br />

Ῥαχάβ → Θαμάρ; ῥῆμα → λέγω<br />

ῥίζα [raíz], ῥιζόω [hacer arraigar], ἐκριζόω [arrancar de raíz]<br />

ῥίζα<br />

1. El griego secular. Esta palabra significa literalmente «raíz» de una planta, figuradamente «pie» de un monte, históricamente<br />

«fundación» de una ciudad, genealógicamente «origen» o «tronco» de una familia, cosmológicamente «origen» de las cosas (e. d.<br />

de la tierra), y psicológicamente el alma como nuestro «origen».<br />

2. La LXX. En la LXX la palabra es bastante común pero rara vez se usa para «raíz» o para cosas como el «pie» de una montaña (Jt.<br />

6:13) o las «profundidades» <strong>del</strong> mar (Job 36:30). La expresión «raíz y rama» figura en Job 28:9; 31:12. El uso es principalmente<br />

figurativo y se refiere a las raíces de los justos [p 964] o de los injustos, con referencias a estar firmemente arraigados (Pr. 12:3), a<br />

la buena tierra (12:12), y a la abundancia de agua (Job 29:19). Dios ha plantado a Israel en buen terreno (Is. 5:1ss; Sal. 80:8ss).<br />

Ezequiel 16:3 alude al origen histórico de Israel. A partir de su raíz, un árbol caído puede renovarse (Job 14:7ss). La raíz que permanece<br />

simboliza al resto santo (Is. 6:13). Isaías 11:1ss se refiere a la raíz de Jesé en sentido mesiánico. De esta casa saldrá el<br />

nuevo retoño que establecerá el reino de rectitud y de paz. En el v. 1 el genitivo es de aposición, pero en el v. 10 es de origen. Tal<br />

vez Isaías 53:2 lleve el mismo sentido mesiánico, aunque la traducción tradicional de la LXX compara la raíz con la proclamación<br />

más que con el Siervo.<br />

3. El judaísmo posterior. El concepto de Israel como planta de Dios es común. La siembra se remonta a Abraham como su raíz.<br />

Israel es el linaje de la raíz elegida. Dios sembrará gentiles justos en Israel. La idea <strong>del</strong> Mesías como la raíz de Jesé también es<br />

común. De Isaías 11:10 algunos concluyen que son los gentiles los que necesitan al Mesías; Israel tiene la ley. Filón no se refiere<br />

al retoño davídico. Para él la metáfora de la raíz es un recurso estilístico. Así, los Diez Mandamientos son la raíz de los estatutos<br />

individuales.

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