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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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605<br />

D. Los Padres apostólicos. Frases interesantes en los Padres apostólicos se hallan en 1 Clemente 35.10, Hermas, Semejanzas 8.4.1,<br />

y 1 Clemente 23.4.<br />

[B. Reicke, V, 839–841]<br />

[p 768] πάροικος [forastero residente], παροικία [residencia como forastero], παροικέω [vivir como forastero]<br />

A. El griego secular. πάροικος significa a. «cercano», «vecino», y b. «el que no es ciudadano», «forastero residente». παροικεῖν<br />

significa a. «vivir junto a», y b. «ser forastero residente».<br />

B. El AT.<br />

1. παροικία y παροικέω.<br />

a. El AT usa el sustantivo para denotar el estado, posición o destino de un extranjero residente (Sal. 119:54). La referencia es<br />

generalmente a Israel o a sus miembros. En Esdras 2:1 el sentido es «exilio».<br />

b. El verbo significa «vivir como forastero». Se puede referir a los que no son israelitas (cf. 2 S. 4:3; Is. 16:4), pero por lo general se<br />

refiere a los patriarcas (Gn. 12:10; 17:8; 26:3; 35:27; 47:4) y a los israelitas (Jue. 17:7ss, Rut 1:1; 2 R. 8:1–2). La residencia en la<br />

tierra prometida es un vivir como extranjeros en relación con Dios, pero también lleva a su fin la vida de extranjeros (Sal. 78:55).<br />

Un uso no técnico se da en Salmo 61:4 (habitar con Dios), aunque en el trasfondo se halla la idea de la vida en la tierra como un<br />

peregrinaje.<br />

2. Israel y el πάροικος. El πάροικος es el forastero residente que es aceptado por Israel (el cual fue a su vez un πάροικος en<br />

Egipto) pero que está excluido de ciertos derechos y deberes cultuales (cf. Éx. 12:45; Lv. 22:10, aunque cf. tb. Dt. 14:21). Los<br />

forasteros residentes sí tienen derechos (p. ej. el asilo, en Nm. 35:15) y hay que ayudarlos si son pobres (Lv. 25:35; cf. 25:6). Si los<br />

extranjeros se hacen prosélitos, sus derechos y obligaciones cultuales se amplían (cf. Éx. 12:49). En Ezequiel 47:22–23 se promete<br />

una equiparación completa de los ciudadanos con los forasteros residentes. En general, los forasteros son sacrosantos en cuanto a<br />

huéspedes, y en vista de su situación de debilidad gozan de protección divina. No están totalmente excluidos de la comunidad de la<br />

alianza, pero deben buscar un ingreso más completo mediante la circuncisión.<br />

3. El pueblo de Israel como πάροικος. También los israelitas pueden ser forasteros residentes; cf. Moisés en Madián (Éx. 2:22) e<br />

Israel en Egipto. Israel considera su residencia como forasteros en Egipto no sólo como una realidad histórica sino también como<br />

una ocasión de reflexión teológica. A los ojos de Dios todos los pueblos son forasteros residentes (cf. Is. 19). Esto no anula la<br />

posesión de la tierra, pero sí es un recordatorio de que deben tener humildad ante Dios. Los profetas, al proclamar la inminente<br />

destrucción de la nación, señalan que no es posible apelar a la tierra o al templo. Dios no queda atado a la tierra (Ez. 8; Jer. 14:8–<br />

9). El pueblo la ha recibido, y viven en ella sólo como πάροικοι (1 Cr. 29:15; Sal. 119:19). En verdad la tierra le pertenece a Dios,<br />

y los miembros <strong>del</strong> pueblo son en ella siervos de Dios con condición de forasteros residentes. Sin embargo, Dios es también el<br />

dueño <strong>del</strong> mundo entero, y crea y establece todas las relaciones humanas. Ante su reclamo de total posesión, las distinciones <strong>del</strong><br />

derecho humano entre residentes, prosélitos, forasteros residentes y extranjeros plenos pierden su fuerza final (cf. lingüísticamente<br />

la superposición de extranjero y peregrino en Gn. 23:4; Lv. 25:23; Nm. 35:15, y el uso de προσήλυτος y πάροικος para el mismo<br />

término hebreo).<br />

C. El judaísmo helenístico y rabínico.<br />

1. Filón y Josefo.<br />

a. Filón. A medida que más y más judíos llegaron a vivir en la diáspora, esto tuvo un doble impacto sobre el sentido de Israel en<br />

cuanto a la condición de forasteros. En el judaísmo helenístico se debilita la referencia histórica. Filón usa el grupo πάροικος para<br />

expresar el hecho de que los justos son extranjeros en la tierra. El mundo es un enemigo y el cuerpo es un sepulcro, como en el<br />

pensamiento filosófico de la época. El λόγος, como el alma, es un extranjero, como en la mitología gnóstica, donde el redentor<br />

acepta la condición de forastero.<br />

b. Josefo se refiere a los forasteros residentes a quienes Salomón empleó para sus obras de construcción (Antigüedades 8.59).<br />

[K. L. y M. A. Schmidt, V, 841–850]<br />

[p 769] 2. El judaísmo rabínico.

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