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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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266<br />

ἐνθύμησις. Esta palabra poco común se usa en Mateo 9:4; 12:25; Hebreos 4:12 para los pensamientos ocultos <strong>del</strong> corazón que<br />

sólo Dios puede discernir. ἔννοια es paralelo en Hebreos 4:12 y τέχνη en Hechos 17:29. Tal vez se esté dando a entender lo que<br />

es insensato o malvado.<br />

[F. Büchsel, III, 167–172]<br />

θύρα [puerta]<br />

A. El uso literal y el figurado.<br />

1. Estrictamente, θύρα se usa en el NT para «puerta», especialmente en una casa, ya sea la puerta que da hacia afuera o una puerta<br />

que conduce a un aposento (cf. Mr. 1:33; 2:2; Lc. 11:7; Hch. 5:19; Jn. 18:16; Mt. 6:6). También puede denotar el «portón» o portal<br />

<strong>del</strong> templo (Hch. 3:2; 21:30), y un tercer uso es para la «entrada» a un sepulcro (Mt. 27:60; Mr. 15:46).<br />

2. Figuradamente, estar «a la puerta» es estar muy cerca (Mr. 13:29, etc.). «Abrir una puerta» es una metáfora común para representar<br />

una oportunidad. Dios abre una puerta al otorgar la ocasión para la obra misionera (Col. 4:3), o la posibilidad de la fe (Hch.<br />

14:27); los creyentes le abren la puerta a Cristo en el arrepentimiento (Ap. 3:20). En cambio, «cerrar la puerta» representa la pérdida<br />

irrevocable de una oportunidad (Ap. 3:7; Mt. 25:10) y comporta por tanto una implicación de juicio. El hecho de que Cristo<br />

tenga poder para abrir y cerrar (Ap. 3:7) muestra que en su mano está tanto la gracia como el juicio.<br />

B. Los milagros de puertas en el NT.<br />

1. Tres veces en los Hechos (5:19; 12:6ss; 16:26–27) se da la liberación mediante la apertura milagrosa de puertas. El tema de la<br />

puerta que se abre sola es común en el AT y fuera de él, pero sólo hay una conexión limitada con el liberar de una prisión. Los<br />

detalles en Hechos, los antiguos paralelos y las semejanzas internas sugieren a algunos estudiosos que Lucas está estilizando los<br />

relatos, pero no se puede establecer ninguna influencia específica. La lección de las narraciones es que ninguna cadena ni prisión<br />

puede impedir el avance <strong>del</strong> evangelio, ya que el brazo de Dios es lo suficientemente fuerte como para romper todo cerrojo y quitar<br />

todo obstáculo.<br />

2. En Juan 20:19, 26 el Señor resucitado pasa dos veces a través de puertas cerradas. Su corporeidad transfigurada ya no está sujeta a<br />

las limitaciones terrenales.<br />

C. La puerta celestial. La idea de un firmamento sólido conlleva el concepto de una o varias puertas en el cielo. Si bien en el AT<br />

hay solamente dos referencias (Gn. 28:17; Sal. 78:23), la noción es común en los escritos clásicos, el misticismo, el gnosticismo y<br />

el judaísmo tardío. La única referencia expresa en el NT se encuentra en Apocalipsis 4:1, pero la misma figura se halla tras los<br />

versículos que hablan acerca <strong>del</strong> cielo que se cierra (Lc. 4:25) o que se abre ya sea (1) en la autorrevelación de Dios (Mr. 1:10; Jn.<br />

1:51; Hch. 10:11; Ap. 19:11) o (2) en la manifestación a los santos de los misterios <strong>del</strong> eón venidero, cuando tienen acceso en<br />

visión (Hch. 7:55ss) o en el Espíritu (Ap. 4:1ss) al palacio celestial de Dios.<br />

D. El uso escatológico de la imagen de la puerta. Escatológicamente, la puerta abierta o cerrada denota el otorgamiento o negación<br />

de una participación en la salvación. En este caso, la puerta no es la puerta <strong>del</strong> cielo. La entrada en el reino, ya sea que se mencione<br />

una puerta (Mt. 25:10) o no, implica habitualmente el ingreso en la sala festiva para el banquete escatológico (Mt. 7:7–8; 22:12;<br />

25:10, 21ss; Lc. 13:24–25; 14:23). En contexto, la puerta abierta de Apocalipsis 3:8 también significa el acceso a la gloria escatológica<br />

más que el éxito misionero. La imagen de Apocalipsis 3:20 tiene también una fuerza escatológica; el Salvador que retorna<br />

(cf. Lc. 12:37) busca entrada como huésped para disfrutar de compartir la mesa en la gran cena festiva.<br />

[p 338] E. «Yo soy la puerta» (Jn. 10:7, 9). El contexto parece obligarnos a tomar este predicado de primera persona muy<br />

diferentemente en el v. 7 (la puerta hacia las ovejas) y en el v. 9 (la puerta para las ovejas). Pero eso no es muy probable, y lo mejor<br />

es que interpretemos el ambiguo v. 7 según el v. 9. El origen de la metáfora ha sido punto de muchos debates. Algunos estudiosos<br />

ven una lectura equivocada de la expresión aramea «pastor de las ovejas» como «puerta de las ovejas». Otros rastrean la influencia<br />

<strong>del</strong> gnosticismo precristiano. Pero los mo<strong>del</strong>os <strong>del</strong> AT para la imagen <strong>del</strong> pastor, para entrar y salir, y para los predicados<br />

referentes a puertas (especialmente en el contexto de Sal. 118:19ss) constituyen una base más obvia. En analogía con «yo soy el<br />

camino» en 14:6, «yo soy la puerta» desarrolla las ideas de 10:1–2. La lección <strong>del</strong> v. 9 es que Cristo es el único que media la pertenencia<br />

como miembro en la comunidad mesiánica y la recepción de sus bendiciones de salvación y vida eterna. La lección <strong>del</strong> v.<br />

7 es que él es el único mediador <strong>del</strong> auténtico oficio pastoral.<br />

[J. Jeremias, III, 173–180]<br />

→ κλείς, πύλη

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