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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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[p 953] III. Religión.<br />

755<br />

1. Al principio el fuego es un antídoto contra las malas influencias. En la muerte, el fuego contaminado es sacado y se trae fuego<br />

nuevo. El fuego forma parte de diversas ceremonias, p. ej. después <strong>del</strong> nacimiento, antes de las asambleas, etc. En algunos ritos se<br />

queman animales vivos en piras funerarias sobre las cimas de las colinas. Cuando se establece la cremación, persiste la creencia de<br />

que el fuego no puede destruir el alma.<br />

2. En el culto de los dioses, Hefesto y Hestia se asocian con el fuego <strong>del</strong> volcán y el fuego <strong>del</strong> hogar. Los pitagóricos consideran que<br />

el fuego central es el hogar <strong>del</strong> cosmos, y <strong>del</strong> hogar sagrado nacional los colonos toman fuego para el hogar en los nuevos asentamientos.<br />

Zeus, Hermes y Dionisos también están asociados con el fuego en diferentes maneras. En las teofanías el fuego es una<br />

expresión de gloria. Los fenómenos de fuego también sirven como agüeros, y las descripciones <strong>del</strong> mundo inferior contienen muchas<br />

referencias al fuego, a veces con una función purificadora.<br />

3. El fuego desempeña una parte importante en los misterios, en conexión con la purificación antes de la iniciación. Como fuente de<br />

luz, simboliza el traslado de las tinieblas a la luz. En las bacanales romanas, mujeres <strong>del</strong>irantes lanzan antorchas al Tíber. El dios<br />

<strong>del</strong> fuego Eón es llamado señor <strong>del</strong> fuego y se dice que respira fuego, que siembra fuego, que es fuerte y gozoso en el fuego, y que<br />

ruge como el fuego y es un torbellino de fuego. A pesar de todos sus aspectos destructivos, el fuego se conecta principalmente con<br />

la deidad y el espíritu.<br />

B. El culto al fuego entre los persas. El fuego es objeto de adoración principalmente en Persia. En el dualismo cosmológico, el<br />

fuego y la serpiente representan la verdad y la falsedad. En la lucha humana por la buena conducta, el fuego está <strong>del</strong> lado bueno.<br />

Es así como se le rinde culto, como encarnación <strong>del</strong> poder divino espiritual. Nada relacionado con la deformidad o con la muerte<br />

debe entrar en contacto con él; por eso los cadáveres se exponen a las bestias de carroña, que representan el mundo <strong>del</strong> espíritu<br />

maligno. En la escatología, el fuego sirve al propósito de la prueba final. Todos los seres humanos entrarán en el metal fundido; los<br />

justos saldrán ilesos, los malos sufrirán. La tierra renovada será un llano liso, sin hielo. Al principio el culto se da en un altar llameante<br />

al aire libre, pero después se empieza a usar un templo <strong>del</strong> fuego, en cuyo centro se halla el fuego sagrado que ninguna<br />

mano humana debe tocar ni ningún aliento humano debe contaminar, de modo que los sacerdotes que lo cuidan usan mitones y<br />

mordazas, y utilizan leña ritualmente purificada. Desde el hogar sagrado se lleva el fuego nuevo para que arda en las casas.<br />

C. El AT, el judaísmo tardío y el gnosticismo.<br />

I. El AT.<br />

1. En la LXX, donde figura unas 490 veces, πῦρ traduce por lo general el hebreo שׁא. ֵ Otros términos originales son poco comunes.<br />

Figuran unos 100 casos en obras que sólo están en griego.<br />

2. Uso técnico. En el uso diario el fuego sirve para la cocina, la fabricación, la metalurgia, la guerra, etc. Está prohibido encender<br />

fuego en sábado (Éx. 35:3). En el culto, el fuego <strong>del</strong> altar se mantiene ardiendo (Lv. 6:2, 6). Sólo ese fuego se ha de usar en los<br />

sacrificios (cf. Lv. 10:1). Está estrictamente prohibido sacrificar a los niños en el fuego (Lv. 20:2, pero cf. 2 R. 16:3; 21:6). El<br />

fuego es también un medio de purificación (Lv. 13:52). En la naturaleza, el relámpago es el fuego de Dios (Job 1:16; Éx. 9:28). En<br />

Amós 7:4 שׁא ֵ designa el calor <strong>del</strong> verano o la sequía. Job 28:5 compara la minería con la actividad volcánica; la referencia puede<br />

ser a «incendiar» en el sentido de romper las rocas duras con fuego de madera.<br />

3. Uso transferido. Las pasiones humanas destructivas se comparan con el fuego (Pr. 26:20–21; Si. 28:10–11; Pr. 6:27–28). El fuego<br />

también representa la ira judicial de Dios (Jer. 4:4; Ez. 21:36; Sof. 1:18; Nah. 1:6; Sal. 79:5). Están presentes diversos conceptos;<br />

p. ej. el incendio forestal en Jeremías 21:14, el horno de fuego en Salmo 21:9, el fuego refinador en Malaquías 3:2, el relámpago<br />

en Lamentaciones 1:13. Un concepto primordial es la irresistibilidad. El escapar de un gran peligro se compara con un [p 954]<br />

tizón arrebatado <strong>del</strong> fuego en Zacarías 3:2. El fuego expresa disolución en Miqueas 1:4, y purificación en Isaías 1:22. La iluminación<br />

por el fuego sólo desempeña un papel poco importante (cf. Nah. 2:4).<br />

4. El fuego en relación con Dios.<br />

a. Teofanía. En la mayoría de las teofanías <strong>del</strong> AT, el fuego representa la santidad y la gloria de Dios. El fuego puede ser natural (Éx.<br />

19) o puede ser el fuego inusitado de la zarza ardiente (3:2; cf. Jue. 6:21). La columna de fuego representa la presencia continua de<br />

Dios (Éx. 13:21–22). En el Horeb, Dios mismo no está en el fuego (1 R. 19:12); la verdadera revelación se da por la palabra. En la<br />

vocación de Isaías (cap. 6), el fuego purifica sus labios impuros. En Ezequiel 1:28 el fuego expresa la brillantez divina (cf. Dn. 7).<br />

b. Medio de juicio. En Génesis 19:24 Dios juzga mediante el fuego y el azufre. En Éxodo 9:24, el fuego y el granizo forman la<br />

séptima plaga. El fuego de Dios o <strong>del</strong> cielo es una expresión para indicar el juicio en Levítico 10:2; 2 Reyes 1:10. El fuego abate

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