07.05.2013 Views

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

201<br />

como lo están en Dios (Jl. 2:11 LXX; Sal. 33:4). El NT concuerda (cf. Lc. 23:51; 1 Jn. 3:18). Pero los rabinos tienen conciencia de<br />

una discrepancia entre la predicación y la práctica (cf. Mt. 23:3). Esto se percibe también en Santiago 1:25 y 2:17. La verdadera fe<br />

y las obras van juntas. Pero, así como la fe sin obras es muerta, así las obras que no proceden de la fe son muertas (Heb. 6:1); no<br />

llevan a la vida. Como enseña Pablo, las obras de la ley no deben ser ocasión para la búsqueda arrogante de la propia justificación.<br />

Debemos comenzar con la fe, y entonces el Dios que lo hace todo en todos (1 Co. 12:6) obrará por el Espíritu en los creyentes. Por<br />

lo tanto, como obra puramente humana, el ἔργον adquiere un sentido negativo. Las obras de la humanidad caída son malas. Pero la<br />

salvación restaura la situación al producir en nosotros las buenas obras que son los ἔργα τοῦ θεοῦ (no νόμου) de la nueva alianza,<br />

e. d. la obra de la fe que es activa por el amor (Jn. 6:29). Por nosotros mismos no podemos ver realmente la obra divina de salvación,<br />

p. ej. en los milagros o en la resurrección. La vemos sólo en función de metas terrenas (Jn. 6:26) o incluso como obra de<br />

demonios (Mr. 3:22). Sólo por la fe logramos penetrar en la ambivalencia <strong>del</strong> ἔργον salvífico de Dios, y entonces encontramos que<br />

todo lo que promueve la vida, aunque puede ser objeto de abuso, es en realidad obra de Dios (cf. la ley en Ro. 7:12–13), y sirve a<br />

la fe que, en Cristo, conduce a las buenas obras que son hechas en nosotros y también por nosotros.<br />

ἐνεργέω, ἐνέργεια, ἐνέργημα, ἐνεργής. ἐνέργ(ε)ια en el sentido de «actividad» o «energía» figura en una fecha temprana.<br />

ἐνέργημα significa «acto» o «acción», y ἐνεργής «activo». El verbo ἐνεργέω significa «actuar», «estar en acción». El grupo se<br />

usa en el helenismo para la acción de las fuerzas cósmicas o físicas, pero en el AT y el NT se usa principalmente para la obra de<br />

poderes divinos o demoníacos. Sólo en Filipenses 2:13 encontramos ἐνεργεῖν para referirse a la actividad humana. Los poderes<br />

malignos son el sujeto en Efesios 2:2; 2 Tesalonicenses 2:7, 9. Pero, en última instancia, incluso detrás de esa actividad es Dios<br />

quien se halla (2 Ts. 2:11). Dios, por el Espíritu, es de manera más directa el sujeto en el tratamiento de los dones (1 Co. 12:6, 10–<br />

11). Dios actúa también por medio de Pedro y de Pablo (Gá. 2:8); su acción poderosa da fuerza a su ministerio (Gá. 3:5). La puerta<br />

para la obra en 1 Corintios 16:9 también tiene que ver con la misión apostólica, como sucede también con la palabra activa de Dios<br />

en Hebreos 4:12. Filemón 6 usa el mismo adjetivo que Hebreos 4:12 para la fe que promueve el conocimiento. Siempre, por supuesto,<br />

es Dios quien a fin de cuentas está en acción (Fil. 2:13; Ef. 1:11). El poder de su acción es el poder de la resurrección (Ef.<br />

1:19–20; Col. 2:12). La voz media ἐνεργείσθαι, que figura sólo en Pablo y Santiago 5:16, tiene sujetos tan variados como la palabra<br />

en 1 Tesalonicenses 2:13, el consuelo en 2 Corintios 1:6, la fe en Gálatas 5:6, el poder divino en Efesios 3:20, y la oración en<br />

Santiago 5:16. ἐνέργεια se relaciona con Cristo en Efesios 4:16; es él quien da el poder <strong>del</strong> crecimiento a los miembros de su<br />

cuerpo. Las fuerzas hostiles son el sujeto de ἐνεργείσθαι en Romanos 7:5 (las pasiones), 2 Corintios 4:12 (la muerte), y 2 Tesalonicenses<br />

2:7 (el misterio de iniquidad).<br />

εὐεργετέω, εὐεργέτης, εὐεργεσία. Este grupo denota favores, beneficios, benefactores, etc., ya sean humanos o divinos. El AT<br />

habla de la beneficencia de Dios, pero las traducciones griegas tienden a evitar ese grupo de palabras. Lo encontramos cuatro veces<br />

en el NT. En Hechos 4:9 la curación <strong>del</strong> paralítico es un beneficio divino mediado por los apóstoles. En Hechos 10:38 la obra <strong>del</strong><br />

Salvador se describe en términos semejantes. En 1 Timoteo 6:2 la relación entre los esclavos creyentes y sus amos se considera en<br />

términos de beneficio. En Lucas 22:25, sin embargo, los cristianos han de rechazar el título εὐεργέτης, por cuanto Dios solo es el<br />

verdadero benefactor de quien proceden todas las bendiciones, y la obra salvífica de Dios no queda en realidad bajo el encabezamiento<br />

de εὐεργεσία, que sugiere la satisfacción de los deseos humanos, sino más bien bajo el de poder salvador (Ro. 1:16).<br />

[G. Bertram, II, 635–655]<br />

[p 253] ἐρευνάω [examinar], ἐξερευνάω [indagar cuidadosamente]<br />

El sentido general es «ir en busca»: a. «olfatear» (animales), b. «indagar», p. ej. una casa o un crimen, c. «investigar», ya sea legalmente<br />

o en sentido más general, y d. «probar, examinar». Platón y Filón usan el término para la investigación académica, científica<br />

y filosófica; Filón lo usa también para el estudio rabínico de las Escrituras. En la LXX hallamos los sentidos b.-d., así como<br />

«descubrir», «inventar».<br />

1. En Juan, el estudio de las Escrituras es el punto en 5:39 (con miras a hallar la revelación de Dios) y 7:52 (el estudio rabínico,<br />

también relacionado con el Mesías).<br />

2. El sentido «asomarse», «fijarse en» aparece en 1 Pedro 1:11; los profetas buscaban el tiempo o la persona indicada por sus<br />

predicciones <strong>del</strong> padecimiento y gloria <strong>del</strong> Mesías.<br />

3. La acción de «escudriñar» que realiza el Espíritu les posibilita a los creyentes ver algo <strong>del</strong> designio y obra de Dios, según 1<br />

Corintios 2:10. Cristo mismo examina los corazones y mentes de los suyos, según Apocalipsis 2:23, mientras que en Romanos<br />

8:27 Dios examina los corazones de aquellos que oran, pero, por el Espíritu, acepta con gracia sus oraciones.<br />

[G. Delling, II, 655–657]<br />

ἔρημος [desolado], ἐρημία [desierto], ἐρημόω [estar desolado], ἐρήμωσις [desolación]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!