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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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3. Filón usa ὁρατός más de 70 veces (a menudo con un negativo), y ἀόρατος más de 100 veces. Adopta y amplía el punto de vista<br />

de Platón. En el cosmos hay potencias invisibles en acción. El νοῦς es invisible. Pero también lo son especialmente Dios, la naturaleza<br />

divina y el espíritu. Josefo usa ἀόρατος para lugares que no son vistos, o que no deben serlo. El alma no puede verse, pero<br />

mueve el cuerpo. No hay equivalentes rabínicos directos para estos términos.<br />

4. El NT usa ὁρατός en Colosenses 1:16 (con ἀόρατος). τὰ ὁρατὰ parece denotar aquí todo el ámbito terrenal, incluyendo los<br />

astros, y otros fenómenos celestiales, mientras que τὰ ἀόρατα son las potencias celestiales que, si bien son creadas, comparten la<br />

invisibilidad de Dios y procuran el dominio sobre la esfera humana (cf. Ef. 6:12). En otros lugares ἀόρατος se refiere solamente a<br />

Dios. La invisibilidad es un atributo divino en la doxología de 1 Timoteo 1:17. Es el Dios invisible el que se ve en Hebreos 11:27;<br />

la fe le posibilita a Moisés aceptarlo como la realidad suprema en sus exigencias y sus promesas. En Romanos 1:20 Pablo se refiere<br />

a la naturaleza invisible de Dios que se manifiesta en sus obras. La creación no hace visible a Dios, sino que lo revela. Este es<br />

también el propósito de Cristo como imagen de Dios en 2 Corintios 4:4.<br />

5. En los Padres Apostólicos, Dios es invisible en 2 Clemente 20.5; Diogneto 7.2; Ignacio, Magnesios 3.2. La vida terrena de Jesús<br />

hace visible al Cristo preexistente (Ignacio, A Policarpo 3.2). En Diogneto 6.4 el alma invisible es resguardada por el cuerpo visible.<br />

Ignacio, A Policarpo 2.2, hace una distinción entre las cosas fenoménicas y las cosas invisibles, e Ignacio, Esmirniotas 6.1, se<br />

refiere a las potestades angélicas visibles e invisibles.<br />

ὅρασις. Esta palabra significa «el ver», «vista», (en plural «ojos»), posteriormente «apariencia», y en la esfera bíblica «visión». Es<br />

común en la LXX (unas 110 veces, 38 en Ezequiel y 18 en Daniel) en sentidos tales como «vista», «apariencia», «visión». Filón lo<br />

usa más de 70 veces para el sentido o el proceso de la «vista». Suele preferir ὄψις, como lo hace Josefo. El NT lo usa dos veces<br />

para «apariencia» en Apocalipsis 4:3, y también para «visión» (Ap. 9:17; Hch. 2:17; cf. Jl. 2:28). En los Padres Apostólicos significa<br />

«vista» (2 Clem. 1.6), «espectáculo» (7.6) y «visión» (Hermas, Visiones 2–4).<br />

ὅραμα. Esta palabra significa «lo que hay que ver», «espectáculo», «apariencia», «visión». La LXX lo usa 43 veces, a menudo<br />

para «visión» (cf. Daniel). En el NT figura en Mateo 17:9 para lo que vieron los discípulos en la transfiguración. En diez casos en<br />

Hechos (9:10, 12; 10:3, 17, 19; 11:5; 12:9; 16:9–10; 18:9) significa «visión», pero con frecuencia con sólo un énfasis formal en el<br />

aspecto visionario (9:10, 12, etc.). En los Padres Apostólicos la frase en Hermas Visiones 4.1.3 recuerda a 2 Corintios 12:1. Los<br />

únicos otros ejemplos se hallan en Hermas, Visiones 3.4 (dos veces en plural; de noche en 3.10.6).<br />

ὀπτασία. Este sustantivo es poco común. Figura solamente cuatro veces en la LXX en el sentido de «aparecer» (cf. Est. 4:17; Mal.<br />

3:2). En Lucas 1:22; 24:23 se refiere a las angelofanías, y en Hechos 26:19 a la aparición de Damasco se la llama una ὀπτασία<br />

celestial. Tanto en Lucas como Hechos se hace poco énfasis en el aspecto visionario; el énfasis se pone en la revelación mediante<br />

la palabra y la exigencia de obediencia. Pablo mismo no usa este término para el acontecimiento de Damasco. En los Padres<br />

Apostólicos, Martario de Policarpo 5.2 consigna una visión de Policarpo (cf. 12.3).<br />

αὐτόπτης. Este término tiene el sentido de «testigo ocular» («el que ve por sí mismo»). No figura en la LXX, pero Josefo lo usa.<br />

El único caso <strong>del</strong> NT se halla en Lucas 1:2. Estilísticamente hay paralelos para esto, pero materialmente la afirmación muestra que<br />

para la tradición es una necesidad interna el mencionar testigos presenciales como portadores normativos.<br />

ἐπόπτης, ἐποπτεύω. El sustantivo tiene significados tales como «espectador», «observador» luego «inspector». En los misterios<br />

denota a «uno que llega a tener parte en la visión». El verbo significa «ver», [p 697] «inspeccionar», «considerar», y en los misterios<br />

«tener rango de ἐπόπτης». El sustantivo figura en la LXX para indicar que Dios se fija en las cosas (cf. Est. 5:1; 2 Mac. 3:39),<br />

pero el verbo no se usa. Filón no usa ni el sustantivo ni el verbo, y Josefo sólo emplea compuestos. El NT usa el verbo en 1 Pedro<br />

2:12; 3:2. Los gentiles observan la conducta de los cristianos, y cuando vean sus buenas obras podrán glorificar a Dios o ser ganados.<br />

No hay aquí relación con el uso en los misterios, y en 2 Pedro 1:16 ἐπόπτης no depende de este uso, ya que el sentido de<br />

«espectador» u «observador» es suficientemente adecuado en el contexto; el elemento específico de «testigo ocular» no queda<br />

enfatizado demasiado fuertemente por la palabra usada aisladamente. En 1 Clemente 59.3 Dios es ἐπόπτης, y es παντεπόπτης en<br />

55.6; ve y conoce todas las acciones humanas.<br />

ὀφθαλμός<br />

1. Esta palabra significa «pupila, niña <strong>del</strong> ojo», «ojo» (principalmente plural), y figuradamente «lo más querido». Muchas frases<br />

destacan la importancia <strong>del</strong> ojo, y también hallamos referencias a ver con los ojos <strong>del</strong> νοῦς o de la καρδία (la mente o el corazón).<br />

2. La LXX usa la palabra unas 700 veces, con frecuencia para la percepción o juicio humano, o para la percepción divina (cf. Dt.<br />

11:12). Los ojos pueden ser sede de impulsos malos (cf. Pr. 6:17; 10:10; 30:13; Job 31:1, 7).

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