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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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c. La tradición posterior. Lo que dice la sabiduría sapiencial acerca de la riqueza está relacionado con la experiencia práctica. Los<br />

ricos tienen seguridad, amigos y honra (Pr. 10:15; 14:20). La riqueza viene por la frugalidad y la industriosidad (24:4; Si. 31:3).<br />

Pero también hay peligro en la riqueza. Fácilmente conduce al orgullo (Pr. 18:10ss) y a la confianza en ella (Si. 11:19). Uno se ve<br />

tentado a usar medios malvados para lograrla (Pr. 28:6). Es efímera (Ec. 5:12ss), comporta desventajas (5:11), y es solamente un<br />

bien relativo, p. ej. en comparación con la salud o con el buen nombre [p 853] (cf. Si. 30:14ss). La riqueza es una bendición divina<br />

(Pr. 10:22) y la pobreza es un juicio divino, pero se ve que muchos que son rectos son pobres, mientras que los malos son ricos (cf.<br />

Sal. 37; 48; 72). En respuesta, se espera un orden de rectitud (Sal. 37), pero mientras tanto se pone énfasis en la impermanencia de<br />

la riqueza (Sal. 48), y la fe tiene la confianza de que los que buscan a Dios nunca padecerán verdadera carencia (Sal. 34:10).<br />

C. La riqueza y los ricos en el judaísmo.<br />

1. La tradición no filónica. Para la jerarquía saducea, la riqueza sigue siendo parte constitutiva de la salvación. Los esenios, sin<br />

embargo, rechazan las riquezas terrenales como signo de cautiverio al mundo que está por pasar, y miran a<strong>del</strong>ante hacia una reversión<br />

escatológica. Los que combinan la escatología y el nacionalismo incluyen la riqueza en su expectación, como señal y como<br />

don. Los fariseos ven que la riqueza ofrece la oportunidad para dar limosna y para la observancia de la ley, pero encuentran la<br />

verdadera riqueza en el conocimiento y el cumplimiento de la ley. La riqueza y la pobreza son instrumentos de la prueba divina:<br />

¿irán a ser generosos los ricos, y los pobres aceptarán su suerte sin quejarse? El denominador común en estos pensamientos diversos<br />

es que Dios es el único dador de riqueza y salvación, y que la riqueza conlleva una obligación para con los demás. También es<br />

generalizada la idea de la retribución. La riqueza, ya sea en este mundo o en el venidero, es una recompensa por guardar los mandamientos.<br />

2. Filón. Bajo la influencia <strong>del</strong> pensamiento platónico y estoico, Filón considera indiferente la riqueza. Es transitoria e implica un<br />

peligro para el alma, pero no es necesario despreciarla. Filón está consciente de que Dios ha creado los bienes materiales para la<br />

salvación. El punto principal es usarlos con entendimiento como un préstamo que nos ha hecho Dios. Dios mismo, sin embargo, es<br />

la verdadera riqueza que no se puede perder jamás. Persiste la idea de que esta verdadera riqueza se gana como recompensa, en vez<br />

de ser recibida como un don gratuito.<br />

D. La riqueza y los ricos en el NT.<br />

1. La actitud de Jesús con respecto a la riqueza en Marcos y Mateo.<br />

a. En Mateo, Jesús abandona la visión tradicional de la riqueza en favor de una que es totalmente teocéntrica y escatológica. Ni la<br />

riqueza ni la pobreza en cuanto a tales son significativas en sí mismas (cf. 25:57). El <strong>del</strong>eitarse en las riquezas (13:22) y la dificultad<br />

de los ricos para salvarse (19:22ss) simplemente tipifican la situación humana, en la que, aun si se gana el mundo entero, no<br />

sirve de nada si se pierde el alma (6:25ss), y la ansiedad de la vida pagana se halla en claro contraste con el buscar la rectitud y el<br />

reino (6:25ss).<br />

b. El problema de las riquezas tiene mayor independencia en Marcos, p. ej. en la explicación de la parábola <strong>del</strong> sembrador (4:19) y<br />

en el relato de la ofrenda de la viuda (12:41ss). La riqueza es un obstáculo para oír el mensaje <strong>del</strong> reino.<br />

2. En Lucas. La cuestión de los ricos ocupa más espacio en Lucas. La colocación <strong>del</strong> relato <strong>del</strong> joven rico poco después de la<br />

parábola <strong>del</strong> publicano (cf. 18:8ss, 18ss) muestra que aquí se trata de algo más que la riqueza (cf. la colocación <strong>del</strong> relato de la<br />

viuda pobre, la parábola <strong>del</strong> rico y Lázaro, y el relato de Zaqueo; 20–21; 16:14ss; 19:1ss). Los ricos, en sentido colectivo, son<br />

opositores de Jesús, ya que el evangelio implica una total reversión <strong>del</strong> orden terreno (1:53; 14:11, 24). Los ricos confían en sus<br />

posesiones; la riqueza es por lo tanto un obstáculo para el discipulado (12:19ss; 18:22–23). Los ricos deben devolver lo que se ha<br />

ganado incorrectamente (19:8) y dar generosamente sin esperar devolución (14:12ss). El desapegarse de las riquezas en el discipulado<br />

desemboca en gran ganancia, tanto en el tiempo como en la eternidad.<br />

3. El grupo en Pablo. Pablo redefine la riqueza, regresando al sentido básico de «plenitud de bienes». Cristo y su obra son la<br />

verdadera riqueza de la comunidad. Cristo mismo es rico (2 Co. 8:9). Otorga su riqueza a aquellos que lo invocan (Ro. 10:12).<br />

Dios es rico en bondad y en gloria (Ro. 2:4; 9:23). La palabra de Cristo habita ricamente en la comunidad (Col. 3:16), la cual es<br />

rica gracias a la pobreza de Cristo (2 Co. 8:9) y a la cual Dios ha manifestado las riquezas de la gloria <strong>del</strong> misterio (Col. 1:26). [p<br />

854] Dios es rico en misericordia y gracia (Ef. 1:7; 2:4). La comunidad conoce la riqueza de su gloriosa herencia por el Espíritu<br />

(1:18). El apóstol proclama la inescrutable riqueza de Cristo (3:8). Esta riqueza es pobreza para el mundo (1 Co. 1:23). El camino<br />

hacia ella es el de Cristo, quien, aunque era rico, se hace pobre para enriquecer al mundo (2 Co. 8:9). Así los apóstoles, siendo<br />

pobres, enriquecen a muchos (6:10). La verdadera riqueza consiste en el amor que, sacrificándose a sí mismo, sigue a Jesús, sin<br />

buscar lo suyo (1 Co. 13:4ss), sin jactarse de su riqueza, sino confiando en el Dios que llena todas las necesidades según su riqueza<br />

en gloria (Fil. 4:19), y estando entonces preparados para perdonar con largueza a los demás (2 Co. 8:1ss). La riqueza material es

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