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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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a. La abstinencia. El ayunar incluye la abstinencia de bebidas (Éx. 34:28). Una forma especial es la abstinencia de bebidas embriagantes;<br />

cf. el voto de los nazareos (Nm. 6:2ss; Jue. 13:13–14). Las bebidas sólo son impuras cuando se contaminan por contacto<br />

(Lv. 11:34). Los misterios incluyen la abstención de bebidas en el ayuno, p. ej. al prepararse para la iniciación. Los neopitagóricos<br />

se abstienen de vino por razones ascéticas.<br />

b. Medio de salvación. Como parte <strong>del</strong> banquete de la alianza, la bebida realiza la comunión con Dios. En el mundo pagano, los<br />

banquetes cultuales supuestamente producen la unión con los dioses. También se piensa que las bebidas confieren potencia, median<br />

la inmortalidad, e inducen al éxtasis. En los misterios, el comer y el beber van asociados con los ritos de dedicación y tienen<br />

poder sacramental. En el gnosticismo, el beber es una contrapartida dualista <strong>del</strong> verdadero beber, e. d. de la [p 821] apropiación <strong>del</strong><br />

verdadero don vivificador por parte <strong>del</strong> alma. Filón le da a esto un giro moral. La bebida terrenal está al servicio <strong>del</strong> cuerpo corruptible,<br />

pero el alma celestial busca la bebida de la inmortalidad que es la virtud (De las leyes especiales 1.304).<br />

II. Sentido transferido.<br />

1. General. En relación con la tierra o las plantas, πίνω significa «absorber». «Beber sangre» es una expresión que significa matar.<br />

«Aplacar el deseo» y «aceptar» lo que se impone sobre uno son otras formas de uso.<br />

2. El AT. Teológicamente importantes en el AT son las ideas de a. beber la copa <strong>del</strong> juicio de Dios, en la cual el beber representa el<br />

hecho de que los que son abatidos por el juicio lo están acarreando sobre sí mismos por sus acciones desviadas, y b. recibir la salvación<br />

que es ofrecida gratuitamente por la gracia divina (Is. 55:1).<br />

3. El judaísmo. En el judaísmo πίνω representa el tomar lo que promete vida (cf. Pr. 9:5). Los rabinos alegorizan el beber agua<br />

como recibir el Espíritu o estudiar la ley (cf. la expresión «beber <strong>del</strong> agua de un erudito»). En las Odas de Salomón, el conocimiento<br />

es un río desbordante que llena a los sedientos (11:6ss).<br />

B. El NT.<br />

1. El comer y el beber como expresiones de la sujeción <strong>del</strong> mundo. En 40 de 70 casos en el NT, πίνειν va asociado con el comer.<br />

Comer y beber son funciones vitales, pero en cuanto tales pueden ser ocasiones de pecado. Por eso los que se contentan con comer<br />

y beber pasan por alto las señales <strong>del</strong> reino (Mt. 24:38; cf. Lc. 14:18ss; 16:19ss). El comer y el beber se convierten en metas <strong>del</strong><br />

esfuerzo humano (Mt. 6:32–33) y en objetos de ansiedad (Mt. 6:31). En ellos se busca seguridad y satisfacción (Mt. 6:25). La<br />

aproximación de la muerte no hace sino confirmar esta actitud (1 Co. 15:32). El dualismo conduce a ella en otra manera (1 Co.<br />

6:13–14). Es una expresión básica <strong>del</strong> paganismo (1 Co. 10:7), pero es también una tentación para los creyentes (Mt. 24:49). La<br />

frontera entre el apagar la sed y el emborracharse sólo queda claramente demarcada por el banquete comunitario (1 Co. 11:21).<br />

2. El comer y el beber como expresiones de la libertad de Jesús y sus discípulos. Al comer y beber con una alegría agradecida, Jesús<br />

y sus discípulos muestran su libertad respecto a la sujeción <strong>del</strong> mundo y también respecto a las falsas protestas contra ella. El Bautista<br />

ni come ni bebe (Mt. 11:18), y Pablo se abstiene durante un período de comer y beber (Hch. 9:9), pero Jesús y sus discípulos<br />

comen y también beben (Mt. 11:19; Lc. 5:33), ya que el ayunar no es apropiado para quien trae el gobierno de Dios, y los que son<br />

de Dios son señores libres de todas las cosas (Mr. 2:28; 1 Co. 3:21ss; 1 Ti. 4:4; Tit. 1:15). Si buscamos el reino de Dios, Dios nos<br />

da por añadidura lo que se necesita (Mt. 6:31ss). Si se come y se bebe es para la gloria de Dios (1 Co. 10:31ss). Pero los fuertes en<br />

la fe deben abstenerse, si el hacerlo escandaliza a los hermanos más débiles (Ro. 14:21), especialmente cuando se trata de las libaciones<br />

paganas (1 Co. 10:21–22).<br />

3. El comer y el beber y la historia de la salvación. Para Jesús y sus discípulos, el comer y el beber son señales de la edad de la<br />

salvación que está por venir. El compartir la mesa con Jesús significa participar en el reino que está presente en él, y asegura un<br />

lugar en el banquete de la consumación (cf. Mr. 2:18–19; 14:22ss). En la Última Cena Jesús entrega la copa a sus discípulos; ella<br />

representa su muerte vicaria en favor de ellos. Al darles pan y vino, Jesús promete que el banquete comunitario de su ministerio<br />

terrenal va a continuar, sobre la base de su obra salvífica, hasta que quede consumado en el banquete celestial. Sólo cuando el<br />

Señor resucitado come y bebe con los discípulos por un período limitado se da una renovación de las comidas compartidas en los<br />

días de la encarnación (Lc. 24:30–31; Jn. 21:13). La comida sagrada de Hechos 2:42 en a<strong>del</strong>ante sólo se puede entender sobre la<br />

base de Pascua y Pentecostés. Pertenece a la era de la iglesia, cuando el Señor está presente al actuar en su pueblo por medio <strong>del</strong><br />

Espíritu. Según lo explica Pablo, el comer y el beber son comparables al maná y el agua de tiempos de Moisés (1 Co. 10:3–4), o a<br />

la carne sacrificada y las libaciones de los banquetes cultuales (1 Co. 10:18ss), aunque sin una idea de una operación sacramental<br />

automática (1 Co. 10:5ss). [p 822] Lo que está involucrado es un encuentro con el Señor que se ofreció a sí mismo por nosotros.<br />

Sin embargo, sólo si hay una participación en fe, entonces la función física tiene el significado de salvación y no de juicio (1 Co.<br />

11:27ss). En Juan 6:26ss el comer y el beber son una recepción espiritual de Cristo en su ofrenda de sí. En 6:51ss son un recibir<br />

mediante la participación de las especies. Los enunciados reflejan el vocabulario <strong>del</strong> gnosticismo y de los misterios, pero la refe-

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