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Diccionario Teológico del Nuevo Testamento - Compendio - Kittel

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escatológicas (Jn. 11:51–52; 1 Jn. 3:2), pero hay una posesión victoriosa que echa fuera el temor. Se exige la ruptura con el pecado,<br />

y el amor a los demás (1 Jn. 3:9ss).<br />

4. Otros escritos <strong>del</strong> NT no usan τέκνον para los creyentes, pero Santiago y 1 Pedro vinculan muy claramente la filiación con la<br />

regeneración (Stg. 1:18; 1 P. 1:23).<br />

III. La iglesia. Si bien la iglesia nunca olvida la verdad de la filiación divina, esta tiende a recargarse con conceptos naturalistas y<br />

moralistas que son ajenos.<br />

[A. Oepke, V, 636–654]<br />

υἱός<br />

παῖς θεοῦ [siervo de Dios, hijo de Dios]<br />

A. El AT.<br />

I. El uso secular de דבֶ ֶע.<br />

1. El original hebreo de παῖς en la expresión παῖς θεοῦ, e. d. דבֶ ֶע, comporta un énfasis en la relación personal y tiene primeramente<br />

el sentido de «esclavo». La ley <strong>del</strong> AT ofrece cierta protección a los esclavos, ya que el propio pueblo de Israel es redimido de la<br />

servidumbre, los esclavos forman parte de la comunidad cultual, y pueden actuar en representación de sus amos.<br />

2. La palabra llega a usarse después para «soldado asalariado», e incluso más ampliamente para «cortesano»; estos son los siervos<br />

<strong>del</strong> rey.<br />

3. Un tercer uso es para denotar en general la sujeción política.<br />

4. Sobre la base <strong>del</strong> uso de la corte, el término se usa entonces en frases de cortesía como «su humilde servidor».<br />

5. Un uso especial es para los servidores <strong>del</strong> santuario (Jos. 9:23).<br />

II. Uso religioso de דבֶ ֶע.<br />

1. El término sirve como expresión de humildad, que los justos usan ante Dios. Diversos énfasis en este sentido son el abajamiento<br />

propio, la petición implícita de ayuda a Dios, y el compromiso agradecido de sí cuando se recibe ayuda. Estos elementos están<br />

presentes también en otras naciones, pero en el AT son distintivas la exclusividad y la totalidad que van implícitas en el ser siervo<br />

de Dios, la decisión bondadosa de Dios que lo hace posible, y el carácter histórico de la relación. Estos factores le dan a la condición<br />

de דבֶ ֶע una seguridad única. Dios mismo llama a Moisés siervo suyo (Nm. 12:7–8; cf. Sal. 119:76). El llamado divino es la<br />

base para la confianza, aun cuando en contra <strong>del</strong> siervo de Dios se levanten los enemigos (Sal. 109:28).<br />

[p 744] 2. En plural el término se convierte en una forma de designar a los justos, aquellos que buscan su refugio en Dios (Sal.<br />

34:22), aquellos que aman su nombre (Sal. 69:36), sus santos (Sal. 79:2), su pueblo (Sal. 105:25). Los dos polos <strong>del</strong> concepto son<br />

la elección y la obediencia.<br />

3. En singular, «siervo de Dios» es un término que se refiere a Israel. Isaías 41:8ss parece dar inicio a este uso. Humillado por el<br />

exilio, Israel es elegido, creado y congregado por Dios (41:8–9; 44:2, 21). Aquí el papel <strong>del</strong> pueblo como siervo de Dios es el<br />

papel pasivo de la recepción. Sólo se le llama a que se «convierta» (44:22).<br />

4. «Siervo de Dios» puede ser también un término para personajes distinguidos. Entre ellos se hallan los patriarcas, quienes se hallan<br />

en una relación privilegiada con Dios y son garantía de la voluntad de Dios de salvar. Luego viene Moisés (Éx. 14:31; Nm. 12:7–<br />

8), quien de un modo específico encarna las palabras y obras de Dios como un siervo activo que promulga la ley, ordena la conquista,<br />

regula el culto y promete el descanso; obedecerle a Moisés es obedecerle a Dios, ya que Dios lo ha escogido a él como<br />

ministro suyo. Posteriormente los reyes son siervos de Dios, con el papel especial de asegurar al pueblo contra sus enemigos. David,<br />

escogido por Dios, es un caso especial de alguien que también es una señal de promesa en días de oscuridad (cf. 1 R. 11:34;<br />

Sal. 89:3; Jer. 33:21–22). En ciertas circunstancias incluso un gobernante pagano puede actuar como siervo de Dios, p. ej. Nabucodonosor<br />

en Jeremías 27ss. Al lado <strong>del</strong> rey se halla el profeta, el siervo de Dios que tiene un oficio singular como mensajero de<br />

Dios (1 R. 18:36). Dios mismo se hace presente en esos mensajeros, de modo que la expresión «mis siervos los profetas» se convierte<br />

casi en una frase hecha. Los profetas advierten al pueblo y le muestran el verdadero significado de su historia. Los profetas

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