Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

11, 12 y 13 de agosto de 2010
Biblioteca Nacional – Universidad Nacional de General Sarmiento
LA LECTURA Y LA ESCRITURA: EJERCICIO INTELECTUAL DE POCOS
AMIGOS
Abad Castañeda Borrero
Universidad Surcolombiana
abad_cabo@yahoo.com
Resumen
Si cada día los franceses leen menos (afirma Roland Barthes) pese a que gozan de una
cultura de tradición milenaria en procesos de lectura y escritura, ¿Qué podemos esperar de los
colombianos donde la tradición cultural sigue férreamente ligada a procesos de pensamiento
auténticamente orales?
Al menos tres son los factores que de manera decisiva inciden para que la lectura y menos
la escritura logren amigos en la población colombiana: la educación, los medios masivos de
comunicación (particularmente la televisión) y el restringido acceso a los libros debido a la
ausencia de estrategias eficaces de lectura y al alto costo de éstos.
En el país, los bajos niveles de lectura siguen siendo tema de gran preocupación, los
estudios al respecto muestran que aun en la universidad los niveles de lectura comprensiva
escasamente alcanzan el literal, muy lejos del inferencial y del crítico. Frente a esta realidad,
múltiples son las campañas y programas que desde el MEN (Ministerio de Educación Nacional)
se han emprendido pero los resultados siguen siendo desalentadores.
Entonces ¿Qué es lo que pasa? En el país la educación continúa siendo memorística y
repetitiva, los docentes de las diferentes áreas del conocimiento no tienen interés alguno en la
formación de lectores críticos, a ellos sólo les interesa que los estudiantes respondan lo que él
quiere que respondan, además, los profesores, incluso los del área de Español y Literatura, son
sino pésimos muy regulares lectores.
De otro lado, la televisión colombiana, además de pésima (sólo enlatados y telenovelas de
mala calidad) jamás ha propiciado espacios para el fomento de la lecto-escritura; muy por el
contrario este medio se ha utilizado como instrumento de alienación.
Finalmente, el acceso que el colombiano tiene al libro es muy limitado por dos razones: de
un lado, el costo de un libro de buena calidad le puede representar el veinte por ciento de los
ingresos de un salario mínimo mensual; y de otro, las bibliotecas públicas son insuficientes y
donde existen, los horarios de servicio son limitados, por ejemplo no hay una sola biblioteca
pública en el país que preste el servicio las veinte cuatro horas al día, trescientos sesenta y
cinco días al año.