Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

goza del lenguaje, quizás de forma perversa (y aquí vuelve a aparecer Barthes). Se
explotan recursos, se manipula el orden, se juega con estructuras canónicas y se las
modifica para obtener el reconocimiento del lector más especializado, entre otras
cosas. Cualquier lectura, como nos enseñan en la carrera de Letras, es creativa
porque nos permite escribir una interpretación, una sensación, aunque esta no se
materialice nunca en una hoja. No se puede disociar la producción de la recepción.
Doy un ejemplo concreto: en este momento, estoy leyendo la Habitación Cerrada, una
pequeña novela que conforma la trilogía neoyorquina de Paul Auster. La novela se
encarga de jugar constantemente con la forma estereotípica de la novela policial e
incluso se burla del lector promedio de estas obras, dándonos la respuesta al enigma
de antemano, pero recordándonos que no es la respuesta lo que importa, sino el
camino para llegar a ella y, fundamentalmente, el recorrido que se hace. Para poder
hacer esta lectura se necesita, obviamente, conocer la estructura estereotípica de la
novela policial tradicional. El último polo es una verdad de Perogrullo: no se puede leer
sin saber escribir y viceversa.
Traigo esto a colación debido al enorme contraste que existe entre estas nociones y
la enseñanza actual. Un debate reciente en Inglaterra lo ejemplifica de forma magistral.
Lo que debatían el ministerio de educación, diversos especialistas y profesionales y los
lobbystas de siempre era cuál era la mejor forma de enseñar a leer. El enfrentamiento
era entre dos posturas: una en la cual se consideraba que la mejor forma de enseñar a
leer era mediante la fonética sintética (es decir, los sonidos y sus combinaciones) y
una que pensaba que, si bien la fonética era relevante, debía ser acompañada de una
sólida base literaria. Mi postura obviamente se alinea con la segunda y encuentra su
justificación en la siguiente cita:
Learning is not just cognitive, it is also affective, and children's emotions need to
be engaged in a positive way if they are to develop an attitude towards reading
that tells them it involves pleasure and desire.
Reading needs to be understood by the child to have a purpose and to operate in
a context in which they can engage. (…)Young children need opportunities to
play with letters and sounds, just as they are invited to play with other new
concepts. Incorporating letters in dough, sand and water could form part of a far
more meaningful phonics scheme than any photocopy ever could. It can also be
argued that acquiring knowledge of sound letter relationships and building the
consonant-vowel-consonant (CVC) words so beloved by the phonics lobby is
simply not enough. Children need to learn how and when to use phonic
1033